BRASIL Y BRIC: ¿Posibilidad de una nueva estrategia de integración al mundo?

Autores/as

  • Juan José Barrios

Resumen

El conjunto de países que forma el “espacio BRIC” (Brasil, Rusia, India y China) ha tomado importancia mundial en los últimos años. En este artículo reflexiono sobre su eventual importancia para la integración uruguaya.

La inserción internacional uruguaya ha sido tema de debate, especialmente durante las dos últimas décadas. Antes, durante la dictadura, los esfuerzos se concentraron en la diversificación unilateral de nuestro comercio siguiendo los patrones de la revolución económica conservadora de los Estados Unidos. Luego de recuperada la democracia, el debate toma estado público (como era de esperarse). En este debate se plantean básicamente tres posiciones: a) la ortodoxa, que implica la apertura unilateral del comercio y las inversiones sin restricciones y aprovechando las ventajas comparativas del país; b) la visión “de izquierda” que implica la integración vía Mercosur hacia el resto de América Latina y c) una visión mixta (“regionalismo abierto”) que trata de aprovechar los beneficios de las alternativas anteriores teniendo también en consideración los costos del ajuste, los lazos históricos regionales y los problemas que implica el desvío de comercio.

A partir de 1989, el Uruguay ha transitado mayoritariamente en la segunda de estas propuestas, más allá de los perfiles de los distintos gobiernos. Durante los primeros años de su puesta en marcha, el Mercosur implicó un aumento sustancial de nuestro comercio, aunque también algunas industrias sufrieron en carne propia la competencia de empresas desde Brasil y Argentina. Entre 1989 y 1998 el monto de exportaciones e importaciones (en dólares corrientes) con nuestros socios del Mercosur pasó de US$ 1:055.982 a US$ 3:181.368 un incremento de más del 200%. La historia se revierte a partir de 1999 con la devaluación competitiva brasileña, las crisis argentina y uruguaya de principios de siglo y la estrategia uruguaya de localización industrial a partir del recurso natural forestal, que crea serios inconvenientes al proceso de integración.

En ese contexto, todos los actores uruguayos comienzan a cuestionar las ventajas de integrarse al mundo tomando como referencia únicamente al Mercosur y en especial considerando la creciente inestabilidad de Argentina y su actitud beligerante hacia el Uruguay a partir de la instalación de la planta de la empresa finlandesa Botnia.
 
Es bueno observar distintos procesos de integración y plantearse algunas preguntas acerca de ellos y eventualmente analizar las alternativas uruguayas. Por ejemplo, ¿es políticamente viable para un pequeño país soportar los costos de una apertura unilateral sin tener algún tipo de colateral o “gran hermano” que ayude a soportar dichos costos? Se cita a Chile como modelo de apertura unilateral: ¿podría haber sido posible dicha estrategia sin poseer un sostén financiero como el cobre y por supuesto, sin el autoritarismo de la época? También oímos loas al ejemplo de Nueva Zelanda: Pero, ¿podría haber sido posible un proceso de integración sin el apoyo de los países del Commonwealth, como Australia y el Reino Unido?

El Uruguay no posee (hasta el momento) recursos naturales que posibiliten un tránsito de consenso hacia una integración mundial. Por otra parte, parece claro que la errática Argentina ofrece pocas garantías al Mercosur. En este contexto, ¿puede Brasil y el grupo denominado BRIC representar una oportunidad para encontrar ese colateral necesario para definitivamente caminar por el sendero de la integración?

Algunos datos del “grupo BRIC” son de interés. El BRIC consiste en un acrónimo para definir a las cuatro mayores economías emergentes: Brasil, Rusia, India y China. El término surge en 2003 cuando la firma de administración de inversiones Goldman Sachs (GS) publica una investigación titulada “Dreaming with BRICs: The Path to 2050”. El hasta hace días Presidente de Rusia, Vladimir Putin ha propuesto que este conjunto de países se transforme en una coalición más formal . El informe de GS señala entre otras cosas que para el año 2025, el PBI de estas economías se aproximará a la mitad del PBI del grupo G-6 (Estados Unidos, Reino Unido, Alemania, Francia, Japón e Italia) y lo superará en el año 2040. Para el año 2050, China será la mayor economía mundial, mientras que Brasil ocupará el 5to lugar, detrás de Estados Unidos, Japón e India, además de China.
 
De acuerdo con la publicación “The Banker”, la evolución de la economía mundial durante la próxima década depende de lo que suceda con los países “BRIC”. La publicación sugiere que la elevada población de estos países y su agresivas estrategias de crecimiento modificarán el patrón de comercio y de inversión a nivel mundial.

A esta altura, entonces, la hipótesis de que Brasil se convierta definitivamente en un líder mundial es cada vez más evidente. En este contexto, ¿cuál debería ser la línea de acción de Uruguay con respecto a su “enganche” a la economía mundial? ¿Podrá Brasil representar esta oportunidad para conseguir el  colateral necesario para lograr una sana inserción? Dentro del Mercosur, ¿es posible que Argentina reconozca en los hechos ese liderazgo? Si esta línea de razonamiento es viable, ¿cuál debería ser la estrategia Uruguaya con respecto a Argentina y Brasil?


Una muestra de la intención de desarrollar a BRIC en un movimiento con peso político internacional ha sido la reciente Cumbre en la ciudad rusa de Yekaterinburg entre los Ministros de Relaciones Exteriores de los cuatro países.


*Profesor de Economía Internacional y de Mercado Financieros Internacionales
Dpto. de Estudios Internacionales
FACS -ORT Uruguay

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Publicado

2008-06-19

Número

Sección

Política internacional