¿Cuál es la verdadera China?

Autores/as

  • Lic. Andrés Bancalari

Resumen

Acaba de salir a la venta en los Estados Unidos el último libro de Henry Kissinger, el cual analiza en 586 páginas, la historia reciente de la República Popular China. La fecha del lanzamiento del libro no es casual, y los chinos que son tan adeptos a las celebraciones, seguramente recibirán con beneplácito que el lanzamiento del mismo se realice cuando se están cumpliendo los 40 años de aquel primer viaje secreto de Kissinger a China, el cual fue el comienzo del acercamiento de Occidente a China y viceversa.

Al mismo tiempo, en este año 2011 también se celebran los 10 años del ingreso formal de China a la Organización Mundial del Comercio, el cual representa para los chinos un momento clave en el posicionamiento del gigante asiático como una potencia emergente y protagonista de la política y la economía internacional del presente siglo.

Pero, ¿cuál es la verdadera China? ¿es acaso el país que en las últimas semanas realizó encuentros militares al más alto nivel en los Estados Unidos destacando su voluntad pacífica y de respeto de los principios jurídicos internacionales? o, ¿es acaso el país que según recientes filtraciones de un informe de las Naciones Unidas permite el contrabando de armas y misiles de mediano alcance desde Corea del Norte hacia países como Eritrea, el cual bajo la Resolución 1907 de la ONU tiene establecido un embargo de armas?

Es difícil encontrar una respuesta a la primera pregunta. Debo confesar que después de varias semanas en China y visitando el país que se vende al mundo desde Beijing y la China menos conocida como son las provincias centrales, creo que no hay una única respuesta.

China es una y varias al mismo tiempo. El delicado equilibrio establecido por el Partido Comunista Chino establece para con su pueblo un acuerdo de mutuo respeto. Ese acuerdo está basado en el hecho de que el gobierno ha logrado en los últimos veinte años no solo alimentar a los casi 1.400 millones de chinos (recordemos que las últimas hambrunas se sucedieron a finales de la década de 1980), sino que al mismo tiempo, ha permitido que varios cientos de millones tengan acceso a bienes como autos, propiedades, electrodomésticos y viajes, lo cual era casi una utopía en un pasado no tan lejano.

El socialismo con caracteres chinos está en un proceso de desarrollo y cambio. No hay reglas fijas y el sistema se va adaptando a la velocidad china a lo que sea necesario para mantener a la población satisfecha. Adicionalmente, para aquellos cientos de millones que aún no han alcanzado la bonanza económica, el sueño existe, es real, visible, tangible y posible, algo que es muy difícil de ofrecer por parte de algún gobierno en el mundo actual.

Occidente deberá entonces aprender a convivir con esta nueva realidad. Nos guste o no, China ha llegado para quedarse, y por primera vez en la historia de dicho país, China tiene la voluntad expresa de acercarse al mundo exterior, lo cual es un cambio radical en su tradicional postura aislacionista de los últimos siglos.

Es aún muy temprano para entender cuál es el lugar que China aspira a tener en las próximas décadas. No está claro aún si solamente busca asegurar el bienestar de su población y posicionarse en el escenario internacional en un terreno de igualdad con los Estados Unidos y Europa, o por el contrario, veremos una China dominante y con aspiraciones colonialistas en regiones como África o América Latina.

Siempre es erróneo sacar conclusiones basado en la mera experiencia personal o los contactos que uno establece en este tipo de viajes, pero no puedo dejar de compartir un dialogo que mantuve en el vuelo de Beijing a Paris, el cual refleja en buena medida lo que los ciudadanos chinos observan del mundo actual y del posicionamiento de su país.

El mismo lo mantuve con una joven profesional que había realizado su MBA en Francia y que desde hace unos tres años viaja mensualmente a Francia para realizar negocios en dicho país. El tema sobre el que hablábamos era la crisis del año 2008 y el impacto que ésta había tenido en el consumo en Francia en las tiendas de ropa de marcas exclusivas. Hablábamos sobre como en ese momento de crisis, fueron los chinos los que prácticamente se mantuvieron como los únicos compradores durante varios meses en que los europeos, los japoneses y los norteamericanos desaparecieron de las mismas, y el cambio que desde el gobierno de Sarkozy se había producido para con China.

Recordemos que luego de casi dos años de tensas relaciones entre Francia y China, el presidente Sarkozy realizó en abril del 2010 su primer viaje a Beijing con el objetivo de recomponer las relaciones entre ambos países, luego de fuertes cruces por temas como el Tíbet o Irán.

Pero consciente de la importancia de China en el desarrollo de la economía francesa, Sarkozy realizó un fuerte cambio en su postura con Beijing y comenzó un acercamiento que se mantiene hasta la fecha.

Al analizar este proceso y los cambios ocurridos desde el año 2008, mi interlocutora señaló fríamente refiriéndose a Sarkozy: “now he knows who is the boss”. Si este pensamiento aislado refleja lo que el futuro nos depara, entonces todos desde este lado del mundo tendremos mucho que trabajar para asegurar que las relaciones sean de verdadera igualdad.


Coordinador Académico Adjunto de la
Licenciatura en Estudios Internacionales
FACS - Universidad ORT - Uruguay

Descargas

Publicado

2011-05-26

Número

Sección

Comercio y economía internacional