Nanchang, Capital de la Provincia de Jiangxi

Autores/as

  • Lic. Andrés Bancalari

Resumen

Al llegar a Beijing la primera impresión en el aeropuerto es que todo es grande, lo cual no es ninguna novedad pero se va confirmando a medida que transcurren los días. Arribé a esta ciudad capital el pasado sábado 30 de abril, fecha en la que comienzan los festejos por el 1° de mayo en este país, que implican tres días de asueto (el previo y el inmediato posterior).

El movimiento observado en el aeropuerto en el sector de los vuelos domésticos es muy similar al que podemos ver en cualquier aeropuerto de Europa o los Estados Unidos, con una gran diferencia en cuanto a los equipajes: muchos de los pasajeros despachan grandes cajas, probablemente conteniendo artículos cuyos precios son mucho más baratos que los que se ofrecen en las provincias a las que se están dirigiendo.

No estamos hablando de que los viajeros son "migrant workers" recientes ya que el costo de un pasaje aéreo es inaccesible para ellos, sino que seguramente son trabajadores que vinieron de las provincias hace más de 10 años y que han logrado un desarrollo económico relevante.

Es que de eso parece tratarse todo en China en este momento: tener más, comprar más y vivir mejor. Tanto la propaganda (comercial, no política) que se observa en las calles, así como los infinitos comerciales en la televisión apuntan a lo mismo: hay que consumir más para ser mejores y más felices.

Al llegar a la ciudad de Nanchang la situación es curiosa. El avión se detiene en una terminal que para los estándares africanos o de ciudades medias de América Latina sería una muy buena terminal, pero junto a la misma se está terminando de construir una mega terminal que sería la envidia de varias capitales latinoamericanas. Me explican que la vieja terminal ya no cubre las demandas del transporte aéreo actual y por lo tanto era necesario hacer una nueva. Pregunto sobre el futuro del viejo aeropuerto a lo que mi interlocutor con cara de sorpresa responde que será demolida (al parecer esa es la opción en China cuando hay algo nuevo).

El camino a Nanchang es surrealista. Uno no termina de entender donde está realmente la ciudad de más de 4 millones de habitantes, ya que todo lo que se ve está en construcción. Cuando digo todo, es todo. Pasamos junto a complejos de 15 edificios de 30 pisos que están siendo construidos, así como infinidades de complejos residenciales que están en la misma etapa de desarrollo. 

Finalmente a lo lejos aparece el "downtown" con grandes edificios que, en una primera impresión, me resultan muy similares a los de ciudades como Atlanta o Saint Paul. Me explican que la ciudad estaba hasta hace algunos años fuera de los intereses de Beijing y por lo tanto su nivel de desarrollo era muy bajo, pero con el crecimiento fuera de control de las ciudades de la costa, el gobierno está en un proceso de fomento de desarrollo de las ciudades del centro del país, de forma de desacelerar el crecimiento de las grandes metrópolis y contribuir a un desarrollo más armónico del país.

Sin duda que la clave del Decoupling de los países en vías de desarrollo pasa por qué le pasa a China. No es solamente una explicación intuitiva sino una comprobación real de este proceso. 

China acumula en este momento más del 30% de las reservas en moneda extranjera que existen en todo el mundo, y es esa liquidez la que permite al Partido gobernante administrar la crisis mundial en un marco de bonanza doméstica.

Pero no son todas buenas noticias. La inflación creciente, la burbuja inmobiliaria y el alto nivel de desempleo que alcanza al 30 % para los recientes graduados universitarios son algunos de los principales problemas que afectan domésticamente a la segunda potencia del mundo y que vamos a seguir analizando las próximas semanas.


Profesor de Comercio Internacional. 
Depto. de Estudios Internacionales. FACS. 
Universidad ORT Uruguay

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Publicado

2011-05-05

Número

Sección

Comercio y economía internacional