El Banco Interamericano de Desarrollo se capitalizará en tiempos de crisis

Authors

  • Luis Fernando Vargas-Alzate

Abstract

Seguramente no sea bien visto el hecho de que una persona de Medellín sea la que empiece estas palabras en las que se alaba la logística y todo lo que rodeó la Asamblea de Gobernadores del Banco Interamericano de Desarrollo, su cumpleaños número 50 y la Asamblea de la Comisión Interamericana de Inversiones en dicha ciudad, ya que lo más seguro es padecer de un sesgo inevitable que difícilmente se podría eliminar.  No obstante, he adelantado un proceso personal de reflexión en torno a la sinceridad para no ir a decir en este comienzo del artículo algo que no sea verdad.  Le ruego al lector, me crea, puesto que no voy a inventarme una sola palabra.

Medellín, la ciudad primaveral de Colombia, acaba de dar por terminado uno de los eventos de mayor trascendencia continental en términos económicos durante 2009.  La ciudad se vistió de gala para recibir a los gobernadores (ministros de hacienda, finanzas, altos funcionarios o presidentes de los bancos centrales de los Estados) de los 48 Estados miembros del Banco (prestatarios y no prestatarios).  La ciudad hizo alarde de su práctica del bilingüismo, de sus mujeres hermosas, de la hospitalidad de su gente, de su excelente sistema de transporte masivo y de unos siete millones de dólares de inversión, entre otros muchos aspectos, para que la recepción fuera tan exitosa como efectivamente se dio.  El mismo Luis Alberto Moreno, presidente del BID,  se acaba de pronunciar en el Diálogo sobre Inversión Extranjera en América Latina, sobre el impacto que ha dejado la ciudad en cada una de las personas que arribaron por primera vez a Colombia y, específicamente, a Medellín, epicentro de las decisiones económicas continentales durante esta semana.

Pero si Medellín cumplió con la recepción y toda la parte logística del evento, ¿qué hay para señalar sobre los resultados de la Asamblea y los festejos del cincuentenario del BID?  Sin duda, podría decirse también que, aún en tiempos de crisis, el BID ha tenido un comportamiento para resaltar y que sus funcionarios no son tan pesimistas como los de otras regiones del mundo con grados de desarrollo e industrialización superiores a los de América Latina.

Tal vez el avance más significativo de la Asamblea de Gobernadores es el acuerdo al que llegaron los 48 gobernadores sobre la capitalización del banco, en una ampliación de unos 180 mil millones de dólares al capital de la entidad.  Los aplausos se hicieron más fuertes y sonoros cuando el pasado lunes el ministro de Hacienda de Colombia, anfitrión de la 50ª Asamblea del BID y presidente de la misma, Óscar Iván Zuluaga, anunció que la Resolución AB-2676 obtenía aprobación de la Junta de Gobernadores en procura de capitalizar la institución y hacerla más fuerte para enfrentar la crisis financiera internacional, que a la fecha empieza a notarse de manera definitiva como la más fuerte en los últimos 80 años.

A su vez, se desarrolló en la capital antioqueña la feria Expodesarrollo, aprovechando la visita de cientos de inversionistas de talla mundial, los cuales se mostraron interesados en proyectos de infraestructura en Colombia, los países andinos y en la región en general.  Para el caso colombiano, en cifras del Departamento Nacional de Planeación, las citas que se realizaron registraron una efectividad superior al 90%.  La cifra final que se manejó desde dicho departamento como posibles inversiones extranjeras para el país supera los 30 mil millones de dólares, algo realmente significativo en tiempos de crisis.

Pero no fue sólo Colombia quien atrajo la atención de los inversionistas asiáticos, europeos y norteamericanos.  En palabras de Germán Efromovich, presidente del Grupo Sinergy, de José María Álvarez Pallete, vocero para América Latina de Telefónica y de Garry Drummond, presidente de Drummond Company de Estados Unidos, América Latina es una región supremamente especial que seguramente va a encontrar en medio de la crisis unas muy buenas oportunidades para demostrar sus potencialidades.  Esto fue confirmado por Enrique García, presidente de la CAF, cuando en sus reiteradas intervenciones hizo eco de que ha llegado el tiempo para que América Latina demuestre de lo que es capaz; se refirió a que es el momento de mostrar cuánto puede aprovecharse la región de la crisis de las economías más fuertes del mundo.
En definitiva, lo que acaba de desarrollarse en Medellín brindó una luz de esperanza a tan desesperanzadora situación de crisis financiera internacional.  Partiendo de la capitalización del 
Banco Interamericano de Desarrollo, deteniéndose en la estabilidad de la Comisión Interamericana de Inversiones y terminando con los deseos de los inversionistas extranjeros de mantenerse identificados con los proyectos de infraestructura, desarrollo e impacto en la región, estos días lo que han hecho es dar un respiro profundo a la economía en América Latina, no queriendo decir que la crisis se aleja de ella, sino brindando posibilidades al entendimiento de la frase que señala que en medio de tantos perdedores, necesariamente tendrá que haber algún ganador.  Nos queda el interrogante de si será América Latina la que sepa y pueda aprovechar la situación coyuntural en su beneficio.

Así como en la recordada crisis de 1929 la economía soviética no se vio tan afectada a causa de su evidente deterioro y retraso en relación con el libre mercado global, podría pasar que el actual retraso económico de América Latina sea su bendición en tiempos en los que todos los demonios andan sueltos.



El autor es profesor de Relaciones Internacionales Latinoamericanas en la Universidad EAFIT de Medellín, Colombia. 2009

Published

2009-04-02

Issue

Section

Comercio y economía internacional