EL ÉXITO DE LA MEDIACIÓN EN LA CRISIS DE HONDURAS
Abstract
Retomando las Letras Internacionales del Número 67, en nuestro artículo sobre Honduras, debemos constatar que la mediación fue un mecanismo exitoso de solución de la crisis interna sufrida por ese país en el año 2009.
Al golpe militar realizado en contra del gobierno del depuesto Presidente Manuel Zelaya le siguió la suspensión de este país de la OEA, quien condenó los sucesos del 28 de junio de 2009. Posteriormente, fue elegido democráticamente el Presidente Profirio Lobo quien acordó, el 9 de abril del presente año, con los presidentes de Colombia y Venezuela poner en marcha una acción concreta con el propósito de solucionar la crisis política hondureña y sentar las bases para el reingreso de Honduras a la OEA.
En esa dirección, la positiva labor ejecutada por la Canciller de Colombia, María Ángela Holguín, y su homólogo venezolano, Nicolás Maduro, se materializó en la firma de un acuerdo entre el Presidente Lobo y su predecesor el domingo 22 de mayo en Cartagena, Colombia y contó con la presencia del Presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, y el Presidente de Venezuela, Hugo Chávez, como testigos facilitadores. Se trazó así el camino para el regreso del Ex Presidente Zelaya a Honduras y el reingreso de ese país a la OEA.
El llamado Acuerdo de Cartagena cierra este capítulo de disputa interna en Honduras, con el cual se marcaron las pautas para garantizar la seguridad y el libre ejercicio de los derechos legales y constitucionales del Ex Presidente Zelaya y de los integrantes de su gobierno que aún están en el exterior. Asimismo, acordaron velar por el cumplimiento de todas las garantías para participar activamente en los futuros procesos políticos de Honduras y dar cumplimiento a la Constitución de esa República en el marco de la protección y el respeto por los derechos humanos.
Colombia y Venezuela lideraron la iniciativa de aproximar a los actores, internalizaron sus divergencias y generaron opciones basadas en la cooperación y el dialogo político, en la necesidad que tenían las partes de buscar una solución encaminada al restablecimiento de los principios democráticos y respeto de las instituciones hondureñas. Estos gobiernos a través de un dialogo permanente llevaron a buen término su gestión como mediadores y sentaron un buen precedente en la política regional y en el contexto internacional.
En primer lugar, cabe destacar el nuevo posicionamiento de Colombia como líder en el escenario regional. Lo podemos observar en el liderazgo de la gestión que se ha realizado con Haití en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, la Secretaría General de UNASUR y el restablecimiento de buenas relaciones con sus países vecinos.
Nos ha enseñado también, que las diferentes perspectivas y estrategias de gobierno de dos Estados no hacen imposible un diálogo fluido en aras de conseguir un objetivo común, sino que por el contrario, logran un equilibrio y aportan credibilidad a su intervención. Este es el caso de Colombia y Venezuela quienes tras una relación particularmente difícil han retomado su rumbo hacia un norte de mutuo beneficio con el fin de fortalecer los lazos regionales, como históricamente ha sido.
Cabe resaltar también que hoy en día estas iniciativas coadyuvan y fortalecen los esfuerzos en la labor de diálogo político que surgen de mecanismos regionales como la OEA y UNASUR, pues los acercamientos producidos con motivo de esa mediación, han facilitado plantear el reingreso de Honduras a la OEA. El excelente nivel de interlocución entre los cancilleres de Colombia y Venezuela, reflejó su resultado en la decisión del Consejo Permanente de ese organismo en convocar la Asamblea General Extraordinaria en la que se analizará dicho acuerdo y se debatirá sobre el reingreso de Honduras al organismo multilateral.
La reconciliación política de Honduras fue articulada por la positiva mediación que se circunscribió a la apertura de un diálogo con sus propios tiempos y en el acercamiento de posiciones disimiles, probando ser una herramienta efectiva en la resolución amigable de la ya superada crisis. La polarización de la discusión no puede darse en un escenario de crisis política interna, en tanto conlleva inevitablemente a la confrontación perpetua.
Es así que la mediación como herramienta política marcó exitosamente un campo de posible acuerdo común, y por ello, la labor de los gobiernos de Colombia y Venezuela debe ser aplaudida como una muestra de liderazgo y madurez política.
*Director de Europa.
Ministerio de Relaciones Exteriores de Colombia.
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