Obama: adelante hacia noviembre

Authors

  • Lic. Andrés Bancalari

Abstract

Desde Estados Unidos.

 

Luego de la dura batalla electoral entre los dos precandidatos demócratas, y una vez que Hillary Clinton declinó su nominación a favor de Obama, el conjunto de la sociedad americana se comienza a preparar para las elecciones de noviembre.

Si bien, en principio, las encuestas indican que Obama será el próximo presidente de los Estados Unidos, aún restan varios meses de disputa electoral que pueden aparejar sorpresas.

Por un lado hay varios elementos que favorecen la candidatura de Obama: la edad de Mc Cain, que no es un dato menor (72) y el hecho de que el saliente presidente Bush se encuentra en un bajísimo nivel de popularidad, seriamente afectado por la agonía de la guerra en Irak y la crisis económica que se siente, y mucho, en los consumidores.

Esta coyuntura de la sociedad americana ha motivado a muchos ciudadanos a interesarse por las elecciones y apoyar decididamente el “cambio“ en la figura de Obama. En sintonía con lo anterior, la semana pasada intercambiaba opiniones con una ferviente “obamista” que me señalaba que nunca antes había participado en una elección, basada en el principio de que “no importaba quién fuera el presidente, ya que el sistema funcionaba solo, pero luego de estos ocho años, se dio cuenta de que el presidente puede influir y mucho, pero para mal…”

De todas formas hay tres elementos en la candidatura de Obama que aún despiertan dudas.

En primer lugar está su esposa, Michelle Obama, la cual ha pasado por un largo proceso de superación saliendo de los suburbios afro americanos hasta llegar a Princeton. Ha hecho algunas declaraciones recientemente que no terminan de convencer al electorado demócrata y que indicarían que pueden existir, de su parte, ciertos resentimientos no resueltos. La más notoria de sus declaraciones fue la que hizo durante las primarias pasadas, en donde señalo que “por primera vez se sentía orgullosa de su país”. Conscientes de esta situación, la campaña de Obama ha procurado cambiar el perfil de Michelle y acercarla más al electorado, participando de varios programas televisivos con la idea de eliminar cualquier prejuicio latente de los votantes. En principio, el cambio parece funcionar.

Por otro lado aún no está definido quién acompañará a Obama en la fórmula presidencial. La danza de nombres es permanente, aunque de momento solamente hay algo claro: el compañero de fórmula no será afro americano. Dentro de los nombres que se escuchan por estos días figura el del Gobernador de Nuevo México, Bill Richardson, aunque en los hechos es poco probable que ya que se trata de una fórmula en la que ambos candidatos representan a las minorías. Este tema no es menor y sin duda puede resultar clave en una posible victoria de Obama ya que debe incluir en su fórmula a alguien que integre esa parte del electorado demócrata que apoyaba a Clinton.

Un tercer elemento, es la religión de Obama y aquí el tema parece aclarado, ya que continuamente Obama aclara y repite que él es cristiano y que una vez por día reza a Dios (algunos analistas consideran que debería decir que en realidad reza a Dios dos veces por día, de forma de atraer al sector más conservador). Pese a esto, la semana pasada el New York Times destacó en su portada que dos mujeres musulmanas fueron excluidas del cierre de un acto de Obama donde pretendían colocarse con su vestimenta religiosa por detrás del candidato. Si bien luego fue aclarado el hecho como un error en la organización, tal vez este tema no esté siendo bien manejado por su campaña.

Como cierre, y mostrando que la unidad del partido demócrata está sobre los intereses personales, Obama y Hillary Clinton realizaron un acto conjunto en la localidad de Unity, New Hampshire. Más allá del nombre hollywoodense de esta pequeña localidad, fue allí, en las primarias de enero pasado, donde cada uno de los candidatos obtuvo la misma cantidad de votos (107).

Si bien las heridas no cerraron, ambos se necesitan mutuamente. Obama necesita los votos de Clinton, mientras que Clinton debe cerrar la enorme deuda de su campaña que llega, en estos momentos, a la friolera suma de 12 millones de dólares.

Obama se ha mostrado afín a ayudarla a recolectar fondos de sus donantes individuales para cerrar su deuda y, como forma de mostrar su total apoyo a la causa, le entregó un cheque por el máximo permitido a un donante individual, $ 2.300 dólares. Al menos es un comienzo…


Profesor de Comercio Internacional. FACS - ORT

Published

2008-07-10

Issue

Section

Política internacional