Con el filósofo Neldo Candelero DE LA BELLEZA A LA GUERRA
Resumen
La filosofía suele cruzar disciplinas y fronteras geográficas.
Los 100 años del tradicional diario El Telégrafo de Paysandú, y el apoyo de esta institución de la prensa nacional a las Jornadas Filosóficas sobre “La construcción del sujeto a partir del lenguaje y el pensamiento”, brindaron la oportunidad para recibir a distintas personalidades filosóficas del ámbito nacional y regional.
El filósofo argentino Neldo Candelero (Córdoba, 1965) fue una de ellas.
Licenciado en Filosofía, docente de la Universidad Nacional de Rosario (materias: “Estética” y “Epistemología”, en las carreras de Bellas Artes y Ciencias de la Educación, respectivamente), Candelero participó durante los días viernes 25 y sábado 26 de junio de 2010 en las Jornadas de Filosofía organizadas por la Asociación Filosófica del Uruguay (AFU), la Intendencia Municipal de Paysandú y, tal como adelantábamos, el diario El Telégrafo de esa misma ciudad.
Letras Internacionales aprovechó la visita de Candelero para dialogar con él.
Autor de Observaciones filosóficas sobre lo biológico (2008) y de Observaciones filosóficas sobre la palabra (2010), Candelero también es responsable de textos poéticos. Su perspectiva recuerda por momentos la de la “complejidad” de un Edgar Morin, pero con mayores insinuaciones hacia lo trascendente.
Letras Internacionales – Según sus propias palabras, “lo biológico, lo filosófico y lo religioso” son “tiempos de un mismo movimiento, destellos diversos de una misma líquida realidad”. ¿Cómo logras desplegar esta mirada de resonancias bergsonianas en el hiper especializado panorama de la filosofía actual?
Neldo Candelero – La especialización es un “tema”… En el sentido de: aquello que se puede “intelectualmente” abordar, pero es “apenas” eso. Suelo comentar a mis alumnos en torno a la “belleza”, que ella antes de ser “contenido” de alguna planificación anual universitaria, o “tópico” de algún encuentro de especialistas, que antes de ser “idea”, fue gesto, evento, acontecimiento sensible, y de los que “dan patadas” (diría Eco), de los que alteran a los hombres. Pensemos en la guerra de Troya, en su origen, en Helena y Paris: la belleza inició y desplegó un acontecimiento que, por lo pronto, no fue sólo “intelectual” (la carne también entró en guerra), y que tampoco fue exclusivamente “humano” (los instrumentos y los dioses también lucharon).
Siendo así, lo que trato de hacer es intentar recuperar aquellos “lugares” e “instantes” en que se encuentran unidos, aunque no paralizados (tenemos una concepción demasiado “matemática” de lo que es la unidad), los aspectos que luego –en los discursos y acciones– se escinden y liberan replegándose sobre sí mismos. Los “temas”, aquellos en los que se ocupan las especializaciones, suelen ser “universales” en los que se omite el universo.
LI – Creo haber entendido que “Observaciones filosóficas sobre la palabra” es la segunda parte, dedicada “al hombre”, de una trilogía que se inició con “Observaciones filosóficas sobre lo biológico”. Algo misteriosamente, usted ha anunciado que la tercera entrega “tal vez cuente de cuando al hombre le toca lo divino”. ¿De qué tratará realmente su próximo libro?
NC – Es difícil determinar con exactitud su “textura” –diría que imposible. Pero tal vez baste como “señal” decir que “lo divino” no se abordará como tema; no hablaré sobre lo que sea o pueda ser lo divino en general. Iré a buscar sus “apareceres” en algunos místicos –que me parece es, como si les preguntara a Helena y Paris de la belleza que les hubo de tocar. El concepto, la idea, ya no es lo divino. Tersteegen dice: “Un Dios que concebimos no es Dios.” Eso pienso: que lo divino es…, lo que te ha encontrado primero. Antes que le pienses, antes que le decidas, antes que le construyas…, siempre ya te precede. De eso divino me ocuparé, a través de las declaratorias –y muchas veces inevitables-- palabras de otros. (Dice R. Otto que “la mística es verborrágica en exceso”. Me parece que ello es porque lo divino empuja, busca liberarse, como los gritos.)
LI – ¿Qué primeras impresiones se lleva de la filosofía en el Uruguay, después de haber vivido las Jornadas sobre “La construcción del sujeto a partir del lenguaje y el pensamiento”?
NC – ¡Excelentes! Es muy bueno haberla visto ejercerse, y no simplemente comentarse. Encontré esto en los docentes, pero también en los jóvenes… Saltar por encima (y encima) de los estados culturales propuestos por una dominante ideología mercantil…, es fantástico. Vi un pensar en acción, todavía “cosa” a mi juicio más “recomendable” que hacer “Filosofía” –muchas veces construcción dogmática y disciplinada de y por pensamientos ajenos.
Quiero destacar incluso de manera especial la participación de los jóvenes… De tantos, y con tanto compromiso y entusiasmo. Tal cosa me asombró sobremanera.
Para finalizar. Vayan mis palabras de gratitud a los organizadores de las Jornadas, pues pude vivir momentos bellos y buenos con personas de una cordialidad y bonhomía maravillosas… Muchas gracias a toda la gente de la Asociación Filosófica del Uruguay y autoridades del diario El Telégrafo.
*Profesor de Cultura y sociedad contemporánea.
Depto de Estudios Internacionales
FACS – ORT Uruguay
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