Entrevista a Massimo Leone
La comunicación del futuro
Desafíos teóricos y educativos
The Communication of the Future
Theoretical and Educational Challenges
A comunicação do futuro
Desafios teóricos e educacionais
DOI: https://doi.org/10.18861/ic.2023.18.2.3499
MASSIMO LEONE
massimo.leone@unito.it – Turín – Università degli Studi di Torino, Italia.
ORCID: https://orcid.org/0000-0002-8144-4337
CÓMO CITAR: AA. VV. (2023). Entrevista a Massimo Leone. La comunicación del futuro. Desafíos teóricos y educativos. InMediaciones de la Comunicación, 18(2), 301-304. DOI: https://doi.org/10.18861/ic.2023.18.2.3499
Massimo Leone, investigador italiano y uno de los máximos exponentes de la semiótica contemporánea, recorre lo ocurrido en los últimos 25 años en el campo de la comunicación y señala los contrastes radicales que existen entre sus años de formación universitaria y el universo mediático actual.
¿Cómo era el campo de la comunicación o el área de la investigación en la que trabajaba hace 25 años? ¿Cuáles eran sus temas, los modos de abordar las problemáticas, las perspectivas de análisis y los retos que se enfrentaban por entonces?
En 1998, cuando tenía 23 años, ya había estudiado Ciencias de la Comunicación en la Universidad de Siena (Italia), durante dos años. Luego me trasladé a París con una beca Erasmus y pasé dos años allí, asistiendo a diferentes universidades, como la Sorbonne Nouvelle y la Escuela Normal Superior de Francia. Al repasar la bibliografía de aquellos exámenes, me encuentro con un panorama que describiría como dramático. Fue en esa época cuando Internet se estaba convirtiendo en una herramienta de masas y también estaba ingresando al ámbito universitario.
Recuerdo que, durante mi primer año en Ciencias de la Comunicación, los estudiantes no teníamos direcciones de correo electrónico y muchos ni siquiera sabían qué era eso. Sin embargo, entre nosotros había un estudiante muy inteligente que más tarde fundó una exitosa empresa y, por su propia iniciativa, instaló un servidor que nos dio a todos los estudiantes acceso al correo electrónico. Recuerdo uno de los primeros correos electrónicos que envié a través de este servicio, contactando a un profesor estadounidense que trabajaba en narices artificiales. Ahora me sorprende un poco lo futurista que era mi investigación en ese entonces, cuando recién iniciaba mis estudios y reflexiones dedicadas a la semiótica. De hecho, algunos de mis profesores también eran especialistas en redes neuronales e inteligencia artificial. Sin embargo, en esa época, estas disciplinas eran predominantemente teóricas y estaban lejos de los efectos prácticos que estamos experimentando en la actualidad.
Para resumir, en aquellos años se hablaba mucho de televisión y radio. No había series de televisión ni existía Netflix. El cine también era un tema muy relevante, especialmente en París, que era conocida como la ciudad del cine. La presencia del cine digital era mínima y se discutía mucho sobre la convergencia de los medios. Sin embargo, ahora, 25 años después, el panorama ha cambiado por completo. La televisión ha sido “aniquilada” y la radio se ha convertido en un tema de nicho. Recuerdo que en aquellos años se inició una pionera radio universitaria italiana, completamente digital, en la Universidad de Siena. Allí participé en un programa dedicado al cine. Luego se produjo una explosión de la tecnología digital, que no estaba presente en los programas de estudio; tampoco la inteligencia artificial tenía un papel destacado. Por ejemplo, en París se hablaba mucho sobre la relación entre el cine y la pintura, pero todos esos estudios fueron reemplazados por lo digital. En resumen, el panorama actual es completamente diferente. La teoría y la metodología juegan un papel menos importante, los medios analógicos tienen poca relevancia, mientras que lo digital se encuentra en todas partes. Se estudian casos prácticos en lugar de escenarios complejos, y todo está mucho más fragmentado. La dimensión sociopolítica se ha vuelto difusa y ya no se refiere a un poder político organizado. Cuando comencé a estudiar comunicación era la época en que Silvio Berlusconi adquirió el control de la política italiana mediante la construcción de un imperio mediático basado principalmente en la televisión. Ahora, la relación entre el poder político y el poder algorítmico es menos personalizada.
¿Cómo es ahora ese campo o el área de desempeño a la que ha dedicado su tarea investigativa? ¿Cuáles transformaciones tuvieron lugar?
El panorama actual es muy diferente. He dedicado mucho tiempo al estudio e investigación en el campo de la semiótica general, la semiótica del discurso religioso, la semiótica visual y la historia del arte. Estas disciplinas todavía existen desde el punto de vista académico. Sin embargo, lo que realmente despierta la curiosidad, el interés y la pasión de los estudiantes e investigadores de la nueva generación son temas interdisciplinarios y cercanos a la vida cotidiana, vinculados a la explosión de la tecnología digital y, especialmente, a la inteligencia artificial. Hoy en día, todo el discurso académico gira en torno a la gran revolución de la inteligencia artificial, y esto es comprensible. Existe una gran preocupación por estos cambios, pero también se vislumbran nuevas perspectivas de transformación radical en la forma en que llevamos a cabo nuestras investigaciones. Sin embargo, a menudo falta una comprensión teórica y metodológica general. Las herramientas teórico-metodológicas del pasado parecen haber quedado obsoletas, ya que se enfrentaban a un universo textual y mediático muy diferente. Ahora, se estudian más los procesos, las dinámicas y las tendencias, y se presta menos atención a los textos aislados y a sus autores. El investigador argentino José Luis Fernández (2023) ha publicado recientemente un manual metodológico sobre la investigación en ciencias sociales y medios de comunicación, el cual considero un intento heroico. De hecho, he escrito el prólogo de ese libro, titulado Una mecánica metodológica para el análisis de las mediatizaciones, ya que es uno de los pocos intentos de síntesis en un mundo muy accidentado, en el que los investigadores a menudo están desconcertados y atrapados en el vértigo de los cambios. Por eso lo he denominado como “antisísmico” y como “manual de supervivencia para las calamidades comunicativas”.
¿Cómo se avizora el futuro? ¿Cuáles desafíos atraviesan el campo de la comunicación y la formación académica y profesional?
Hace unas semanas, impartí un seminario en París sobre un hermoso artículo de Lotman (1988), titulado “Tejnicheskii progress kak kul’turologuicheskaia problema”i, que trata sobre el impacto de las nuevas tecnologías en las sociedades y culturas. Lotman señala que hacer predicciones es muy difícil, casi imposible, ya que las predicciones suelen resultar incorrectas. Sin embargo, podemos identificar ciertas tendencias, como lo hace Lotman en el artículo citado.
Cuando se producen cambios tecnológicos disruptivos y explosivos, a menudo acompañados de nuevos miedos, surge una relación entre la tecnología en desarrollo y la aparición de esos temores. Es inevitable que las tecnologías se desarrollen y se extiendan en una geografía irregular que también contiene muchas desigualdades. Hoy en día, esas desigualdades están ocultas, pero son de gran importancia. La inteligencia artificial que todos empezamos a utilizar se desarrolla en laboratorios que están alejados de la mirada y del escrutinio público. Solo nos fijamos en sus resultados. Veremos cada vez más actividades humanas siendo reemplazadas, y a menudo mejoradas, por entidades que ya no son máquinas ni animales, sino algo intermedio entre máquina, animal y ser humano. La inteligencia artificial asumirá cada vez más tareas creativas. Como consecuencia, será necesario cambiar radicalmente la educación, la investigación y los estudios universitarios en su conjunto. Pronto, además de una universidad para seres humanos, se necesitará una universidad para algoritmos. Habrá una necesidad de educar a los algoritmos desde la escuela primaria, una pedagogía artificial. Debemos educar a estas nuevas inteligencias incorpóreas con un sentido común compartido. En esa línea, creo que habrá más especialistas que se dediquen a la creación y adaptación de los nuevos algoritmos: por ejemplo, en el caso de las personas dedicadas a la traducción, que en lugar de enfocarse en la traducción misma, ya que las máquinas a menudo traducen mejor que los humanos, posiblemente se dediquen a esas tareas. Es decir, nos enfrentamos a un período de grandes desafíos. Cuando yo era estudiante, ni siquiera tenía una dirección de correo electrónico, pero ahora los estudiantes no solo tienen una dirección de correo electrónico, sino también acceso a superordenadores que pueden utilizar para sus propios experimentos. Seguramente surgirán grandes iniciativas creativas a partir de estas oportunidades. ¡Seamos los eruditos de la comunicación del futuro!
REFERENCIAS
Fernández, J. L. (2023). Una mecánica metodológica para el análisis de las mediatizaciones. Buenos Aires: La Crujía.
Leone, M. (2023). I compiti principali di una semiotica dell’intelligenza artificiale. Leone, M. & Santangelo, A. (ed.), Semiotica e intelligenza artificiale (pp. 29-44). Roma: Aracne.
Lotman J. M. (1988). Tejnicheskii progress kak kul’turologuicheskaia problema. Semeiotiké. Trudy po znakovym sistemam, 22, 97-116.
* Nota: el Comité Académico aprobó la publicación de la entrevista.
Artículo publicado en acceso abierto bajo la Licencia Creative Commons - Attribution 4.0 International (CC BY 4.0).
IDENTIFICACIÓN DEL ENTREVISTADO
Massimo Leone. Doctor en Ciencias Religiosas, Sorbonne Université (Francia). Doctor en Historia del Arte, Universität Freiburg (Alemania). Profesor de “Filosofía de la Comunicación”, “Semiótica Cultural” y “Semiótica Visual”, Università degli Studi di Torino (Italia). Profesor de “Semiótica”, Universidad de Shanghai –en chino: 上大; pinyin: Shàngdà– (China). Director, Instituto de Estudios Religiosos en la “Fundación Bruno Kessler” de Trento (Italia). Miembro asociado de Cambridge Digital Humanities, University of Cambridge (Estados Unidos). Ha sido profesor visitante en varias universidades de los cinco continentes. Ha escrito quince libros y publicó más de seiscientos artículos en el campo de la semiótica, estudios religiosos y estudios visuales. Fue galardonado con una subvención ERP - “Consolidator” en 2018 y una subvención ERP - “Proof of Concept” en 2022. Jefe editor de Lexia, la revista del Centro de Investigación Interdisciplinaria en Comunicación de la Universidad de Turín. Además, es coeditor en jefe de Semiotica, revista de la International Association for Semiotic Studies publicada por de Gruyter, y coeditor de las series de libros “I Saggi di Lexia” (Editorial Aracne), “Semiotics of Religion” (Editorial Walter de Gruyter) y “Advances in Face Studies” (Editorial Routledge).
i Su traducción al español se encuentra en: Lotman. J. M. (1996). El progreso técnico como problema culturólogico. En La Semiosfera. Semiótica de la cultura y del texto (pp. 214-236). Madrid: Cátedra.