América Latina: ¿La recurrencia de la irresponsabilidad?
Resumen
Cada vez que un nuevo año está por terminar, abundan los balances, los análisis prospectivos de lo que vendrá y de lo que resta por hacer.
El 2008 parece ser un año que invita aún más a la reflexión y al balance ya que es, además del fin del año, el fin de una década de bonanza económica y de expansión del comercio y del desarrollo económico del mundo entero. Los parámetros de crecimiento alcanzado por la mayoría de los países del mundo en los últimos años tendrán un receso, ya veremos cuan importante, a partir de la crisis financiera internacional en ciernes. América Latina no estuvo ajena a aquel crecimiento y, seguramente, tampoco estará ajena a esta crisis.
La propuesta en este caso es realizar una breve recorrida por los países de América Latina, de modo de comentar los acontecimientos más importantes ocurridos en nuestro continente o, por lo menos aquellos que mayor resonancia internacional tuvieron. Se trata de introducir la reflexión acerca de una discusión que proviene del fondo de la historia americana: su dependencia de los designios de los países poderosos del mundo, que parecen determinar su prosperidad o decadencia según un oscuro contubernio pensado para mantenernos de rehenes.
Comencemos nuestro recorrido por Argentina. Luego de finalizar el gobierno de Néstor Kirchner, su esposa, la Dra. Cristina Fernández asumió el gobierno del vecino país trás ganar unas elecciones que parecieron más una sucesión dinástica que una elección democrática. Las necesidades de dotar de liquidez a las arcas públicas, agotadas por el gobierno de corte populista de su esposo, enfrentó a la Presidenta con el Campo por un sistema de retenciones expropiatorio aprobado sin consulta con el Poder Legislativo. Este tema consumió gran parte del 2008, en donde Argentina desaprovechó el momento en que los precios internacionales de sus commodities, principal rubro exportador, peleando por llenar la “caja” del gobierno. Por si fuera poco, el escándalo de la valija de Antonini Wilson y la nacionalización de las AFJP completan un panorama negro para el país ante la inminencia de la crisis y de la baja del consumo y de los precios internacionales.
Chile, uno de los países más estables y de mayor crecimiento, con un modelo de comercio internacional diversificado y con una solidez institucional muy importante, gozó del mayor precio del cobre (su principal producto) en años y aún así no logró salir de su dependencia de ese metal. El gobierno de Bachelet sin embargo, quedó atascado en discusiones con el Transantiago y en medio de importantes protestas estudiantiles. De cualquier manera las dificultades de éste último gobierno no desmerecen los avances logrados en los 20 años de gobiernos responsables de la Concertación.
Si hablamos de Bolivia, el gobierno de Evo Morales, consumió gran parte del año 2008, peleando por sostenerse en el poder, soportando fuertes embates de la oposición política y económica y tratando de mantener al país unido. Mientras tanto los esfuerzos por nacionalizar la industria de los hidrocarburos dejaban pasar el buen momento de la industria y las condiciones excelentes del mercado mundial.
Ecuador, protagonizó junto a Colombia y Venezuela el episodio de mayor tensión en el continente cuando el ejército colombiano ingresó en territorio ecuatoriano para apresar al número dos de las FARC, guerrilla que asola a Colombia desde hace 50 años. Luego de esto el Presidente Correa quedó en el absoluto ostracismo político y de esta forma termina el año 2008.
En Nicaragua, el Presidente Ortega parece haber olvidado que la Guerra Fría terminó y sigue proclamando las maldades del Imperio y proclamando las bondades de un mundo que no existe. El país termina envuelto en una ola de violencia entre gobierno y oposición ocasionada por unas dudosas elecciones regionales.
Venezuela, la vedette de este recorrido propuesto, termina el año con unas elecciones regionales en dónde la oposición, si bien logró avanzar algunas posiciones, no logra convertirse en alternativa a un gobierno de Chávez que día tras día se acerca más al autoritarismo.
La mayoría de los países de América Latina, en particular los mencionados, son proveedores de materias primas y éstas son el motor de sus economías. Materias primas que alcanzaron precios internacionales récord en los últimos años y que generaban, sin duda, una oportunidad para aprovechar la coyuntura y afianzar el desarrollo, mejorar las instituciones políticas y democráticas, invertir en nueva infraestructura (por lo general atrasada en nuestros países) y diversificar sus medios de producción para no depender casi exclusivamente de los precios de las commodities.
Sin embargo, como vimos, perdimos el tiempo en discusiones internas, malgastando el dinero en proyectos sectoriales y/o personales de poder, reivindicando un socialismo inexistente, librando batallas por doquier para nutrir una “caja” agotada por el mal manejo de los fondos, en fin, perdiendo el tiempo.
Seguramente, en los próximos años, en muchos de estos países comenzarán las penurias económicas y también seguramente asistiremos al espectáculo que montarán estos gobernantes irresponsables culpando al Imperio y a los países desarrollados de hundirnos en esta depresión. A los mismos países que nos compraban nuestros productos al doble de su valor. Este discurso es el más fácil de hacer, pero no es el que sacará a América Latina de su subdesarrollo e inestabilidad política y económica.
Por suerte parecen haber excepciones. Gobiernos como los de Colombia, Brasil, Costa Rica y aún el de Chile dan la sensación de que puede existir la sensatez. De que puede, en nuestro continente, hacerse un manejo responsable de las finanzas públicas, mantener una coherencia en política exterior y aprovechar las coyunturas favorables para invertir las ganancias en un desarrollo adecuado.
Lamentablemente, la coyuntura favorable terminó y sólo resta esperar que la crisis no sea demasiado profunda. Los problemas estructurales de nuestras economías y de nuestras sociedades no han sido atacados y habrá que esperar que escampe en la economía internacional para intentarlo.
En 2009 y en los 2 años siguientes comienza nuevamente la renovación de muchos de los gobiernos latinoamericanos; esperemos que luego de esta aventura neo populista que vivimos, aparezca la alternativa de la cordura y la sensatez para llevar adelante al continente y dejar, de una vez por todas, de lado ese discurso dependentista que tanto daño nos ha hecho.
Estudiante de la Licenciatura en Estudios Internacionales.
Departamento de Estudios Internacionales.
FACS - ORT
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