Mi aparente fragilidad

La identidad política en el discurso de Cristina Fernández de Kirchner (2007-2011)


DOI: https://doi.org/10.18861/ic.2019.14.2.2937


POR ANA LAURA MAIZELS

anamaizels@gmail.com – Universidad de Buenos Aires, Argentina


Fecha de recepción: 14 de septiembre de 2019

Fecha de aceptación: 29 de septiembre de 2019


ORCID: https://orcid.org/0000-0001-9936-061X



Gindin, I. L. (2019). Mi aparente fragilidad. La identidad política en el discurso de Cristina Fernández de Kirchner (2007-2011). Buenos Aires: Editorial Prometeo.

¿Qué es el kirchnerismo? ¿Cuáles son sus características identitarias y cuándo surgen? ¿Cómo se manifiestan en una figura presidencial? ¿Qué fenómenos discursivos la constituyen? ¿Quiénes son nosotros, quiénes son ellos y de qué manera se reconfiguran estos colectivos bajo distintas condiciones de producción? Estas son algunas de las preguntas que atraviesan el libro Mi aparente fragilidad. La identidad política en el discurso de Cristina Fernández de Kirchner (2007-2011) de Irene Gindin (2019), un texto que se enmarca en el creciente interés por el abordaje discursivo de las subjetividades políticas y sus vínculos con los procesos sociohistóricos.

En el trabajo que aquí se presenta, que es la adaptación de su tesis doctoral1, Gindin analiza la construcción discursiva de Cristina Fernández de Kirchner2 en un período determinante de la historia argentina reciente: su primera presidencia (2007-2011). Un período determinante por la novedad de los fenómenos asociados en materia de representación, por la participación política e innovación en la construcción discursiva de un líder político y por las particularidades de la coyuntura histórica en la que se desarrolló. Entre los hechos destacados por la autora se encuentran el llamado “Conflicto con el campo”3, la creciente pelea del kirchnerismo con los medios masivos de comunicación4 y la muerte de Néstor Kirchner5. Es especialmente el primero de ellos el que Gindin reconoce como aquel que permite delimitar un “dispositivo enunciativo kirchnerista (o, al menos, cristinista)” (2019, p. 63) y, por lo tanto, permite definir su identidad discursiva; ya que, a partir de ese momento, los lugares de enunciación delimitados por el discurso presidencial adquieren su pertenencia definitiva.

Debido a las particularidades del objeto de estudio abordado –la imagen discursiva de un político y sus vínculos con una identidad política–, este libro es también el resultado de un enriquecedor diálogo entre dos disciplinas: la ciencia política y el análisis del discurso; confluencia ineludible para comprender los fenómenos políticos. La primera, interesada en las identidades, los liderazgos políticos y en los lazos de representación. La segunda, en las formas discursivas –la materialidad significante– a través de las cuales se manifiestan los fenómenos políticos en toda su complejidad.

Como síntesis de este afán interdisciplinario, el trabajo parte de dos hipótesis: una teórica y otra analítica. La hipótesis teórica plantea que la identidad política tiene su manifestación discursiva en la categoría de ethos, deudora tanto de la retórica clásica de raigambre aristotélica –que la entiende como la imagen de sí que construye el orador en el discurso– como de la Sociología, especialmente de los aportes de Weber y Bourdieu, quienes la definen como un conjunto de ideas y valores que generan prácticas y conductas.

La segunda hipótesis, la analítica, es específicamente acerca de la construcción discursiva de la imagen de Fernández de Kirchner. En este sentido, la autora propone que la entonces presidenta argentina construye dos imágenes de sí, dos ethos, en el periodo analizado: el ethos magistral y el ethos íntimo, asociado cada uno de ellos a una escenografía distinta e instaurada por la propia enunciación. Cabe aclarar que para Gindin estas construcciones discursivas no son en lo absoluto excluyentes o contradictorias. Si bien una y otra son preeminentes en coyunturas distintas, es en su convivencia y en la convergencia de estas dos imágenes donde la autora sostiene que emerge la identidad discursiva de Fernández de Kirchner. Es también de la exposición de esta complejidad, propia del fenómeno identitario, de donde proviene una de las riquezas de este análisis.

Dividido en dos partes y cuatro capítulos, la primera parte del libro (titulada: “El discurso kirchnerista como objeto de estudio”) se aboca a la tarea de exponer de manera crítica los estudios más relevantes sobre el kirchnerismo como fenómeno político, identitario y discursivo. Esta tarea se lleva a cabo a partir de una lúcida organización en distintas dimensiones de análisis del fenómeno. Cuatro son las que propone la autora: el carácter excepcional de la llegada de Néstor Kirchner al poder; los complejos vínculos entre el kirchnerismo y el peronismo, entendido como su identidad madre; las formas en las que se (re)presenta la memoria en el discurso presidencial; y, finalmente, los aspectos particulares de la presidencia de Cristina Fernández de Kirchner que la autora, a su vez, divide en cuatro aspectos particulares. Estos son: la cuestión del género, el impacto del conflicto con las entidades agropecuarias, la relación con los medios de comunicación y la muerte de Néstor Kirchner. Este recorrido por los estudios sobre el kirchnerismo que ofician de antecedentes del trabajo de investigación de Gindin y con los que la autora entabla un diálogo enriquecedor, le permite advertir también similitudes y diferencias; continuidades y rupturas entre las identidades discursivas propuestas por Néstor Kirchner y Cristina Fernández de Kirchner.

La segunda parte del libro (titulada: “Identidad política y Ethos discursivo en CFK”) comprende los tres capítulos restantes, donde se exponen los resultados del análisis de los más de 200 discursos de Fernández de Kirchner que componen el material de trabajo seleccionado por la autora de acuerdo con sus objetivos investigativos. Bajo la premisa de que el análisis del discurso es una práctica interpretativa e interdisciplinaria (Arnoux, 2006) y a partir de la vinculación de las dos disciplinas anteriormente mencionadas, Gindin propone un aparato conceptual y un dispositivo analítico que le permiten abordar la identidad político discursiva de Fernández de Kirchner en su complejidad. Para ello, la autora retoma las dimensiones de análisis que de acuerdo con Gerardo Aboy Carlés (2001) constituyen y delimitan una identidad política: la alteridad, la perspectiva de la tradición y la representación. A las que reconfigura subsumiendo las dos primeras a la representación, y las articula con categorías de análisis de la corriente francesa del análisis del discurso y la sociosemiótica veroniana.

En esta segunda parte, Gindin le dedica un capítulo a cada una de las imágenes discursivas identificadas: el segundo al ethos magistral, el tercer capítulo al ethos íntimo y en el cuarto aborda la construcción de liderazgo político a través del análisis de los colectivos de identificación.

En el capítulo dedicado al ethos magistral, la autora identifica la construcción de lo que denomina una escenografía profesoral. Esta configuración enunciativa implica una fuerte asimetría entre el lugar establecido para el enunciador, Fernández de Kirchner, y el resto de los participantes de la escena enunciativa, a quienes se reserva un rol pasivo, y que puede resumirse de la siguiente manera: “yo –que sé y conozco– les explico a ustedes –que desconocen– lo que ellos nos ocultan” (2019, p. 15). Este segundo capítulo está estructurado sobre dos de los ejes que ofician como aspectos constitutivos de la identidad: la alteridad y la perspectiva de la tradición.

En relación con el primer aspecto (alteridad), Gindin se aboca al análisis de la contradestinación y de la dimensión polémica del discurso a partir de la disputa de sentido que se establece en torno a distintos objetos discursivos (el neoliberalismo y/o los discursos neoliberales, el campo, los medios). El trabajo sobre las estrategias enunciativas vinculadas a estos objetos (los modos de nombrarlos; las formas de interpelación directa y encubierta; las estrategias de descalificación; los fenómenos de segmentación de dichos objetos) le permite a Gindin identificar las fronteras de la propia identidad y delimitar aquellos atributos que en el discurso se definen como alteridad (y que encarnan discursivamente en la tercera persona). La autora expone cuáles son los atributos que se les otorga a los que –sostiene– quedan ubicados en el discurso presidencial en el lugar de la “pura exterioridad axiológica” (2019, p. 62); y que, en un movimiento de orden inverso, definen por contraposición las características de la identidad de grupo. Por otro lado, se analiza la manera en que se representa la palabra ajena en el discurso presidencial a través de los múltiples mecanismos de la polifonía –dimensión constitutiva del discurso– y las formas en que la enunciadora se distancia críticamente de la palabra atribuida a la alteridad.

En relación con el segundo aspecto, la perspectiva de la tradición, se aborda la construcción discursiva del pasado en el discurso presidencial. Como sostiene Gindin, todo ejercicio de memoria implica un recorte y una serie de (re)interpretaciones desde el presente de la enunciación, en este caso desde la posición enunciativa privilegiada del líder político, que colaboran en la conformación de un nosotros en tanto generan sentimientos de pertenencia y delinean la propia inscripción en la Historia. La autora se detiene en tres narraciones: el complejo mecanismo de apropiación y distancia que se opera sobre el peronismo; el relato acerca del pasado reciente: la última dictadura cívico-militar, que –sostiene Gindin– inscriben al discurso de Fernández de Kirchner en la matriz de discursos progresistas; y las referencias al Bicentenario de la independencia nacional que se efectúan siempre en contraste con la lectura del Centenario de la independencia y le permiten a la locutora recuperar un serie de valores –síntesis ideológica del kirchnerismo– que desde el presente serán reasignados a la configuración de la “generación del Bicentenario”.

Por su parte, el tercer capítulo aborda la construcción de una imagen de sí que irrumpe a partir de la muerte de Néstor Kirchner, el ethos íntimo. De acuerdo con la autora, la muerte de su compañero supuso un cambio radical en la enunciación de Fernández de Kirchner que reconfigura los vínculos tanto con los prodestinatarios como con los contradestinatarios, y con ello surge una nueva escenografía, la escenografía íntima, cuya síntesis es: “yo –presidenta, madre y viuda– comparto con ustedes –que sienten mi dolor– y reafirmo mi compromiso de velar por los intereses de la Nación –por mí, por ustedes y, sobre todo, por él” (Gindin, 2019, p. 100). En la construcción del ethos íntimo el género tiene un lugar privilegiado y sobre esa cuestión se detendrá Gindin en los primeros apartados. A través de un recorrido teórico-epistemológico sobre las relaciones entre género y discurso y género y política, se aborda la compleja vinculación de Fernández de Kirchner con su colectivo genérico que en su caso particular debe, además, articularse con los roles socialmente asignados a la mujer-viuda y a la mujer-política.

La escenografía íntima también se desarrolla a partir de un cambio en la puesta en escena televisiva que introduce la nueva modalidad enunciativa de contacto directo donde predomina un contacto entre el cuerpo del gobernante y el receptor televisivo, interpelado en tanto ciudadano. En esta escenografía –a diferencia de la escenografía profesoral descripta en el capítulo anterior–, la proximidad, la empatía y la emoción –especialmente el dolor por la irreparable pérdida de la locutora– asumen el centro de la escena.

Gindin estudia los discursos, donde identifica esta nueva modalidad enunciativa: la irrupción de distintos (y múltiples) mecanismos a partir de los cuales Fernández de Kirchner “capitaliza discursivamente” su condición de viuda. Por un lado, analiza los recursos lingüísticos y semióticos a través de los que se construyen escenas de cercanía que delinean el vínculo con un prodestinatario –destinatario casi exclusivo de sus discursos a partir de la conformación de una “comunidad del dolor”–: la modalización afectiva que tematiza su condición de mujer doliente; la “informalidad”; el dialogismo e interpelación directa, y el relato de escenas íntimas y cotidianas que crea lazos de intimidad y empatía. Por otro lado, en un movimiento inverso, Gindin aborda la manera en que pone en primer plano su condición de mujer-política; donde se juega la relación con el contradestinatario, construido de manera dialógica a partir de una disputa con los sentidos circulantes a través de estereotipos –particularmente en la prensa– en torno a su condición de género, y analiza cómo dicha disputa tiene eco en la configuración de la imagen discursiva de Fernández de Kirchner, quien se legitima en su gestión: las obras realizadas y los logros conseguidos. Para Gindin, la imagen de mujer que construye Fernández de Kirchner pendula entre la fragilidad y la fuerza. Este aspecto, que será retomado en el capítulo final, invita a reflexionar acerca de la difícil convivencia entre lo íntimo y lo político, lo privado y lo público, y evidencia el carácter no unívoco de la construcción de su identidad de género.

Asimismo, otro aspecto relevante del tercer capítulo está dedicado al análisis de la construcción discursiva de la omnipresente figura de Néstor Kirchner [Él], “el fundador innombrable”, especialmente después de su muerte: mito del origen y aglutinador de demandas que el kirchnerismo retoma, –y por quien y gracias a quien Fernández de Kirchner habla–. Gindin aborda no solamente las referencias que Fernández de Kirchner hace de su compañero muerto –las ideas de fundador, salmón6 y juventud maravillosa– que lo invisten de distintos atributos (coraje, valentía, sueños, sacrificio, locura, heroísmo, utopía), sino también aquellas como la de Nestornauta o Eternéstor7 construidas por agrupaciones políticas que aportan sentidos que se aglutinan en torno a la figura del exmandatario y que se fijan al momento de su muerte en una mitología que propone formas de identificación apologéticas.

Siguiendo el análisis, Gindin señala que la escenografía íntima también promueve una interpelación particular a los jóvenes, destinatarios privilegiados del macro-acto de habla de “agradecimiento” de la locutora y convocados a realizar el sueño prometido de la Argentina del Bicentenario. La autora analiza el vínculo de retroalimentación afectiva con la juventud militante sintetizada en la consigna “Fuerza, Cristina” y, por otro lado, aborda la comparación, el juego de oposición y continuidad, que Fernández de Kirchner introduce entre esta juventud (la generación del Bicentenario) y otra(s) juventud(es) presentes y pasadas.

Finalmente, el último eje de análisis del tercer capítulo es la dimensión programática del discurso de Fernández de Kirchner a partir de la decisión de presentarse a la reelección en 2011. Gindin aborda el discurso electoral de la presidenta y se centra en aquellos aspectos relevantes para la construcción del ethos íntimo, donde se destaca la recuperación de los significados atribuidos a Néstor Kirchner; que, luego de su muerte y de manera transitiva, son trasladados a la figura de Fernández. Incluso, de manera particular, la reconfiguración del dolor de la locutora por su condición de viuda en fuerza.

En el cuarto y último capítulo del libro, la autora se aboca al análisis de los distintos colectivos de identificación de los que el líder se enuncia portavoz y a partir de los cuales se interpela y cohesiona la identidad de la “comunidad imaginada” a la que se pretende representar. Gindin también atiende aquí a las condiciones de producción de los discursos para evaluar las variaciones que emergen en la conformación de dichos colectivos. En tal sentido, refiere a las categorías teóricas de representación y liderazgo político recuperando críticamente los aportes de Marcos Novaro (2000), Ernesto Laclau (2009) y Rocío Annunziata (2012), y los vincula con la categoría veroniana de colectivo de identificación. Los colectivos seleccionados por Gindin para el análisis son: “las mujeres”, “los peronistas”, “la generación del Bicentenario” y “los kirchneristas”.

En el primer apartado de este capítulo se pregunta: ¿qué es ser mujer en el discurso de Fernández de Kirchner? Gindin considera que:


Las definiciones en torno a qué es ser mujer (…) se construyen de manera dialógica, respondiendo a ciertos discursos circulantes que plantean determinadas representaciones de género y que aparecen como el ellos del discurso, como ese tercero que se opone al colectivo de identificación de la enunciadora (2019, p. 136).


Esta construcción de pertenencia genérica recupera también otras figuras femeninas que se identifican como modelos de conducta y cuyos atributos –la Eva combativa; la Eva maternal; la fuerza, la lucha, el ejemplo y la superación de adversidades que encarnan las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo– se transfieren a Fernández de Kirchner, se trasvasan a su imagen. Atravesado por las ideas de lo que es ser mujer y lo que es ser mujer política, para Gindin la definición de género de Fernández de Kirchner en su discurso está lejos de ser unívoca: reproductora de estereotipos de la diferencia a veces, rupturista en otras, es compleja y oscila entre las ideas de fragilidad y fuerza. Esta oscilación –dice Gindin– queda cristalizada en la frase pronunciada por la primera mandataria argentina en una de las alocuciones en el marco de la crisis agropecuaria que da origen al título del libro: “que no se confundan con mi aparente fragilidad”, pronunciada en un discurso del 1 de abril de 2008.

En otro apartado, la autora aborda la construcción del colectivo de identificación “nosotros los peronistas”. Allí, además de retomar las lecturas del peronismo abordadas en capítulos anteriores, se analizan tanto las formas de inscripción en una tradición del peronismo concebido como incluyente y articulador, como los mecanismos de diferenciación frente a “otro” peronismo asociado al neoliberalismo. En el análisis de la conformación de este colectivo, Gindin atiende a los desplazamientos discursivos, los juegos de inclusiones y exclusiones en la relación cambiante entre “los peronistas” y “los argentinos” en los discursos pronunciados en los Actos por el Día de la Lealtad (17 de octubre)8, así como a la complejidad del lugar de enunciación de Fernández de Kirchner, quien habla como compañera, como militante, como Presidenta. Por otro lado, se abordan a los mecanismos de confluencia entre el “peronismo” y el “kirchnerismo” a partir del encadenamiento de las figuras femeninas de Eva Perón (quien encarna la lucha por los derechos sociales del peronismo) y las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo (que representan la lucha por los derechos humanos). Finalmente, y como preludio del apartado siguiente, se aborda la enunciación de Fernández de Kirchner como parte de “la generación diezmada”, aquel colectivo de origen partidario con el cual se había identificado Néstor Kirchner, atravesado por valores y significados asociados a la dificultad de la experiencia vivida –la de la última dictadura cívico-militar, 1976-1983– y a una manera de concebir la política y al sujeto político –vinculado a los ideales, las utopías y las convicciones– que nace del aprendizaje de esa experiencia.

En relación con el colectivo de identificación “la generación del Bicentenario”, Gindin analiza el lugar de enunciación que Fernández de Kirchner se adjudica para sí, que es el de enunciar desde la democracia, desde las instituciones. Esta enunciación recupera su trayectoria política y enfatiza su coherencia ideológica. La autora aborda la creciente conformación de fronteras discursivas irreconciliables con el otro negativo; este énfasis en la dimensión polémica construye un ellos antitético, por el cual todo lo que se identifica como alteridad cae en la categoría de antidemocrático y destituyente. Delineada como horizonte utópico, “la generación del Bicentenario” amplía las bases de sustentación de “la generación diezmada” y será reinvindicadora del lugar del Estado y la política, a la vez que focaliza en la diferenciación entre Estado y Gobierno, lo que permite enfatizar en la necesidad de continuidad de las políticas públicas. Es allí donde Gindin encuentra una síntesis de la identidad cristinista.

Finalmente, se aborda la construcción del colectivo de identificación “nosotros los kirchneristas”, que es definido a través de los sintagmas el proyecto o el modelo y determinado por oposición al modelo neoliberal. Estas definiciones delimitan un periodo histórico iniciado en 2003, con la asunción de Néstor Kirchner, que Gindin vincula a lo que definió como el ethos magistral y a discursos que operan en un orden de la constatación donde se deslegitima la pretensión de verdad de los adversarios. Gindin expone las oscilaciones enunciativas entre el “nosotros proyecto” / “nosotros, pareja presidencial” a través de las cuales se capitalizan los logros de la gestión de Kirchner y aborda los valores asociados al proyecto kirchnerista (inclusión social, vida digna, vigencia de Derechos Humanos, trabajo), y cómo esto se asocia a la idea de Bicentenario en tanto horizonte utópico que hace necesaria la continuidad del proyecto.

En síntesis, en Mi aparente fragilidad. La identidad política en el discurso de Cristina Fernández de Kirchner (2007-2011), Gindin reflexiona, desde el análisis del discurso, acerca de la identidad y el liderazgo político en la Argentina contemporánea. También indaga en las complejas relaciones que entablan las prácticas mediadoras de la política con los procesos sociales que les dan su sentido histórico. En este libro la autora describe un ethos discursivo complejo y multidimensional, además nos explica cómo numerosos índices de diversa naturaleza se asocian para componer la imagen de sí de Fernández de Kirchner. Atendiendo a las condiciones de producción de los discursos y, de manera novedosa, vincula el ethos con el concepto de identidad política y asume una mirada interdisciplinaria enriquecedora. Este trabajo investigativo ofrece, entonces, el análisis riguroso de la construcción discursiva de una identidad política en el marco de uno de los fenómenos políticos más importantes de Latinoamérica de la primera década del siglo XXI. Por eso es una lectura necesaria y un valioso aporte para la comprensión del kirchnerismo en su totalidad.



REFERENCIAS


Aboy Carlés, G. (2001). Las dos fronteras de la democracia argentina. La reformulación de las identidades políticas de Alfonsín a Menem. Rosario: Homo Sapiens.

Annunziata, R. (2012). ¿Hacia un nuevo modelo del lazo representativo? La representación de proximidad en las campañas electorales de 2009 y 2011 en Argentina. En Cheresky, I. & Annunziatta, R. (2012). Sin programa, sin promesa. Liderazgos y procesos electorales en Argentina (pp. 45-87). Buenos Aires: Prometeo.

Laclau, E. (2009). La razón populista. Buenos Aires: Fondo de Cultura Económica.

Narvaja de Arnoux, E. (2006). Análisis del discurso. Modos de abordar materiales de archivo. Buenos Aires: Santiago Arcos.

Novaro, M. (2000). Representación y liderazgo en las democracias contemporáneas. Rosario: Homo Sapiens.


*Contribución: el 100% del trabajo pertenece a la autora.



IDENTIFICACIÓN DE LA AUTORA


Ana Laura Maizels. Magíster en Análisis del Discurso, Facultad de Filosofía y Letras, Universidad de Buenos Aires (UBA), Argentina y Profesora en Letras por la UBA. Es profesora de diversas universidades públicas –UBA y Universidad Nacional de La Matanza (UNLaM)– y privadas –Universidad de Ciencias Empresariales y Sociales (UCES) y Universidad del Museo Social Argentino (UMSA)– de Argentina. Participa en proyectos de investigación UBACyT (proyectos UBA-Ciencia y Tecnología) bajo la dirección de Elvira Arnoux. Ha publicado capítulos de libros y artículos en revistas especializadas. Entre ellos pueden destacarse “La integración latinoamericana en los discursos de Cristina Fernández”, publicado en Discusividades Políticas: en tono a los peronismos (Arnoux & Di Stefano, 2017) y “La representación del tiempo en los discursos de Cristina Fernández (2007-2008): pasado, presente y futuro”, publicado en Discurso y Política en Sudamérica (Arnoux & Zaccari, 2015).


Artículo publicado en acceso abierto bajo la Licencia Creative Commons - Attribution 4.0 International (CC BY 4.0).


1 La construcción discursiva de la identidad política de Cristina Fernández de Kirchner durante su primera presidencia (2007-2011). Tesis doctoral, Doctorado en Comunicación Social, Facultad de Ciencia Política y Relaciones Internacionales, Universidad Nacional de Rosario (UNR), 2016.

2 Nota del editor. Abogada y política argentina. Presidenta de Argentina en dos mandatos sucesivos (2007-2011, 2011-2015).

3 Nota del editor. El llamado “Conflicto con el campo” se inició en marzo de 2008, luego de que el gobierno dispusiera un sistema móvil para las retenciones impositivas a las exportaciones de trigo, soja y maíz (Resolución Nº 125/2008). La medida fue fuertemente resistida por las principales organizaciones del sector agrícola-ganadero y, a medida que el conflicto se extendía, ganó el apoyo de diversos sectores de la sociedad y de la oposición política argentina. En el marco de las crecientes protestas, el Poder Ejecutivo envió un proyecto de ley al Congreso Nacional con el fin de dirimir la situación por la vía parlamentaria, que finalmente no fue aprobado por el Senado y dejó sin efecto la medida.

4 Nota del editor. El conflicto entre el kirchnerismo y los “medios” o las empresas info-comunicativas de referencia dominante se agudizó a partir del debate y posterior sanción de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual en 2009, y continuó durante todo el mandato de Cristina Fernández de Kirchner.

5 Nota del editor. Néstor Kirchner (1950-2010). Abogado y político argentino. Presidente de la Nación en el periodo 2003-2007. Murió en 2010, durante el primer mandato presidencial de su esposa Cristina Fernández.

6 Esta idea de salmón remite metafóricamente a una particularidad de estos peces que, para desovar, migran desde el océano hasta su lugar de nacimiento y para ello deben nadar río arriba –en contra de la corriente– luego de lo cual, mueren.

7 Las dos denominaciones, Nestornauta y Eternéstor, están basadas en el personaje Juan Salvo, El Eternauta, protagonista de la historieta homónima creada por Héctor Germán Oesterheld y dibujada por Francisco Solano López a finales de la década del 50. El escritor y guionista Oesterheld, reconocido por su compromiso y militancia política, fue detenido y desaparecido en 1977, durante la última dictadura cívico-militar argentina. Antes de su desaparición escribió la segunda parte de El Eternauta, también ilustrada por Solano López.

8 El Día de la Lealtad se conmemora lo sucedido el 17 de octubre de 1945, un hecho fundacional para el movimiento obrero argentino y para el Partido Justicialista argentino. Ese día, después de que Perón fuera encarcelado y destituido de sus cargos de Vicepresidente, Ministro de Guerra y Secretario de Trabajo y Previsión del gobierno militar de Edelmiro Farrell, se produjo una masiva movilización obrera y sindical a Plaza de Mayo (Buenos Aires, Argentina) que exigía su liberación y su retorno a la función pública. Esta exigencia se cumplió de manera inmediata. Luego Perón se dirigió a la multitud desde los balcones de la Casa Rosada en un histórico discurso. Esta fecha se considera el nacimiento del Peronismo y fue la base de su candidatura presidencial y su triunfo en 1946.