UNA OPORTUNIDAD PARA IMPULSAR INICIATIVAS VIABLES

Autores/as

  • Prof. Félix Peña

Resumen

Renovar el impulso político, simbolizar el valor estratégico del proyecto común, y brindar el espacio para diálogos francos al más alto nivel, son aportes que se esperan del sistema de Cumbres Presidenciales del Mercosur. En cierta forma son su razón de ser.

Un papel relevante le corresponde a quien preside el país que ejerce la presidencia pro-tempore semestral del Mercosur. En este segundo semestre del año, es al Presidente del Uruguay a quien le toca entonces la oportunidad de plantear iniciativas que aspiren a lograr el consenso de los otros socios y luego, a penetrar en la realidad.

Pueden ser iniciativas vinculadas a la agenda prioritaria que en este momento tiene el Mercosur (como son, entre otras, las del perfeccionamiento de la unión aduanera, el tratamiento de las asimetrías, la integración productiva, las compras públicas y las negociaciones comerciales externas). O pueden ser iniciativas dirigidas a introducir enfoques e ideas orientados a renovar el proceso de integración, adaptándolo a nuevas realidades globales y regionales.

En la reciente Cumbre de Asunción, lo que trascendió de las reflexiones del Presidente José Mujica ante sus colegas, permite sugerir una visión sobre algunas cuestiones en las que se concentraría el ejercicio de su función temporal de este semestre.

En nuestra interpretación de lo que ha señalizado, es posible destacar tres ejes temáticos que tienen una relevancia especial. No son los únicos, pero sí los que parecen tener una trascendencia mayor.

El primero se refiere a la necesidad de interpretar “la época que nos toca vivir y hacia donde vamos”. Implica un diagnóstico compartido sobre oportunidades y desafíos que plantean a nuestros países algunas tendencias que se están poniendo en evidencia en el escenario internacional. Energía y alimentos, creatividad e innovación, y masa crítica de consumo y producción, son algunos conceptos centrales que parecen nutrir una agenda estratégica conjunta de los países del Mercosur, en un mundo con fuertes desplazamientos del poder económico relativo y de la capacidad para competir a escala global.

El segundo es el institucional. Tiene múltiples desdoblamientos posibles, entre otros los orientados a dotar a los métodos de trabajo de una mayor racionalidad y eficacia. Pero un aspecto prioritario para la inserción en el entorno global, sería poder avanzar en la capacidad de los socios para tener una sola voz en cuestiones relevantes de la agenda externa del Mercosur: ¿quién y por qué puede decir que habla por todos los socios?

Y el tercer eje, quizás el más provocativo, se refiere a la idea de avanzar en modalidades de “democracia digital”. Propuestas orientadas a un Mercosur 2.0, con fuerte énfasis en la transparencia y en el acceso efectivo a toda la información relevante para los ciudadanos, pueden contribuir a acrecentar la credibilidad y legitimidad social del proceso de integración.

 

* Director del Instituto de Comercio Internacional de la Fundación Standard Bank, Profesor Titular de Relaciones Comerciales Internacionales de la Universidad Nacional Tres de Febrero (UNTREF); Director de la Maestría en Relaciones Comerciales Internacionales del Núcleo Interdisciplinario de Estudios Internacionales y del Módulo Jean Monnet en la UNTREF.

 

 

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Publicado

2011-07-21

Número

Sección

Comercio y economía internacional