El destino de Barack Obama: Las variables a tener en cuenta
Abstract
¿Cuáles son las posibilidades de que Obama pierda las próximas elecciones presidenciales? Una pregunta que hace un año apenas era formulada -al considerarse al actual presidente como imbatible- comenzó poco a poco a ser el tema principal de discusión en prácticamente todos los ámbitos periodísticos de la nación norteamericana.
El primer signo de preocupación fue el surgimiento (¿espontáneo?) del movimiento Tea Party, que ponía de manifiesto una sociedad fracturada en cuanto al rumbo de la nación… algo así como la dicotomía Kultur-Zivilisation de la Alemania prehitleriana, aunque con un nivel intelectual de discusión bastante menos elevado. Punto álgido de este fenómeno se dio cuando la tortuosa aprobación de la reforma sanitaria (tema endémico en todos los gobiernos del Partido Demócrata), una medida “socialista” para sus detractores. En este mismo contexto el gobierno recibiría un duro golpe, tanto a nivel simbólico como en dominio efectivo del Legislativo: ante la muerte del célebre senador Ted Kennedy, Massachusetts –el bastión por excelencia del partido demócrata- tendría elecciones especiales para ocupar la vacante y las mismas serían ganadas por el candidato republicano Scott Brown, algo impensable dos, diez o treinta años antes. Las futuras elecciones legislativas de midterm tampoco parecen alentadoras para el presidente en funciones, que corre el riesgo de perder entre cinco y diez senadores, pasando, de esta forma y en poco menos de un año, de contar con una mayoría especial a la posibilidad de ser minoría en la cámara alta.
La memoria evocará entonces a dos ex presidentes: Jimmy Carter y Bill Clinton. Ambos sufrieron a los dos años de su asunción momentos igualmente difíciles, siendo especialmente recordada la “Revolución Republicana” del 1994, cuando el GOP tomara control de la cámara de representantes por primera vez en cuatro décadas. Ahora bien, si Carter no sólo prosiguió con su camino descendente hasta perder de forma humillante con Reagan en el 1980, Clinton logró recuperarse y venció cómodamente en el 1996. ¿A cuál de estos dos casos se parecerá Obama? Estudiemos brevemente los factores que a la postre serán determinantes para responder a la incógnita.
En primer lugar podríamos considerar la percepción que el pueblo estadounidense tiene de su presidente, es decir, la cuestión de la imagen. Se recordará que Obama llegó al poder en plan outsider, frente a los candidatos rivales del establishment,Hillary Clinton primero y John McCain después. Con un discurso a la vez vacuo y atractivo, que podía resumirse en cuatro palabras (“Change, yes, we can.”), el estadounidense medio no ha percibido de ninguna manera ese cambio tan pregonado, y para muchos ha pasado a ser “más de lo mismo”, lo que ha alienado a buena parte de sus militantes, sobre todo los jóvenes. Se le acusa también al presidente de tozudo, caprichoso y de tener una actitud condescendiente frente al pueblo norteamericano, cual si fuera un profesor liceal tratando de educar a sus alumnos sobre los temas más elementales. Finalmente, Obama no ha sabido despegarse de algunas falsedades que ha promovido parte de la derecha. Por ejemplo, en una encuesta sobre qué religión pensaba la ciudadanía que profesaba Obama (tema delicadísimo para la sociedad norteamericana), un 18% dijo pensar que era musulmán, un 43% no lo sabía y un 34% que era cristiano [1]. En otra encuesta, un 55% de los estadounidenses consideraba que “Socialista” era una buena forma de catalogar a Obama, y un 56% pensaba que era “demasiado liberal” [2]. En una nación donde el término “Culture War” ha tomado importancia, estos datos son tan divertidos como relevantes.
Además de tener que cargar con el peso de que muchos piensen que es musulmán y de que la mayoría lo considere un socialista, Obama tiene otro problema que creemos aún más significativo: los escasos resultados en materia económica. La crisis financiera, que tanto lo beneficiara para su elección en el 2008, podría pasarle factura en caso de no constatarse una notoria recuperación en los próximos dos años. El desempleo tal vez sea el factor determinante en esta materia…y el mismo sigue siendo alto para los estándares estadounidenses: un 9,5% [3], sin señales de que pueda haber un marcado descenso a la brevedad. Dato importante: ningún presidente estadounidense fue jamás reelecto con una tasa de desempleo mayor al 8%. Para colmo de males, buena parte de los estados más afectados siguen siendo Ohio, Pennsylvania y Florida, tres llaves para las próximas elecciones.
Las encuestas sobre popularidad tampoco son muy auspiciosas, aunque dicho dato debe tomarse con precaución. Reagan era relativamente impopular en el 1982, pero no obstante arrasó en el 1984; Bush padre era muy popular en el 1990, pero eventualmente perdería en el 1992. Ahora bien, las últimas encuestas al respecto de la firma Gallup señalan un irregular pero continuo descenso en este indicador, que acerca a Obama a una aprobación del 40%. Si desciende de esta cifra para el 2012, el riesgo de perder las elecciones aumentaría drásticamente, máxime cuando el apoyo proviene principalmente de estados como New York o California, que los demócratas dan por ganados, y no de los toss-up states, que es donde se juegan los votos electorales fundamentales.
En todo caso, suponiendo que se llegue al 2012 con un desempleo alto, una popularidad del 40% y una militancia mucho menos comprometida, Obama aún podría tener posibilidades por una cuestión muy elemental: la escasez de contendientes de peso que pueda aportar el Partido Republicano.
Como se recordará, el Grand Old Party (GOP) ha venido acompasando el devenir ideológico de la sociedad norteamericana, que en junio de este año se identificaba un 42% como conservadores, un 35% como moderados y un 20% como liberales [4]. De esta manera, en su historia reciente, dio tres giros a la derecha: con Nixon en el 1968 (con tal de obtener el voto de los estados del sur, en la célebre Southern Strategy), en el 1980 con Reagan triunfando por sobre los Rockefeller republicans(moderados) y en el 2000 con Bush y su Compassionate conservativism. No obstante, el conservadurismo para los estadounidenses es un término muy amplio, que abarca grupos con prioridades distintas: algunos los valores cristianos, otros la reducción de impuestos, otros una política exterior agresiva y así sucesivamente. Que surja una figura capaz de satisfacer las demandas de todos ellos –y de este modo movilizarlos en los comicios- es ciertamente difícil. De esta manera Mitt Romney podría ser atractivo en sus condiciones de administrador, pero su calidad de mormón haría perder votos de los protestantes; Sarah Palin sería idolatrada en cuanto a la defensa de los valores cristianos, pero nadie en su sano juicio querría ponerla de Comandante en jefe del mayor ejército del mundo; Mike Huckabee también arrasaría con el voto religioso, pero su estilo populista tal vez fracase fuera del Sur.
Tenemos, pues, que considerar que por más nefasta que pudiera ser la administración Obama para algunos, muchas de esas personas (sobre todo quienes conforman el vital electorado “independiente”) podrían no encontrar una alternativa viable, y finalmente decantarse por la opción del “más vale malo conocido que bueno por conocer”.
Es temprano entonces para determinar a ciencia cierta el resultado más probable de las elecciones del 2012. No obstante el desenlace se irá dilucidando en tanto se vaya conociendo el devenir de los factores mencionados: la posibilidad de reconciliación del presidente con su militancia, la capacidad de generar empleo en el corto plazo y qué tan convincente sea el desafío del partido rival.
*Estudiante de la Licenciatura en Estudios Internacionales
FACS-ORT-Uruguay
[1] “Growing Number of Americans Say Obama is a Muslim”http://pewforum.org/Politics-and-Elections/Growing-Number-of-Americans-Say-Obama-is-a-Muslim.aspx#1
[2] http://www.nationalreview.com/campaign-spot/230874/55-percent-likely-voters-find-socialist-accurate-label-obama
[3] http://www.bls.gov/news.release/empsit.nr0.htm
[4] “In 2010, Conservatives Still Outnumber Moderates, Liberals”
http://www.gallup.com/poll/141032/2010-conservatives-outnumber-moderates-liberals.aspx
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