La verdadera Revolución Cultural

Autores/as

  • Lic. Andrés Bancalari

Resumen

En pocos años se estará celebrando el 50 aniversario del comienzo de la denominada “Revolución Cultural”, la cual es sin ningún lugar a dudas, uno de los períodos más oscuros, tristes y retrógrados de la China contemporánea.

Será muy interesante observar en el año 2016 la forma en que, desde el gobierno, se organizan las actividades conmemorativas, ya que si algo distingue a la cultura china es su vocación por las celebraciones.

A juzgar por la opinión de todos los académicos chinos con los que he tenido oportunidad de establecer contacto en estas tres semanas, es posible que en el año 2016 no haya ninguna clase de festejos, ya que la unanimidad de las opiniones señala que la Revolución Cultural fue un gran error, además de una tragedia.

Recordemos muy simplificadamente que entre 1966 y 1977 casi todas las universidades chinas fueron clausuradas, y por lo tanto la generación y transmisión de conocimiento durante dicho período desapareció de la sociedad china. Los miembros de las universidades fueron trasladados a trabajos forzados en el campo y los más beneficiados fueron destinados a las fábricas.

Muchos de ellos no sobrevivieron, pero en ese momento no era importante, lo importante era que el conocimiento debía de venir exclusivamente del campesino y del obrero, los cuales eran los verdaderos portadores de la sabiduría.

La Revolución Cultural ha tenido un costo significativo en el desarrollo de China, ya que recuperar esos once años perdidos no ha sido tarea fácil, y en los hechos, hasta mediados de la década de los 90, las universidades chinas se encontraban muy por debajo de sus pares, no solo de las universidades de las grandes potencias sino también de las de los países en vías de desarrollo.

Pero el gobierno chino, consciente de la importancia de la generación de conocimiento como forma de liderar y transformar un país, ha venido desarrollando varios programas para posicionar a algunas de las universidades chinas entre las mejores del mundo.

En dicho proceso el gobierno invierte sumas millonarias en instalaciones e investigación, así como en incorporar académicos reconocidos a nivel mundial, comenzando por el fomento a la repatriación de los académicos de la diáspora china que se formaron en universidades de primer nivel de los Estados Unidos y Europa.
Es que, sin desarrollo e innovación, China nunca podrá avanzar más allá de ser una gran fábrica, quedando estancando en un nivel de conocimiento básico y lejano a los 
líderes mundiales.

No olvidemos que en la gran competencia entre las nuevas potencias emergentes (BRIC), la India viene desarrollando sin interrupciones desde mediados de la década de los 50 los denominados Institutos de Tecnología Indios (IIT), los cuales fueron impulsados por Nehru y desarrollados a semejanza de las mejores universidades del mundo.

Adicionalmente a dichos IIT, India tiene una ventaja adicional sobre China, en lo que es el mayor legado que los británicos dejaron en dicho país: el idioma inglés, que la acerca al mundo.

La competencia entre las potencias emergentes está abierta y cada una de ellas está invirtiendo los máximos recursos disponibles para superarse a sí misma y a sus pares. 

China ha comprendido los errores del pasado, y sin vacilaciones pero con mucho, mucho dinero avanza en el camino de desarrollar conocimiento. Esperemos estar entonces frente a una verdadera Revolución Cultural.


Coordinador Académico Adjunto de la
Licenciatura en Estudios Internacionales
FACS - Universidad ORT - Uruguay

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Publicado

2011-05-19

Número

Sección

Comercio y economía internacional