La izquierda, los gitanos y las jubilaciones complican a Sarkozy

Authors

  • Adolfo Castells Mendívil

Abstract

Nunca dejé del todo París. Estudié en esa ciudad, fui diplomático dos veces y ahora acabo de llegar de un viaje a la capital francesa. Pero lo que interesa es lo que he podido captar en estos días, de caminatas por las márgenes del Sena, de participar en seminarios universitarios y de contactos con mis referentes franceses.

Nicolas Sarkozy, es un Presidente que sabe lo que quiere, eso es indiscutible, aunque se pueda discrepar con él, en algunos o muchos aspectos. En los tiempos presentes, dos temas dominan el panorama: la expulsión de los “roms” y el aumento de la edad para jubilarse, de 60 a 62 años. Opino que en ambas cosas Sarkozy tiene razón y paso a intentar demostrarlo.

EL ASUNTO DE LOS “ROMS”

El término “roms”, adoptado por las organizaciones internacionales –entre ellas las Naciones Unidas- se aplica a un conjunto de poblaciones originarias de la India y que se conocen como “gitanos”, “cíngaros”, “gente del viaje”, “bohemios”, “sintis” u otras denominaciones y que constituyen numéricamente, la minoría más importante en Europa. En Francia son entre 500.000 y 1.000.000, según las fuentes. Sin embargo los involucrados en las posibles medidas de expulsión son los ilegales que ascienden a unos 20.000, provienen de Bulgaria y Rumania, han invadido tierras sin permiso levantando campamentos y no tienen ocupación permanente, por tanto ni ingresos para sustentarse, y generalmente viven del hurto y la rapiña.

El error de Sarkozy cuando habló de” implantaciones salvajes de los roms” y de la primera circular del gobierno francés, fue individualizar en los “roms” cuando da la orden de “evacuar los campamentos ilícitos de roms”. De inmediato la Unión Europea amenazó a Francia con entablar un procedimiento de infracción por “prácticas discriminatorias”. La segunda circular enmienda el error y habla de “evacuar los campamentos ilícitos, cualquiera sean sus ocupantes”. Tartufismo europeo, porque los únicos que ocupan esos campos son los roms. 

Ahora bien, cuando Sarkozy decidió atacar la presencia ilegal de los roms, lo hizo por dos motivos: 

1) porque esas poblaciones presentan un real problema de seguridad para los franceses, cualquiera que circule por las estaciones o por ciertas líneas del subterráneo parisino lo puede comprobar; 

2) la medida es popular, afín a la política de seguridad del Presidente y la opinión está legítimamente sensibilizada con la cuestión: el 69% según la encuesta de Opinionway (Le Figaro) aprueba el desmantelamiento de los campos, y el 65% la expulsión del territorio francés. Además, la delincuencia de los roms rumanos en París ha aumentado en 259%, los últimos 18 meses, volviéndose cada vez más estructurada y violenta, de acuerdo al Ministro del Interior, Brice Hortefeux.


EDAD MÍNIMA JUBILATORIA

Por otro lado, la Asamblea Nacional ha aprobado el proyecto del gobierno de subir de 60 a 62 años la edad mínima para poder jubilarse (falta la aprobación en el Senado). Esto ya ha suscitado paros generales, desfiles, y que la izquierda se rasgue las vestiduras, como en la cuestión roms.

Sin embargo, en la mayoría de los países europeos la edad mínima para gozar del retiro jubilatorio es de 65 años. Este proyecto que no figuraba en la plataforma electoral de Sarkozy, fue implementado debido a la crisis europea y con fundadas razones. Una esperanza de vida en continuo crecimiento, hace que al Estado cada vez le cueste más mantener a los jubilados y es obvio que el proceso de la fijación de la edad mínima para jubilarse tienda a aumentar y no a disminuir, salvo en casos de bonanza económica que tampoco son permanentes.

Y por si fuera poco, con un déficit general de 30.000 millones de euros, mantener la jubilación a los 60 años hubiese significado para Francia tener que renunciar a cualquier plan de inversiones. Y hubiese conducido a una mala nota de las agencias calificadoras de riesgo, con la consecuencia de tener que pagar miles de millones más de euros, ya que de esas notas depende precisamente la tasa de interés que se le fija a un país. Eso lo saben tanto los sindicatos como la izquierda. Pero no se dan por aludidos, e inclusive la Primera Secretaria del Partido Socialista, Martine Aubry, que ha encabezado todos los desfiles, ha anunciado que de ganar repondrá la edad de 60 años. ¿Irresponsabilidad? El socialismo francés no quiere realizar que la longevidad de las jubilaciones hace explotar las cuentas de un exhausto Estado de bienestar.

Quizás sea por eso que el intelectual de izquierda italiano Raffaele Simone ve afirmarse una nueva derecha, consumista, que coquetea con el populismo y que no duda en apropiarse, contra la crisis, del estatismo defensivo de la izquierda. Frente a ella, la izquierda europea anquilosada por las ruinas de la ideología marxista no abandona la lucha de clases, y es incapaz de ponerse a la altura de los tiempos. Y concluye sobre la izquierda europea: “demasiado ciega sobre los perjuicios de la inmigración masiva, sobre las violencias urbanas y la inseguridad; poco fiel al ideal laico ante el Islam radical y a las necesidades cruciales de una enseñanza competente”. (« Le monstre doux. L'Occident vire-t-il à droite? » Gallimard, Paris)

La reflexión vale la pena.


*Escritor, Periodista, Analista Internacional, Ex Embajador.

Published

2010-10-14

Issue

Section

Política internacional