Crecimiento económico y deterioro de la calidad institucional

Autores/as

  • Pedro Isern

Resumen

La economía mundial ha sufrido transformaciones estructurales en los últimos 10 años. Podemos remarcar dos características principales de este proceso: por un lado, un sostenido crecimiento de las economías emergentes. Por otro lado, un lento pero sistemático deterioro de la calidad institucional del mundo.

Es posible argumentar que la calidad institucional del mundo es una función de la suma de las calidades institucionales nacionales y la variación de la incidencia que los respectivos países tienen en el producto bruto mundial. El desempeño positivo de la economía hace que las sociedades tiendan a dejar de lado otros indicadores relevantes. Generalmente en los países en desarrollo, la opinión pública reduce su interés en los casos de corrupción y falta de transparencia republicana cuando se encuentra en una espiral de consumo y bienestar económico. La misma dinámica se puede encontrar en las relaciones internacionales: el notable incremento en los precios de las materias primas y el sostenido crecimiento de los países en desarrollo, ha hecho pasar a un segundo plano los cuestionamientos sobre el funcionamiento de las instituciones en algunos países percibidos como los responsables de esta nueva bonanza. El ejemplo paradigmático de ello es China. Allí, la falta de transparencia y violación a los derechos humanos se ha consolidado y parte de la explicación radica en la incapacidad o falta de interés del resto del mundo en cuestionar las condiciones internas de la economía que es la principal demanda externa de su produccion.

Podemos pensar el punto a partir de un ejemplo. Supongamos que tenemos 4 economías en el mundo: dos economías grandes y dos economías chicas. A su vez, supongamos que una economía grande tiene alta calidad institucional y la otra tiene baja calidad institucional. De la misma manera, tenemos una economía chica con alta calidad institucional y una economía chica con baja calidad institucional.

Los países representativos son EE.UU., China, Noruega y Nicaragua.

Veamos como ha evolucionado el PIB per capita y la incidencia en el PIB mundial de estas 4 economias. 

A su vez, veamos qué refleja el Indice de Estado de Derecho.

El PIB del mundo ha crecido y las instituciones se han deteriorado si se pondera por la creciente incidencia de China. A su vez, la otra información relevante que muestra el gráfico es que lo realmente importante para la calidad institucional del mundo es como evolucionan las instituciones de los países grandes. Noruega tiene excelentes instituciones y los noruegos prosperan a partir de ello y Nicaragua tiene pésimas instituciones y por ello los nicaragüenses permanecen y permanecerán en la pobreza, pero ambas situaciones opuestas influyen poco o nada en la calidad de las instituciones globales. Quienes realmente influyen e influirán sobre la calidad del Estado de Derecho en el mundo son las economías grandes.

Podemos argumentar lo mismo desde otra perspectiva. Por ejemplo, podemos pensar que la prosperidad que se percibe en los países emergentes y en vías de desarrollo refleja sólo una parte de la realidad. Así, podemos pensar que cuando un país o región incrementa su comercio con China, eso no supone sólo mayor ingreso por mejores precios internacionales de determinadas comodities (petróleo, cobre, soja, hierro) sino también un mayor intercambio institucional con ese país. Por ejemplo, cuando el comercio de América Latina se componía en 30% con EE.UU., 30% con Europa, 25% con otros países del área, 5% con China y 10% con el resto del mundo, las (débiles) instituciones de la región estaban expuestas en un 5% a las arbitrariedades chinas. En cambio, si en la actualidad el comercio con China se ha incrementado hasta llegar al 20% del total, las (débiles) instituciones de América Latina se exponen en un 20% a las arbitrariedades chinas.

El problema central aquí es que mientras los actores relevantes internalizan el incremento del creciente intercambio comercial, nadie ha intentado medir el costo del creciente intercambio institucional. La cuestión que surge es política y analíticamente relevante: hemos estado asumiendo que el incremento de los precios internacionales, principalmente debido a la mayor demanda china, ha ayudado al muy buen desempeño macroeconómico de los países de la región pero, sin embargo, no hemos prestado atención al costo institucional que supone una mayor relación comercial con ese pais en detrimento (relativo) de países con mejores instituciones, como Europa y EE.UU.

Es necesario empezar a pensar mecanismos que ayuden a sumar y restar desempeños institucionales. Sabemos sumar y restar intercambios económicos o comerciales pero no sabemos hacer lo mismo  con las instituciones. Si bien es sencillo saber que si exportaba 100 automóviles y ahora exporto 120 he tenido un crecimiento de 20% y es difícil saber cuánto se han deteriorado mis instituciones si antes exportaba 40 autos a China y 60 a Europa Occidental y ahora exporto 60 a China y 60 a Europa Occidental, es necesario incorporar una medida que repare al menos en un indicador de desempeño. Es decir, un indicador que si bien no pueda dar una magnitud, sí pueda informar sobre un mejoramiento o empeoramiento en la calidad institucional a partir de la variación en la incidencia de los socios comerciales.

 

*Profesor Invitado, Depto. Estudios Internacionales, Universidad ORT Uruguay.
Profesor adjunto de Ciencia Política en la 
Universidad Abierta Interamericana de Buenos Aires.
Master en Filosofía Política de London School of Economics and Political Science.

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Publicado

2011-05-05

Número

Sección

Comercio y economía internacional