Presentación
Presentation
Apresentação
DOI:
https://doi.org/10.18861/cied.2024.15.2.3979
José
Luis Aparicio Herguedas
Universidad Internacional de la
Rioja
España
joseluis.aparicio@unir.net
ORCID:
0000-0003-0181-4543
La revista Cuadernos
de Investigación Educativa
presenta en esta ocasión el dossier “Nuevas perspectivas de
liderazgo educativo en tiempos inciertos”, en el que se recoge un
selecto número de artículos que ofrecen una especial visión del
liderazgo educativo en los contextos de Brasil, Chile, España y
Uruguay. La finalidad de este dossier es sondear los estudios de
investigación que ponen el foco en el liderazgo educativo
desarrollado en contextos formales y no formales del ámbito
iberoamericano en la actualidad.
En la era postpandemia, se está asentando un modelo de sociedad líquida, en la que el cambio constante, la no linealidad y la falta de certeza son más protagonistas que nunca. Hacen que los contextos educativos, en muchas ocasiones, se tornen frágiles, quebradizos, estresantes, al desafiar el liderazgo de directivos, educadores y académicos.
Retos educativos actuales, tales como la resignificación de los aprendizajes o el aprendizaje profundo, la inclusión educativa y la atención al alumnado diverso, el impulso de nuevas formas pedagógicas de enseñar y aprender, el bienestar de la comunidad educativa y la búsqueda de la calidad en los servicios educativos y formativos que se prestan, condicionan la forma de liderar y obligan a reimaginar el ejercicio del liderazgo educativo en esta nueva sociedad emergente.
En el primer aporte, Miguel Ángel Burón-Vidal muestra en su estudio con jóvenes mujeres y educadores participantes en programas socio comunitarios de danza urbana, afroamericana, caribeña y decolonial en España y Colombia algunos estilos de liderazgo en debate. El estudio realizado discute sobre el liderazgo colaborativo e inclusivo que se desarrolla en la dinamización de los grupos de jóvenes, valorando su poder para establecer ambientes y climas seguros, así como facilitar que la danza, en cuanto arte promovido, sea una fuente creadora de aprendizajes, transformación y empoderamiento personal y social. Desde una perspectiva metodológica cualitativa y recogiendo la voz de las jóvenes participantes y sus educadores, el autor destaca, además, el poderoso valor del liderazgo inclusivo para ayudar a descubrir y hacer brillar las culturas propias, auténticas, que las diferentes danzas practicadas esconden. También, las diversas realidades sociales, problemáticas y valores que se pretenden visibilizar, promoviendo un liderazgo educativo “artivista”.
En el segundo artículo, Maximilano Zito Iglesias, en el contexto de la educación uruguaya, recoge ciertas claves sobre el ejercicio del liderazgo distribuido en el estudio de caso que presenta. Para ello da voz a directivos y docentes, quienes valoran este modo de liderazgo desde el que trabajan. Destaca su viabilidad para que los docentes se involucren, sean proactivos, tomen decisiones, colaboren entre sí y se produzcan más oportunidades de transformación y mejoras en el centro escolar. Además, el autor da luz sobre el papel de los directivos que distribuyen los roles, funciones y tareas, que priorizan las interacciones entre docentes, ejercen la presencia plena y comprometida, promueven la alineación entre las expectativas personales e institucionales, para construir colectivamente el proyecto educativo de centro que se desea. A su vez, al autor subraya el compromiso de los directivos que promueven redes de colaboración y comunidades profesionales de aprendizaje, para la cualificación de los docentes, sobre todo en contextos en los que su desarrollo profesional no es objetivo fácil de alcanzar.
En el tercer aporte, M. Gloria Gallego-Jiménez, Luis Manuel Rodríguez Otero e Inmaculada Sánchez-Macías muestran el papel de los docentes que ejercen un liderazgo educativo inclusivo, desarrollan prácticas inclusivas en sus aulas y, por tanto, educan en la inclusión a sus estudiantes. El estudio, en el contexto de la formación profesional española, reconstruye el imaginario sobre el que el alumnado edifica su idea de inclusión desde las mismas prácticas educativas inclusivas que recibe. Esto tiene un gran valor educativo pues determina cómo en el futuro, en su vida profesional y personal, podrían ejercer su competencia inclusiva a partir de este momento en el que la construyen. Desde una perspectiva metodológica mixta, se estudian tres dimensiones de la competencia inclusiva: educativa, social y axiológica. Los autores destacan que la dimensión más presente en la construcción de esta habilidad es la social, mediante la comprensión y el debate en torno a conceptos como la marginación, la exclusión y la inclusión. También ofrecen luz sobre la perspectiva axiológica, a partir de conceptos como la diferencia, la aceptación y la ayuda. En definitiva, se trata de un aporte valioso pues pone en la diana el ejercicio de un liderazgo inclusivo que educa en la inclusión, siendo esta una competencia potente y valiosa entre las que se forman, en el contexto de la formación profesional en España.
El cuarto artículo que se presenta, de María Verónica Leiva-Guerrero, Matías Benavides Meneses, Jimena Sanhueza Mansilla y César Mayolafquen Acevedo, recoge el tratamiento del tiempo en el ejercicio del liderazgo pedagógico, en el contexto escolar chileno. Los autores impulsan un modelo de liderazgo pedagógico que toma en consideración la gestión de los tiempos y la planificación de los procesos formativos, para mejorar la realidad organizativa de la escuela. Se pretende descubrir el factor tiempo escolar como recurso educativo dinamizador clave de la acción pedagógica. Desde una perspectiva metodológica cualitativa y la mirada de los directivos que ejercen en centros escolares vulnerables chilenos, uno de los aspectos destacados en el estudio es la dedicación de tiempo para planificar acciones de gestión de la convivencia escolar y construcción de una visión estratégica compartida. No obstante, según los autores, los directivos no promueven tiempo para atender acciones vitales como el desarrollo profesional docente y el liderazgo de los procesos de enseñanza y aprendizaje. También, el estudio enfatiza cómo, en la actualidad, el tiempo de planificación de la convivencia escolar y la participación del alumnado cada vez aumenta más, necesitando reconstruir los planes de convivencia y acciones ad hoc como consecuencia de situaciones conflictivas que se producen en el día a día de la escuela.
Finalmente, se presenta el estudio de Márcia Lopes Reis y Marisa Montesano de Talavera, al amparo del proyecto ECALFOR_ERASMUS (2020-2024), en el que proponen un modelo de liderazgo de gestión en las facultades de educación del contexto latinoamericano y del Caribe. En los países y facultades de educación participantes se incentivó la creación de unidades de calidad como mecanismo para evaluar la eficacia de la formación competencial de los futuros maestros, que han de afrontar los retos de la educación en la sociedad cambiante y compleja en la que viven. Las autoras, desde un enfoque metodológico cualitativo, establecieron algunos dispositivos para recoger información tras la puesta en marcha de las unidades de calidad creadas. Destacan algunas recomendaciones que orientan la forma de alcanzar picos más altos de calidad en las políticas de docencia, gestión e investigación en las facultades de educación participantes en el proyecto y contexto. Entre los aspectos recomendados para mejorar, acentúan la necesidad de avanzar en políticas de desarrollo investigador que permitan al profesorado realizar su compromiso con la investigación. También sugieren aumentar el esfuerzo por acortar la brecha con la sociedad y el mercado laboral, para ajustar los perfiles de egreso docentes y, con ello, mejorar su formación competencial para afrontar los desafíos educativos del momento.
Este viaje por los estilos y formas de liderazgo educativo revisados pone en evidencia no solo las dinámicas de su práctica y resultados en situación, sino los desafíos educativos que se quieren atender y cómo se afrontan. En los casos que se muestran, la combinación de estilos de liderazgo se justifica desde el contexto educativo, los retos educativos a afrontar y la situación de cada país, evidenciando además una valiosa capacidad adaptativa y resiliente de quienes los promueven.
La colaboración, la inclusión, la atención a la diversidad, la interculturalidad, las buenas prácticas pedagógicas y la cualificación docente parecen retos educativos en el contexto iberoamericano en la actualidad, que requieren de líderes educativos resonantes, transformativos, capaces de ofrecer alternativas educativas creativas, entornos, espacios y climas cooperativos, positivos, seguros, comunicativos, descubriendo y optimizando los talentos de todos los implicados.
Animamos a los lectores a descubrir estas experiencias educativas y formas de liderazgo contextualizadas en los desafíos educativos que afrontan, con la esperanza de avanzar e iluminar este campo.
Agradecemos a los autores las aportaciones enviadas, sin duda, contribuciones valiosas para este dossier. Esperamos que sirva para visibilizar nuevas formas de ejercer el liderazgo educativo en los tiempos complejos e inciertos que vivimos.