Europa: el Parlamento, los ciudadanos y las elecciones
Resumen
“Votando en las elecciones europeas, elige a quienes influirán en su futuro y en la vida diaria de casi 500 millones de ciudadanos europeos. Si no se molesta en elegirlos, alguien lo hará por usted y decidirá quién le representa en la única asamblea paneuropea elegida por sufragio universal directo. Los eurodiputados electos darán forma al futuro de Europa durante los próximos 5 años. Consiga la Europa que usted quiere. Si no vota, no se queje.”
Así comienza la lista, que presenta el sitio web del Parlamento Europeo, con las 10 razones por las que se debe votar. Entre el día de hoy y el domingo 7 de junio, podrán votar 375 millones de europeos, la formación de un nuevo Parlamento con 736 eurodiputados. Desde el vamos se apela a la participación ciudadana, normalmente apática y poco interesada en estas elecciones institucionales europeas. ¿Por qué?
El Parlamento Europeo se elige por sufragio universal directo desde 1979. Las normas europeas afectan la vida cotidiana del ciudadano común, mucho más de lo que parece a primera vista. Hoy en día en cualquiera de los países miembros podemos decir que una gran mayoría de leyes nacionales son aplicaciones de la normativa europea. Así que concierne a todos. Es cierto que no es el Parlamento solo quien hace esta normativa pero ha ido ganando espacio y poder con el tiempo y, el nuevo Tratado de Lisboa, una vez en vigor, aumentará aún más el poder de decisión de los eurodiputados, le dará el poder de elegir al Presidente de la Comisión y los ciudadanos tendrán derecho de iniciativa legislativa.
En las últimas elecciones, el ingreso de los miembros de Europa del Este influyó negativamente en la participación ya que muchos de los nuevos ciudadanos europeos ni siquiera sabían qué función tenía el Parlamento. Este año la institución le dedica 18 millones de euros a una campaña informativa institucional, con el fin de combatir la abstención del voto. En Alemania, son los jóvenes los que se han movilizado para lograr generar conciencia entre sus pares de la importancia de hacer uso de este derecho electoral y participar en el sistema. Las críticas se concentran en la falta de verdaderos debates sobre temas europeos, la ausencia de la discusión federalista y la insistente presencia de la Europa de naciones que no representaría un único proyecto. ¿Qué pasa con la política de defensa común, con la política exterior común? Temas que aún hay que discutir y que están fuera del debate en la campaña, total: el pronóstico es una abstención récord.
Sin embargo, cuando los temas europeos parecen más claros y cercanos, quizás más tangibles, los ciudadanos votan, se manifiestan…así fue en las reformas que implicaron votación ciudadana, así fue en el debate sobre la semana laboral cuando se negociaba Lisboa. Parecería que fuera más responsabilidad de los eurodiputados hacer valer su posición y defender el rol de la institución que representan, que de los ciudadanos de cumplir con las obligaciones (de hecho, morales) que implican vivir en democracia.
Por unos, por otros, el Parlamento avisa: si no vota, no se queje.
* Profesora de Unión Europea.
FACS. ORT- Uruguay.
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