El Camino hacia la Coalición
Abstract
El domingo 27 de setiembre, la República Federal de Alemania celebrará las elecciones en donde se decidirá la nueva composición del Bundestag (el Parlamento alemán). La importancia de este evento se deja entrever dada la forma parlamentarista del gobierno alemán, donde el Bundestag además de cumplir la función legislativa se encarga de decidir sobre el presupuesto federal y las misiones de las Fuerzas Armadas en el exterior, y tiene la potestad de elegir al Canciller Federal y controlar al Gobierno Federal.
Los principales contendientes en la carrera para formar el gobierno federal son tres. Los dos primeros forman parte del actual gobierno y de los partidos predominantes desde 1949; son la Canciller Federal Angela Merkel (líder de la conservadora Unión Cristiano Demócrata – CDU) y el Ministro Federal de Relaciones Exteriores y Vicecanciller Frank-Walter Steinmeier (por el Partido Socialdemócrata de Alemania – SDP, de centroizquierda), pero también aparece Guido Westerwelle como un tercer actor decisivo y articulador de una posible coalición (encabeza el Partido Liberal Democrático – FDP). La Izquierda y Alianza 90/ Los Verdes son los otros dos partidos con representación parlamentaria.
El sistema electoral hace improbable la posibilidad de un gobierno de partido único, y la opinión pública está convencida de que Steinmeier no le disputa el puesto a Merkel, de forma que lo que está en juego es una posible continuidad de la “gran coalición” entre CDU y SPD, o la conformación de una nueva coalición. Las posibilidades de que Steinmeier logre imponerse se desvanecen si mantiene su promesa de negarse a formar una posible coalición con La Izquierda, así como también si se mantiene la negativa de Westerwelle a formar una coalición de gobierno con el SDP. Ambos escenarios pudieron haberse dado con el mapa electoral resultante de las elecciones en el año 2005, y los partidos se apoyan en ese hecho para afirmar que así como no sucedió en esa ocasión tampoco sucederá en ésta. Para muchos, la aspiración de Merkel y su partido es lograr formar una nueva coalición junto con el FDP de Guido Westerwelle y de esa forma lograr constituir gobierno de centroderecha, en lugar de la actual coalición de derecha-izquierda que gobierna.
La campaña electoral ha sido hasta ahora muy criticada por la prensa local y catalogada de aburrida. Steinmeier ha acusado a la Canciller de no salir a la arena política a pelear la campaña, pero los analistas no descartan que sea una estrategia de la gobernante buscando desmovilizar a los votantes opositores, esto es, en lugar de buscar una mayor adhesión a su partido, intentar lograr una mayor abstención entre los seguidores del rival; una estrategia muy criticada ya que se entiende que daña a la democracia alemana.
“Yes we gähn” (Yes we yawn) rezaba el título de tapa del periódico Bild (el mayor de Alemania) el día posterior al debate entre Merkel y Steinmeier, señalando el bajo nivel de confrontación de ideas en el mismo. Y es que el juego de palabras con el slogan de campaña de Barack Obama (“Yes we can”) es una clara muestra de la crítica de los medios a la ausencia de un candidato carismático y apasionado como lo fue Obama en las elecciones norteamericanas. Los candidatos cristiano-demócrata y socialdemócrata recientemente se encontraron en un debate televisado por los principales canales alemanes. El hecho de no haber incluido en el encuentro a los líderes de los demás partidos les valió la crítica de la oposición que se refirió a ello como una muestra de lo que ha sido el gobierno de la “gran coalición” hasta ahora, sin dar participación a los demás sectores, y de lo que continuará siendo si se mantienen.
Lo cierto es que el debate fue aburrido al punto que un periodista presente se refirió a los candidatos como una “anciana y armoniosa pareja casada”. Durante el debate se encargaron de resaltar los logros de su gobierno e incluso la Canciller elogió en alguna ocasión a su contrincante. La cordialidad también se debe en parte a la dificultad que se le presenta para Steinmeier criticar la gestión de la Canciller sin comprometerse a sí mismo y su participación en el gobierno.
El acuerdo entre los debatientes fue en la mayoría de los temas, incluyendo la permanencia de tropas alemanas en Afganistán, hasta que la estabilidad del país permita su retirada, aunque resaltaron la necesidad de establecer un cronograma de retirada. También coincidieron en la firme defensa de la venta de la automotriz Opel a la compañía austríaco-canadiense Magma. Las discrepancias se manifestaron principalmente por el lado de la energía nuclear, donde Merkel está a favor de mantener las actividades en las centrales nucleares en tanto las energías renovables sean sustentables, mientras que Steinmeier aboga por un abandono del uso de la energía nuclear. También discreparon sobre la reducción de impuestos planteada por la CDU, que el SDP considera ilusoria, proponiendo por su parte la creación de impuestos a las transacciones en la bolsa y que los individuos de mayores ingresos paguen un impuesto solidario.
Los analistas sostienen que los debates han sido decisivos en las últimas dos elecciones del Parlamento, pero no consideran que el del pasado domingo vaya a tener una incidencia considerable sobre el electorado dada la baja confrontación de ideas e incluso la baja audiencia en comparación con otras ediciones (apenas 14,2 millones de televidentes en un país de 82 millones de habitantes).
El termómetro electoral más inmediato de cara a las inminentes elecciones son los comicios legislativos de tres Estados celebrados en agosto. Allí la CDU de Merkel mostró una importante caída aunque el gran crecimiento no se dio en el SDP sino en el FDP y La Izquierda.
Sin embargo, a nivel electoral nacional el evento reciente más trascendente son las elecciones para el Parlamento Europeo que tuvieron lugar en junio. La victoria fue clara para los conservadores, alcanzando un 37,9% sumando los votos de la CDU y la CSU (Unión Cristiano-Social, partido hermano de la Unión Cristiano-Demócrata y que solo se presenta en el Estado de Bavaria). El FDP alcanzó un 11% y si el mismo apoyo se repite en las elecciones para el Bundestag se estaría muy cerca de lograr una mayoría que les permita formar un gobierno de coalición con el CDU/CSU. El gran perdedor aquí fue el SDP con uno de sus peores registros de votación en la historia, con un 20,8%.
Las últimas encuestas apuntan a un resultado electoral más parecido al de los comicios del Parlamento Europeo. Por esa razón es que muchos analistas y gran parte de la opinión pública dan por sentado la permanencia de Angela Merkel en la Bundeskanzleramt, y la interrogante pasa por si se mantendrá la “gran coalición” o si el caudal electoral del FDP será suficiente y permitirá alcanzar un acuerdo en donde Guido Westerwelle sustituya a Frank-Walter Steinmeier.
*Estudiante de la Licenciatura en Estudios Internacionales.
Universidad ORT - Uruguay.
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