¿El regreso de la Turquía imperial?
Resumen
El Imperio Turco Otomano, o la sola palabra “Constantinopla”, no han pasado desapercibidas a través de la historia universal; por el contrario, dicha zona del planeta ha tenido un muy relevante puesto en el escenario internacional en grandes épocas pasadas.
Más aún, la Turquía moderna, musulmana y secular que había liderado Mustafa Kemal Atatürk en el primer cuarto del siglo pasado, hubo de posicionarse entre lo más alto de la lucha por el poder del siempre complejo Medio Oriente; incluso George Friedman, autor del libro “The Next 100 Years; A Forecast for the 21st Century” (1), coloca a Turquía como un actor predominante en las relaciones internacionales en el siglo próximo; y The New York Times se refiere a ella como "una Turquía que nace de nuevo y que se expande para llenar el antiguo espacio imperial otomano"(2).
Sin embargo, lejos de buscar profetizar el futuro, mi cometido es esbozar una revalorización del significado de Turquía en épocas actuales, así como intentar develar qué mensaje está dando al mundo cada vez que mueve alguna de sus cartas.
Es que Recep Tayyip Erdogan, el actual primer ministro turco, ha estado ocupándose de reinsertar al antiguo imperio otomano en donde supo alguna vez ubicarse: esto es, en la hegemonía del Medio Oriente, sobre todo en una época de multiplicación de polos de poder dentro de una sociedad internacional pos guerra fría, pos crisis del 2008 –en donde Europa y Estados Unidos tambalean y Turquía está en bonanza-, pos BRIC’s y G20, y pos primavera árabe.
Con Mahmoud Ahmadinejad intentando desafiar a los saudíes y a los egipcios en intentar desequilibrar el status quo dominante, Erdogan ha actuado desde la prudencia y el perfil bajo hasta el estrellato y el populismo mediático para realzar su imagen como “Rey de Arabia” (3) o como nuevo Gamal Abdel Nasser (4), el antiguo líder egipcio que procuró la unificación de toda la región arábiga en los años sesenta del siglo XX. No ha sido en vano el hecho de que la influyente revista Time lo escogiese como “person of the year” el año pasado (5).
Es imposible analizar la política exterior de Turquía sin descomponerla en distintas porciones.
En primer lugar, vale diferenciar un hecho notable: si bien Turquía hizo todo lo que Europa le indicó para que la dejasen ingresar a su Unión (y sin embargo sigue sin lograrlo), hoy en día, continuar insistiendo en aras de de ese objetivo no parece ser su más alta prioridad. En vez de eso, Turquía se ha decidido por gestionar su ingreso a la Liga Árabe (6), a pesar de que la mayoría de su población no pertenezca precisamente a dicho grupo étnico.
Segundo: no es lo mismo la política turca de “problemas con nadie” (7), que lleva adelante hasta hace relativamente poco, al deterioro de sus relaciones bilaterales con Israel a partir de que le proporcionasen el buque Mavi Marmara al grupo IHH (8), en mayo de 2010, para que éstos últimos, a su vez, desafiasen el bloqueo a Gaza impuesto por Israel; o al uso retórico del “derramamiento de sangre” refiriéndose a Bashar al Assad y demás autoridades sirias después de la primavera árabe; o a la visita a Libia, Túnez y Egipto de de hace algunas semanas atrás, mientras se estropeaban las relaciones diplomático-militares con los israelíes. Vale la pena, entonces, esclarecer estas diferencias.
En un principio, “Ankara intentó limar asperezas con Chipre y Armenia, se acercó a Georgia, a Grecia y a Siria, mantuvo relaciones cordiales con Irán y con Israel (especialmente antes de la estrategia israelí en Gaza, a finales de 2008), se involucró en el Kurdistán iraquí y trató de mediar en el conflicto entre Israel y Siria por los Altos del Golán.” (9)
Sin embargo, todo esto fue cambiando, y aquí el tema con Israel no ha sido menor(10). Desde mayo del año pasado, comenzaron a erosionarse unas relaciones tan estratégicas como benéficas para ambos. Sus relaciones comerciales bilaterales brillaban por su importancia ya que cada uno de los mercados de los dos países son esenciales para los crecimientos económicos de los dos. Además, tenerse de aliados era una jugada estratégica fundamental para el posicionamiento regional turco.
La expulsión del embajador israelí de Ankara por parte del ejecutivo turco ha congelado todo aquello que habían estado cosechando. El apoyo de Erdogan a Hamas –y no tanto a los moderados, es decir, a la Autoridad Palestina-, su constante desafío al bloqueo y su retórica anti “el niño mimado” (11) occidental, en referencia a Israel, han colocado además un signo de interrogación sobre el futuro de esta amistad bilateral.
Pragmático, el líder turco ha pasado a los primeros planos de la atención mundial en los últimos días. Luego de relacionarse de muy buena manera, y por largos años, con líderes árabes recientemente derrocados -entre ellos con Muammar al Ghadafi de Libia o con Bashar al Assad de Siria-, ahora se volvió en su contra. Ha encontrado el hueco y el momento adecuado para mostrar a Turquía como modelo que compatibiliza democracia e Islam -a pesar de las fallas en su sistema democrático (12) y de su cada vez menos moderado secularismo-, justo cuando los jóvenes árabes se habían hartado del autoritarismo vitalicio de sus líderes.
Justamente así lo ha visto Ibrahim Kalin, jefe de la asesoría política del premier Erdogan: “the Arab Spring strengthens rather than weakens Turkey’s position in the Arab world, and vindicates the new strategic thrust of Turkish foreign policy.” (13)
Es que en términos de poder real, Turquía, además de ser miembro de la OTAN - con todo lo que ello significa-, está rankeada en el puesto número 15 en cuanto a la proporción gasto militar-PBI nominal, con un 5,3% de éste último, según The World Factbook de la CIA, y ha estado sofisticando cualitativamente su armamento. Siguiendo, en términos económicos, Turquía estaba, al menos hasta el 2010, posicionada en el puesto 17 del mundo, con un PBI nominal de 960 mil 500 millones de dólares (14), y sin tener en cuenta las situaciones críticas posteriores de países como España o Italia que aparecen por encima.
Quienes aplauden este desenlace turco (15), le abren el camino del éxito hacia la cima del mundo árabe e islámico, y hacia conformarse como un nuevo polo de poder regional en un mundo cada vez menos unipolar. Su ya citado poderío económico y sofisticación militar, su (a pesar de todo) estable sistema democrático, su soft power –una cultura milenaria que es bien vista por el mundo-, las revueltas árabes y el carisma retórico-populista de Erdogan, todo junto se conjuga en un visto bueno al avance de los turcos en su búsqueda por repetir su propia historia de hegemón zonal.
No obstante, quienes son más escépticos, se preguntan qué quiere realmente Erdogan, y dudan sobre si su aparente moderación no se traducirá en una cada vez mayor acumulación de poder e influencia entre la vecindad musulmana.
En todo caso, y sin importar por cuál de estas tendencias nos inclinemos, es relevante, ante todo, dar por hecho el poder y las intenciones de Turquía, a la vez que repensar el rol que está asumiendo en el esquema de poder de todo el Medio Oriente.
(1) THE EUROPEAN INSTITUTE. Book Review:
http://www.europeaninstitute.org/February-%E2%80%93-March-2010/george-friedmans-the-next-100-years-a-forecast-for-the-21st-century.html
(2) http://sipse.com/noticias/121686-lleva-erdogan-turquia-regreso-imperio-otomano.html
(3) COOK, Steven A. Foreign Affairs. Erdogan’s Middle Eastern Victory Lap. 15.09.11.
http://www.foreignaffairs.com/articles/68269/steven-a-cook/erdogans-middle-eastern-victory-lap?page=2
(4) NEHMIAS, Roee. The Mideast’s new hero?. Yedihot Ahronot. 15.09.11.
http://www.ynetnews.com/articles/0,7340,L-4122605,00.html.
(5) TIME.
http://www.time.com/time/specials/packages/article/0,28804,2036683_2036767_2036779,00.html
(6) FRIEDMAN, Thomas L. Letter from Istanbul. The New York Times. 15/06/10.
http://www.nytimes.com/2010/06/16/opinion/16friedman.html
(7) THE ECONOMIST. Is Turkey turning? 10.06.10. http://www.economist.com/node/16333417
(8) Definida por la CIA como agrupación “terrorista”.
(9) Op.cit.
http://sipse.com/noticias/121686-lleva-erdogan-turquia-regreso-imperio-otomano.html
(10) Para un análisis más exhaustivo de la relación de Erdogan con Israel, ver WALKER, Joshua W. What’s the matter with Turkey? Foreign Policy. 06.03.09.
http://experts.foreignpolicy.com/category/topic/islam
(11) KIRKPATRICK, David D. Premier of Turkey Takes Role in Region. The New York Times. 12.09.11.
http://www.nytimes.com/2011/09/13/world/middleeast/13egypt.html.
(12) FREEDOM HOUSE.
http://www.freedomhouse.org/template.cfm?page=22&year=2011&country=8152
(13) KALIM, Ibrahim. Turkey and the arab spring. Project Syndicate. 23.05.11.
http://www.project-syndicate.org/commentary/kalin2/English
(14) CIA World Factbook.
https://www.cia.gov/library/publications/the-world-factbook/geos/tu.html
(15) Como, por ejemplo, el periodista de The New York Times, COHEN, Roger:
http://www.nytimes.com/2011/09/06/opinion/06iht-edcohen06.html.
* Estudiante de la Licenciatura en Estudios Internacionales.
Depto de Estudios Internacionales.
FACS - ORT Uruguay.
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