CRISIS IRLANDESA Y SUS REPERCUSIONES EN PAISES PERIFERICOS
Abstract
La UE, el FMI, y el Banco Central Europeo han negociado con el gobierno irlandés la puesta en marcha de un plan de rescate centrado en la recapitalización de su sector bancario y en ayuda a su Deuda Externa.
Se destaca que Gran Bretaña, sin ser miembro de la Zona Euro, está dispuesta a concurrir para rescatar a Irlanda. Debe tomarse en cuenta que la banca irlandesa debe 110 mil millones de euros al Reino unido, 112 mil a Alemania, 50 mil a Estados Unidos, 40 mil a Bélgica y 37 mil a Francia, entre otros acreedores.
Irlanda es el quinto socio comercial del Reino Unido y las exportaciones de éste alcanzaron los 20 mil millones de euros el año pasado. De ahí la decisión de participar en el salvataje.
El desarrollo del ‘Tigre Celta’, así llamada Irlanda, que registró el mayor crecimiento de los países de Europa Occidental, y uno de los más elevados del mundo desarrollado, desde que adoptó el euro en 1999. Su crecimiento y sus elevados ingresos al fisco permitieron un enorme gasto público en infraestructuras y servicios públicos que The Economist consideró en su oportunidad como “el lugar ideal para vivir”.
Se caracterizó también por una fuerza laboral flexible y bien preparada, y por unos impuestos sobre los beneficios empresariales muy bajos (12,5%). Esta tasa de imposición fue considerada como desleal por Alemania, Francia y otros Estados europeos. El promedio de Impuesto de Sociedades en la UE es de 26% sobre los beneficios, en Francia y Bélgica es de 34%, mientras en Alemania y España es de 30%.
En Irlanda, a raíz de estas condicionantes se establecieron diversas empresas norteamericanas y japonesas, principalmente en el sector farmacéutico, financiero, y de alta tecnología.
Cuando la demanda interna y las exportaciones no pudieron mantener su crecimiento el gobierno optó por estimular el mercado inmobiliario. La banca irlandesa prestó 420 mil millones de euros a constructores que no han podido dar cumplimiento a su pago, constituyendo una enorme burbuja inmobiliaria. Se estima que la crisis costará a cada trabajador irlandés a 34 mil euros.
Se prevé que Irlanda tendrá un éxodo de 250 mil jóvenes hasta el año 2014 que procuraría buscar su futuro en otro país.
Las negociaciones para el rescate fueron muy duras, tomando en cuenta que una parte de la opinión pública en Irlanda teme una posible pérdida de soberanía.
Esta profunda crisis golpea lateralmente a los países denominados periféricos de la Zona Euro, Grecia, Portugal, España e Italia, que se encuentran con debilitadas economías. Actualmente la prima de riesgo es de 900 para Grecia, 562 para Irlanda, 414 para Portugal, 198 para España y 168 para Italia. La deuda española en particular, acusó la crisis de Irlanda, ya que el Tesoro se vio obligado a incrementar entre un 32% y un 35% el interés que pagó por la nueva emisión de deuda pública.
De un análisis de los cinco países periféricos surge que: Grecia tienen un Déficit Fiscal del PIB del 15,4%, Irlanda del 14,4 %, España del 11,1%, Portugal del 9,3% e Italia del 5,3%.
La Deuda Externa en relación al PIB es para Grecia de 126,8%, Portugal 116%, Italia 76,1%, Irlanda 65,5%, España 53,2%.
El Crecimiento del PBI para 2009 fue para Irlanda del -7,6%, Italia -5%, España -3,7%, Portugal -2,6%, Grecia -2,3.
En relación a los Indicadores de Paro, España encabeza la lista con una tasa de más del 20%, Grecia del 12%, Portugal del 11% e Italia del 8% (Irlanda está en el 14%).
La proyección para el año 2010 del crecimiento económico se estima seguirá siendo prácticamente del 0% para España, el -4.5% para Grecia, -1.8% para Italia y un crecimiento para Portugal del 1.5%.
A pesar que el gobierno Español estima que está muy lejos su situación de la de Irlanda y Grecia, la mayoría de los analistas no coinciden con esta apreciación optimista, considerando como crítica la situación económica y sus perspectivas.
Una serie de analistas comienzan a expresar sus dudas sobre la viabilidad del euro con las actuales características, y señalan que una exitosa unión monetaria requiere de un mayor grado de integración política, lo que llevaría a la modificación del reciente Tratado de la UE.
Parece claro en este contexto, que España y Portugal tendrán que aplicar en los próximos años profundas reformas estructurales que puedan reducir los costos laborales, favorecer la actividad empresarial, y recuperar su competitividad.
*Escritor, Periodista, Analista Internacional, Ex Embajador.
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