“El Hombre, el Estado y… el Blog”. Límites y posibilidades del uso del internet en el estudio de las relaciones internacionales

Autores/as

  • Prof. Nicolás Terradas

Resumen

Durante los últimos años, la disciplina de las relaciones internacionales ha venido incorporando con gran rapidez algunos de los avances tecnológicos más variados. El rápido crecimiento y difusión del internet ha sido un elemento clave en la nueva forma de estudiar y hacer relaciones internacionales. La interconexión casi instantánea de distintas partes del planeta ha permitido que la información (ya sea en forma de texto, imagen o audio) se vuelva un recurso disponible de manera continua y, en gran parte, de forma gratuita o a muy bajo costo.

En este contexto, el estudio de las relaciones internacionales ha incorporado en el último tiempo el fenómeno de los blogs y las redes sociales. Esta suerte de “diarios personales” online han crecido exponencialmente sobre todo en los Estados Unidos, donde profesores, académicos y hasta incluso estadistas pueden “postear” en cualquier momento sus opiniones o pensamientos con respecto a temas de la política o la economía internacionales. Asimismo, van más allá de la mera publicación de avisos, comentarios y opiniones, y constituyen un espacio descontracturado y más informal para probar el grado de aceptación de algunas nuevas (y hasta a veces algo alocadas) ideas.

En esta oportunidad, analizaremos algunas de las más llamativas de estas nuevas conjeturas publicadas en blogs de académicos y profesores de nuestra disciplina. En especial, vamos a concentrarnos en una cierta moda de los últimos años que se basa en presentar novedosas “teorías” de relaciones internacionales haciendo analogías con series de televisión, personajes de comic, géneros de películas, y hasta incluso con el más vulgar conocimiento popular. Por último, haremos una revisión crítica de la utilidad y propósito de este creciente fenómeno en nuestra disciplina.

I


Para el estudiante de las relaciones internacionales, ser un conocedor de la “@” y la “www” se ha vuelto algo indispensable. Hoy en día, es casi imposible mantenerse informado de los sucesos del mundo sin el acceso a una buena computadora y una aceptable conexión de internet. No obstante, el poseer la tecnología aún no se equipara con el saber utilizarla; o mejor debiera decir “saber utilizarla bien”. Una rápida consulta a un sitio web confiable y consistente nos puede ahorrar cientos de horas de (mal) búsqueda y (mala) lectura.

En lo que respecta a la teoría de las relaciones internacionales, un fenómeno reciente ha sido el auge de ciertas nuevas conjeturas teóricas apoyadas en analogías y comparaciones algo superficiales de conocimiento convencional. Estas “teorías bloggeras”, como bien podríamos llamarlas, son la moda del momento. Por ello, merecen un análisis cuidadoso y certero de sus fortalezas y debilidades. Comencemos primero por tomarnos los argumentos con la misma seriedad de quienes las postulan, e intentemos luego sopesar los argumentos más en perspectiva.

A comienzos del 2009, la revista Foreign Policy abrazó esta nueva tendencia creando una sección especial en su sitio web oficial para que algunos de los más reconocidos académicos y políticos norteamericanos pudieran mantener día a día un registro de sus opiniones y pensamientos. Con la creación oficial de estos blogs de relaciones internacionales, dentro del marco de la revista, no sólo se buscó la promoción comercial de Foreign Policy en sí sino también el entablar un contacto algo más informal y participativo entre los lectores y algunos de sus mayores exponentes.

En este marco, Daniel W. Drezner, un reconocido analista internacional y profesor de la Fletcher School of Law and Diplomacy, en la Tuft University, abrió una caja de pandora en el mes de agosto pasado al publicar una hilarante aplicación de la teoría de relaciones internacionales para entender un hipotético escenario en donde los zombies fuesen reales. En su ensayo, titulado “Teoría de la Política Internacional y los Zombies”, Drezner, fiel a su sarcástica pero punzante forma de escribir, lleva casi al extremo algunas de las principales hipótesis neorrealistas, liberales y constructivistas para aventurar cómo verían al mundo cada una de estas escuelas teóricas luego de una invasión zombie. En su ensayo, si bien Drezner se apoya en un estudio matemático realizado por una universidad canadiense con meros fines “explorativos”, no existe la más mínima intención de plantear conclusiones con gran seriedad sino más bien de escribir un artículo provocador y bastante divertido.

Quienes navegan la web, sin embargo, parecen no haber entendido este último pero crucial punto. Los comentarios al post original de Drezner, por ejemplo, rápidamente fueron subiendo de tono y terminaron generando un exagerado debate (un ya clásico “debate bloggero”) que sobrepasa en extensión al ensayo inicial de Drezner. Como el mismo autor lo ha planteado, lo que comenzó como un simple post mañanero ha terminado tomando una vida propia. En los meses subsiguientes, Drezner atendió a los pedidos de sus lectores y de los directivos de Foreign Policy, y preparó un artículo algo más extenso y elaborado que finalmente salió a fines de agosto en el nro. oficial de la revista. Para fines de 2010, Drezner ya ha acordado con Princeton University Press la publicación del libro.

Otro de los casos-web más resonantes entre quienes estudian las teorías de relaciones internacionales, es la “teoría geopolítica de Linterna Verde” [sic] propuesta por Matthew Yglesias, un reconocido “bloggero”, egresado de Harvard, y devenido en comentarista político online para The Atlantic y The American Prospect. Esta intrigante “teoría” se basa en una analogía con el famoso superhéroe de los comic “Linterna Verde”, quien según la historieta conforma un cuerpo interestelar de mantenimiento de la paz. Estos pacificadores son pertrechados con un “anillo del poder” (el arma más poderosa del Universo) para poder llevar a cabo sus misiones. Según relata Yglesias, estos anillos otorgan un poder casi absoluto a quienes los portan. Los límites a su poder se encuentran sólo en los límites de imaginación del portador. Por ello es que se vuelve indispensable que quien porta el anillo posea la capacidad de sobrepasar sus propios miedos. En defintiva, el artículo de Yglesias es un análisis altamente crítico de la forma de entender el mundo durante los años de George Bush hijo. Según el autor, se ha vuelto muy común entender en una misma sintonía a la del “anillo de poder” de Linterna Verde a la actual posición norteamericana de hegemonía global y a los posibles usos de su poder militar. Esta peculiar perspectiva a generado numerosas repercusiones para las finanzas y la economía internacional (por ejemplo, ver aquí y aquí).

La gran diferencia entre Drezner e Yglesias, más allá de las credenciales profesionales, es que Drezner no escribió su ensayo con seriedad sino como un divertimento para los entendidos, algo así como un “inside joke”. El post de Yglesias, así como el de muchos otros (y que por cuestiones de espacio no veremos aquí) parten del supuesto de que estas “teorías bloggeras” merecen ser estudiadas con profundidad y seriedad. En base a ello, se toman posturas a favor o en contra (generalmente en términos extremos), y se desarrollan largas discusiones online. Sin embargo, aún nadie se ha replanteado cuán útil son estas nuevas conjeturas (más allá de una divertida y corta lectura al paso) para la disciplina de las relaciones internacionales. Es decir, si constituyen un fenómeno constructivo, o si son más bien una pérdida de tiempo.

II


A la hora de aproximar un análisis crítico de este novedoso (aunque popular) fenómeno de las “teorías bloggeras” de la política internacional, trataremos de no caer exclusivamente en definiciones igualmente extremas tanto a favor como en contra. Veamos también cuáles son los incentivos y los limitantes.

En primer lugar, debemos mencionar que, a diferencia de un libro o un artículo académico, la extensión del formato blog es muy limitada. Por ello, las ideas sólo pueden ser presentadas de manera esquemática y reducida, a veces incluso de manera caricaturizada. En este contexto, entonces, no es difícil entender el porqué de la popularidad en el uso de figuras conocidas como superhéroes de los comics, ya que ello ayuda en gran parte a presentar ideas medianamente complejas de manera rápida y efectiva. La tentación pasa, así, por querer evitar las largas pero necesarias explicaciones sobre moralidad y la necesidad de la prudencia en la política internacional, y reemplazarlo todo por una buena cita del Hombre Araña: “con todo gran poder, viene una gran responsabilidad”.

En segundo lugar, para quienes ocupan un rol semi-institucional en la web, como los mencionados expertos que contribuyen en el blog de Foreign Policy, la presión de escribir dentro de determinados lapsos de tiempo, como por ejemplo: una vez cada tres días, genera un potencial agotamiento de los temas sobre los cuales escribir. No sólo debe uno prestar cuidado a lo que escribe, sino a cómo lo hace. Los tiránicos plazos de tiempo de la web claramente conspiran contra la calidad de muchos de los posts de relaciones internacionales.

Al constante apuro de publicación, debe sumársele el corto tiempo para procesar los argumentos y sopesar las conclusiones que ello mismo conlleva. Por lo general, un buen argumento o hipótesis necesitan de un profundo proceso de peer-review antes de salir al mundo. De esa manera, nacen con más solidez y aumentan su calidad académica ya que atienden las potenciales críticas con anticipación. El caso de Drezner merece ser tenido en cuenta porque es, indiscutiblemente, el caso paradigmático de esta nueva tendencia. De un simple post, a un artículo, y próximamente a formato libro, su “teoría” es una primera experimentación en la posible utilidad didáctica (tal vez) de ejercitar con las teorías tradicionales de la disciplina. Sin embargo, no debe olvidarse que si hay algo que justifica la existencia de la “teoría de relaciones internacionales”, ello es que debe ayudar a quienes toman decisiones en nombre del Estado.

Dudo mucho que la publicación de un libro sobre “la problemática zombie en las relaciones internacionales” ayude a alguien más que a su autor, financieramente. En definitiva, creo que esta nueva oleada de conjeturas teóricas en clave popular si bien es un ejercicio muy didáctico, divertido y algo descontracturante para quienes estudiamos estos temas día a día, no debe tomarse muy en serio. Tampoco debieran disparar, por ejemplo, largos debates desde posturas extremas o, ni mucho menos, en términos absolutos, como ya lo ha dicho Obi-Wan Kenobi.

Si de hacer analogías se trata, creo que difícilmente pueda uno encontrar una mejor fuente de creatividad e inspiración, e incluso de fuentes didácticas, que la infalible literatura. El señor de las moscas de William Golding, Rebelión en la granja, de George Orwell, o El hombre que era jueves, de Gilbert Chesterton, por ejemplo, vienen a la mente. Las modas, en definitiva, son sólo eso: indicadores de tendencia y cosas pasajeras. Sin embargo, la teoría debe basarse en la esencia de las cosas, en lo perdurable. Por todo ello, sigo sosteniendo, no hay nada como los clásicos.

 

*Profesor, Universidad Abierta Interamericana (UAI), Buenos Aires.
Maestría en Estudios Internacionales,Universidad Torcuato di Tella (Tesista).

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Publicado

2010-10-07

Número

Sección

Enfoques