Myanmar: Avances en el conflicto de la organización y la frontera

Authors

  • Sebastián Bidegain

Abstract

Las últimas semanas del mes de agosto han sido testigos de nuevos sucesos que denotan la delicada situación política de la Unión de Myanmar. Se trata principalmente de conflictos entre el partido de gobierno y diversos grupos étnicos armados que ejercen el control sobre determinadas zonas en la frontera.

Tras 20 años del acuerdo de “cese al fuego” entre la Junta Militar (organismo que gobierna de facto el país desde 1988, oficialmente denominado “Consejo de Estado para la Paz y el Desarrollo”) y las cerca de 17 etnias armadas (que controlan de hecho ciertos territorios fronterizos con China y Tailandia, se oponen al régimen birmano y pretenden la independencia de “sus” territorios), los combates entre ambas fuerzas continúan.

La historia documentada birmana comienza en el siglo III A.C. con poblaciones de diferentes etnias o clanes que mantenían regulares guerras en busca del control de las tierras hasta que, llegado el siglo XVI, comenzó su proceso de unificación.
Su ubicación privilegiada en el Golfo de Bengala la constituyó en una atractiva colonia británica, ya a finales del siglo XIX, pasando a manos de Japón durante la Segunda Guerra Mundial y de nuevo, fugazmente, al Reino Unido, quien le concede su independencia en 1948.

Las corrientes comunistas cobraron gran fuerza y protagonizaron los procesos de organización estatal independiente. El país adoptó finalmente, en 1974, un régimen republicano socialista que no duraría demasiado. Para 1988 se instauró un régimen militar dictatorial producto del llamado Levantamiento 8888 (iniciados el 8 de agosto de 1988). El nuevo gobierno inició una serie de reformas institucionales, entre las cuales resalta el cambio a la nomenclatura del país, de República de Birmania a Unión de Myanmar, título que, si bien fue aceptado por la ONU, fue uno de los símbolos de discordia entre el gobierno de la Junta Militar y diversas entidades opositoras (partidos políticos, principalmente el llamado Liga Nacional para la Democracia, y las etnias beligerantes armadas).

Desde hace unos 60 años a la fecha, ciertas áreas de la frontera entre Myanmar, China y Tailandia funcionan como una suerte de enclaves políticos bajo la “jurisdicción” de cerca de 17 etnias armadas, cuyo principal sustento económico  surge del contrabando de heroína, los casinos y la comercialización de madera, gemas y jade. Una de estas etnias armadas, la perteneciente a Kokang (región de la provincia birmana de Shan, una de las de mayor extensión, al noreste del país), se denomina Ejército de la Alianza Nacional Democrática de Myanmar y es una de las principales protagonistas del actual conflicto.

La Junta Militar planea realizar comicios para el año 2010, por lo que ha centrado sus fuerzas en recuperar el control de los territorios fronterizos, pretendiendo el desarme de los grupos guerrilleros o unificándolos a sus fuerzas militares y exigir a sus líderes la conformación de partidos políticos. El primer movimiento del ejército birmano fue tomar la región de Lougai, la capital de Kokang, ya en el mes de julio, lo que desató la ira de los beligerantes regionales quienes respondieron mediante ataques a los ejércitos y a otras tres regiones birmanas.  

La Junta Militar de Myanmar ha comentado a la prensa internacional que el enfrentamiento le ha costado la vida, al menos, a unos 26 soldados de sus fuerzas, pero que la región de Kokang ha logrado estabilidad y calma; sin embargo, las balaceras han movilizado a unas 30.000 personas (incluyendo birmanos y chinos) desde la provincia hacia China en busca de refugio. Esto le ha significado a la Junta Militar una delicada situación política con su portentoso vecino del norte.

La Cancillería china ha demandado a la Junta Militar el cese del conflicto y la protección de los intereses de sus ciudadanos en la región, la que suma una más de las áreas “volátiles” fronterizas, junto con Pakistán, Corea del Norte y el Tíbet (entre otras); por lo que es imperativo para China exigir el control por parte de la Junta Militar. Para ésta última no es conveniente mostrar oposición alguna, ya que el gobierno de Beijing representa su modelo a seguir y más fuerte aliado en la región.

El actual conflicto es sólo una muestra más de la inestabilidad político-social del país, no siendo la primera vez en efectuarse estos hechos. Prueba de esto es lo citado a continuación: “La Asamblea General, Expresa su profunda preocupación por:b) Los ataques llevados a cabo por las fuerzas militares contra las aldeas del estado de Karen y otros estados de Myanmar habitados por minorías étnicas, que han provocado masivos desplazamientos forzosos y graves violaciones de los derechos humanos de las poblaciones afectadas”(Resolución - A/RES/61/232 – de la Asamblea General de la ONU, del 13 de marzo del 2007).

Resulta especialmente interesante el análisis de la anterior resolución; la que brinda un panorama, aunque no del todo actualizado, sólidamente fundamentado en investigaciones e informes sobre la situación política del país, en lo que respecta sobre todo a Derechos Humanos, el “talón de Aquiles” del gobierno birmano.

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Estudiante de la Licenciatura en Estudios Internacionales. 
Universidad ORT - Uruguay

Published

2009-09-03

Issue

Section

Política internacional