Un encuentro con Bruno Podestá - POR UN MUNDO A LA MEDIDA DE LOS SUEÑOS

Autores/as

  • Prof. Agustín Courtoisie

Resumen

Bruno Podestá es Agregado Cultural de la Embajada del Perú en Montevideo y ejerció la docencia universitaria en Italia, Alemania, Perú y Estados Unidos.

Nacido en Lima en 1946, es autor de notables narraciones y ensayos, doble vertiente que se visualiza en los títulos de sus libros: Viento norte. Itinerarios de la memoria y la identidad (1995), A propósito del silencio (2005) e Islandia (2008), libros de relatos; Cultura y relaciones internacionales (2004), y Las dos caras de Jano. La cultura y los países en la era de la globalización (2008), ensayos. Su más reciente libro, Inventario provisional, una exploración audaz que entrecruza memorias, ficción y ensayo, será presentado el martes 10 de noviembre a las 19:30 horas en la Alianza Francesa de Montevideo. En agosto de 2009 Podestá concedió con gentileza esta entrevista para Letras Internacionales.

LI – En el plano literario, ¿qué influencias reconoces, qué autores continúas leyendo o releyendo?

BP – No podría hablar de influencias pero sí de autores que en distintas etapas me han interesado intensamente. La “generación perdida” norteamericana, en primer lugar. En otros momentos, Boris Vian, Italo Calvino, Sciascia, Passolini y Bowles. Entre los latinoamericanos, Álvaro Mutis, Borges y Cortázar. El Octavio Paz de El laberinto de la soledadEl Danubio del triestino Claudio Magris. En poesía, Vallejo, Salvatore Quasimodo, Mario Luzzi, y Javier Heraud, que falleció muy joven aún a principios de los años sesenta. La conjura de los necios, mucho antes de que se hiciera tan conocida en castellano. Durante unos años leí autobiografías de seres que vivieron en los límites, Reynaldo Arenas, Klaus Kinski, inclusive Bergman y tantos otros. Pero escribo cada vez con mayor libertad y no me siento cercano a ningún escritor en particular: esa es una de las ventajas de una vocación “tardía” como la mía.

LI – Mario Vargas Llosa ha desarrollado en "La verdad de las mentiras" y más recientemente en su libro sobre Onetti la idea de la literatura como un intento de vivir otras vidas. Pero se trata de un peculiar escape que nos regresa a la vida metamorfoseados y con más chances "reales" de ser otros. ¿Qué funciones cumple para tí la literatura, en tu vida, en la vida de la gente?

BP – La literatura, leer y sobre todo escribir, toca para mí fibras profundas, donde se encuentran (y agitan) las grandes preguntas, los afectos, los miedos, adonde saben llegar también la música y otras experiencias creativas. El drama, la tragedia y el humor son sólo caminos dentro de ese bosque. Es allí donde me siento cercano a la literatura, acompañado y desafiado por ella, como experiencia humana, y humanista.

LI – Por un lado, la visión de la cultura como portadora de identidad y por otro, su inevitable inserción en el mundo de las mercancías, suele generar no pocas tensiones. ¿Hay que mirar siempre en ambas direcciones, como el Jano bifronte al que aludes en uno de tus libros, o puede establecerse una jerarquía entre ambas?

BP – Las expresiones culturales tienen efectivamente esas dos caras que existen en simultáneo, y forman parte de nuestro pasado, también de nuestro presente, contribuyendo a forjarnos una identidad. Al mismo tiempo, son pequeñas partículas del tejido mercantil. Las novelas, las canciones, las ferias artesanales, la gastronomía. Pero lo determinante está, creo yo, en el grado de autenticidad que una cultura logre y ofrezca en un determinado momento, se trate de la culturaoccidental dicha así en términos tan genéricos, o de la asháninka. En el grado de libertad y honestidad con que los creadores puedan entregarse a lo suyo.

Cuando un cantautor se juega entero para llegar “al otro”, tiene la mitad del camino ganado. La cultura uruguaya ofrece en ese aspecto valiosos y hermosos ejemplos. En cambio, cuando lo que busca es “ser famoso”, o responder a fórmulas dictadas desde afuera o desde arriba, se trate de canales de televisión, dictámenes ideológicos o nuevos o viejos califas, difícilmente sabrá qué sendero transita. Por lo demás, el camino de la creación es con frecuencia largo y tortuoso y no siempre permite alcanzar lo que se persigue.

LI – El relativismo cultural, el desencanto de la posmodernidad, parecen quitarle energías a los países de este lado del mundo. ¿Queda apenas refugiarnos en nuestras propias identidades y tradiciones, como mecanismo de defensa, o podemos aspirar a algún conjunto de valores universales entre naciones que pertenecen a distintas civilizaciones?

BP – Este es un momento difícil, confuso, donde se están derritiendo no sólo los hielos antárticos sino también los valores y las formas de relacionarse que, con cambios en el tiempo, hemos conocido hasta ahora. Un momento además que se está haciendo muy prolongado: tiempos históricos, que le dicen. El desarrollo tecnológico y una economía que a unos ofrece las mieles del paraíso mientras que a otros margina o expulsa, está impactando en las relaciones y en los modos de concebir la vida en sociedad, en maneras que no sabemos adonde nos llevarán.

Hemos asistido en décadas recientes –según las revistas Time y Newsweek, Francis Fukuyama, y numerosos seguidores- a la muerte de Dios, al fin de las ideologías, la historia, la familia y las religiones. Y sin embargo están todos vivos. Ahí seguimos los humanos con nuestra alma de imbatibles creyentes… creyentes en la vida, en la búsqueda, en el amor, en la paz, en la trascendencia del espíritu, también en los dogmas, el mesianismo, en los iluminados, la guerra y el poder.

Lamentablemente, –hijo del ’68 como soy, al fin- vivimos huérfanos de utopías y eso empobrece y oscurece aún más el panorama. No creemos ya en el progreso continuo; la bondad infinita de la ciencia; algún paraíso en la Tierra por más modesto que sea.

Las utopías mueven montañas, lo sabemos, pero tienen una génesis misteriosa: no se fabrican en un gabinete, en un consejo asesor ni en una asamblea de expertos. Frente a todo eso –volvemos aquí a la literatura-, la literatura aparece como una utopía, sólo que más bien individual, creando un mundo a la medida de los sueños.

 

*Profesor de Cultura y Sociedad Contemporánea
Depto de Estudios Internacionales
FACS- ORT Uruguay

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Publicado

2009-08-20

Número

Sección

Culturales