Honduras: La intimidación vs. negociación

Autores/as

  • Prof. Alfonso Soria Mendoza

Resumen

En estos días fuimos testigos de los aciertos y desaciertos en el manejo que se le dio al problema interno de Honduras. A una semana del golpe militar y de la instauración de un gobierno de facto, no hay dudas en que la Comunidad internacional ha sido categórica en condenar la forma como fue despojado el señor Manuel Zelaya de su rango presidencial.

Si bien es cierto que estos hechos dejan en evidencia una fractura interna entre la gestión del depuesto presidente y los otros poderes constitucionales hondureños, también es cierta la debilidad de nuestros organismos multilaterales para resolver las situaciones políticas excepcionales.

Hemos visto cómo la OEA impuso de manera unilateral y fundamentada en la legalidad de sus normas, un término perentorio de setenta y dos horas para el regreso del depuesto presidente, el cual transcurrido ese lapso de tiempo, las nuevas autoridades hondureñas desconocieron.

En el contexto actual, es importante resaltar que la intimidación no debe estar dentro del lenguaje internacional. La simple manifestación de amenaza por sí sola no es suficiente para amedrentar o derrotar un movimiento de poder que en últimas le resulta más fácil asumir el incumplimiento que acatar la orden.

Las setenta y dos horas sirvieron para constatar la fragilidad e improcedencia de la estrategia de la OEA, ya que finalmente quedó en evidencia su incapacidad para hacer cumplir un mandato político. En últimas, se deben desempolvar los manuales de la diplomacia tradicional y explorar soluciones a través de los procesos de negociación, que no buscan identificar a ganadores y condenar perdedores, ni polarizar más el conflicto sino que están en la contínua búsqueda de alternativas de solución de la controversia.

De igual manera, es de vital importancia actuar con la convicción que la negociación bajo un esquema de corresponsabilidad y cooperación entre los actores pueden sacar adelante el país evitando la polarización y “satanización” de las partes.

Hoy en día estamos ad portas de ser testigos de un proceso de negociación que, utilizando sus propios tiempos, buscará restablecer los principios democráticos y el respeto a las instituciones hondureñas, las cuales deben encontrar su propia voz diferentes a los intereses de otros estados.

 

*Profesor de Análisis de la Coyuntura Internacional 
Dpto. de Estudios Internacionales
FACS -ORT Uruguay

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Publicado

2009-07-09

Número

Sección

Política internacional