El control de reservas en la Argentina: Viejas medidas en nuevos tiempos

Autores/as

  • Juan José Riva

Resumen

El gobierno Argentino prevé cerrar el 2011 con 45.000 millones de reservas, lo cual implica una caída significativa con respecto al comienzo del año 

Dicha pérdida en un país con un crecimiento económico como el argentino se basa principalmente en la fuga de capitales.

Esto tiene una clara explicación. Los argentinos no creen que el gobierno pueda sostener el valor del peso argentino y deciden adelantarse a comprar dólares a buenos precios antes de que esta situación se revierta. El aumento de la compra de dólares se fue haciendo cada vez más intenso a medida que se acercaban las elecciones presidenciales.

La gente percibía que el gobierno de la Presidenta Fernández no devaluaría su moneda antes de las elecciones presidenciales y por eso se lanzó a cambiar su dinero antes de que la misma fuera reelecta.

Lo que la mayoría de las recetas económicas aconsejarían sería acercar el precio del peso argentino a su realidad, lo cual implicaría una devaluación, acompañada de medidas antiinflacionarias como la reducción de gastos gubernamentales. 

Pero, mentalizado en no devaluar, el gobierno optó por diferentes métodos de control de reservas y se buscó que la gente comprara menos dólares, y que el gobierno tuviera más de estos, para que las divisas compradas no afectaran tanto a las reservas.

Para lo primero, el lunes siguiente a las elecciones el Ejecutivo firmó un decreto por el cual se solicitaba que para la compra de dólares el comprador demostrara que tenía ingresos como para comprarlos.

Pero por supuesto, “hecha la ley, hecha la trampa” esto dio lugar a que se abriera un mercado negro de divisas donde los argentinos pueden comprar dólares hasta un 10% más caro, sin demostrar ingresos claramente.

Sin embargo, esta medida no fue suficiente, por lo cual la Presidenta decretó unilateralmente que las petroleras y las mineras liquiden la totalidad de sus exportaciones en el país en lugar de reenviarlas al exterior. 

Con esto se amenaza a las inversiones extranjeras, pero también al sistema bancario donde dichas empresas depositan sus dólares, los cuales ahora deberán ser pesos.

Frente a esto, muchos bancos debieron aumentar la tasa de interés pagada a sus clientes para que estos no corrieran con su dinero fuera del País.

Pero las reservas siguen cayendo.

En una mezcla de bonanza económica, mucha liquidez y falta de confianza en la moneda local, una vez que el argentino se compro el 0 Km, el plasma, el I-phone y viajó al Caribe, quiere guardar sus ahorros en dólares, y si además este está barato, mejor!

Vemos así como los métodos que el gobierno tiene para mantener reservas generan un efecto contraproducente ya que se desmotiva la inversión extranjera y la inversión nacional de los exportadores (quienes hoy en día sostienen las reservas nacionales).

Ya tenemos repetidos ejemplos a lo largo de la historia donde los controles al comercio exterior llevaron a problemas en América Latina. Y cada vez que lo vemos lo imaginamos como algo del pasado que nunca se repetirá.

Sin embargo, los gobernantes siguen cayendo en la tentación de aumentar los controles para hacer dinero fácil hoy, que se transformará en falta de inversiones mañana. 

La estabilidad del peso le dio mucho rédito político a la Presidenta Fernández, pero por si sus predecesores no le contaron, “sale cara”.

Como a la larga todo se termina pagando, lo que hace la Argentina no es más que tapar el agujero con un dedo sin pensar que el vaso siempre se termina desbordando.

* Estudiante de la Licenciatura en Estudios Internacionales. 
Depto de Estudios Internacionales. 
FACS - Universidad ORT Uruguay.

 

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Publicado

2011-11-24

Número

Sección

Comercio y economía internacional