Brasil y su acuerdo militar con Francia: Camino a una potencia mundial
Abstract
Brasil no parece encontrar impedimentos en su camino a entrar en la cúpula de los países más influyentes del globo. En estos días, firmó una importante alianza con Francia, buscando incrementar su poderío armamentista.
El Presidente Sarkozy visitó a nuestros vecinos al norte para negociar la venta de 5 submarinos Scorpène (4 convencionales a diesel y uno propulsado a energía nuclear), 50 helicópteros Cougar EC 125 de transporte militar y 36 cazabombarderos Rafale. El acuerdo establece que el número de aviones a comprar por el gobierno norteño podría llegar a más de 100 en los próximos años. En total, Brasil planea un gasto de aproximadamente 12.300 millones de dólares hasta el año 2021.
Lo más notorio de este acuerdo no radica solamente en la magnitud del intercambio de armas, sino que podemos ver en el mismo ciertos aspectos que lo diferencian de una mera compra de armamento.
Por un lado, no es solo una adquisición del gobierno brasilero, ya que Francia se compromete a comprar al Brasil diez unidades de la aeronave de transporte KC-390 fabricada por la compañía aeronáutica brasileña Embraer.
Pero, sin duda, el aspecto clave de este acuerdo, es que el gobierno galo se comprometió a transferir también tecnología, con el fin de que Brasil desarrolle su industria armamentista y pueda incluso venderla en America Latina. Ésta, según el canciller brasileño Celso Amorim, fue la principal razón de la firma del acuerdo. De esta forma, Brasil comienza a proyectarse como una potencia mundial no solo a nivel comercial y económico, sino que también militar.
Todos están satisfechos con el acuerdo, ya que el diario francés "Le Figaro" califica como un “éxito político, diplomático e industrial” para el presidente galo la colocación de los aviones de la industria francesa Dassault. Agrega que es la primera vez que un país extranjero compra aviones de dicho origen, lo cual fue calificado por el Jefe de Estado como un “hecho histórico”.
Por otro lado, el mandatario brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, manifestó que la mencionada compra era con el fin de proteger los recientes descubrimientos petrolíferos. En las costas de los Estados de Espíritu Santo, Río de Janeiro y São Paulo fueron hallados recientemente yacimientos de petróleo, el cual ha sido causa de guerras y conflictos en el mundo, como señaló Lula. Podría decirse que de alguna forma Lula justifica la compra como una forma de proteger sus cuantiosos recursos naturales. Sin embargo, no hace falta ser un experto para darse cuenta de que Brasil se encuentra en un proceso de expansión económica y por lo visto también militar.
Brasil no solo incrementará su poderío armamentista para ubicarse como uno de los pilares latinoamericanos, sino que también pretende comenzar el negocio de la venta de armamento a sus países vecinos.
Esto se relaciona perfectamente con la idea propuesta por el gobierno norteño el año pasado de la creación de una Comisión Sudamericana de Seguridad que se formó dentro del marco de la UNASUR. El fin de este grupo era fomentar el intercambio de materiales y conocimiento que favoreciera el desarrollo en materia militar en la región.
A la vista de estos hechos podemos suponer que Brasil buscaba delinear un posible mercado para colocar su armamento antes de comenzar el emprendimiento bélico. Una región que experimenta notorios cambios en sus liderazgos internos y tensas relaciones entre los mismos puede mostrarse como un interesante mercado para la industria bélica. En este aspecto, a nadie le sorprende el pragmatismo del Presidente Lula, quien siempre ha dejado de lado los discursoslatinoamericanistas cuando de negocios se trata.
Cabe ver también como se comporta Brasil dentro de la Unión Sudamericana de Naciones, ya que la pasada cumbre en Bariloche dejó muy en claro quién lidera la región. Si bien Brasil no era parte del conflicto, ni se proclamó a favor o en contra de la instalación de las bases militares en Colombia, este terminó liderando el conflicto que había dado comienzo en Quito semanas antes.
De esta forma podemos ver claramente que Brasil ya tiene el poder político en la región, por lo que no sería gran dificultad capitalizarlo en el ámbito de la industria bélica.
Finalmente, no esta de más agregar que este estrecho acuerdo con Francia le ayuda a Brasil a reforzar su relación con un miembro del Consejo de Seguridad de la ONU. Como un país emergente y miembro del BRIC, Brasil no se resigna a la idea de formar parte del grupo más selecto de la política mundial.
Sin embargo, las ambiciones brasileras de convertirse en una potencia a nivel mundial no son obra solamente del actual Presidente. La habilidad diplomática de Itamaratí, y la influencia de líderes memorables como Fernando Henrique Cardoso pusieron en marcha un proceso con el fin de instalar al Brasil en el centro de las discusiones mundiales.
Será cuestión de tiempo ver si la influencia global del Brasil traspasa las barreras futbolísticas para convertirse como Andrés Oppenheimerdice en “El coloso del Sur”.
* Estudiante de la Licenciatura en Estudios Internacionales.
Depto de Estudios Internacionales.
FACS - ORT Uruguay.
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