El Salvador de la izquierda
Abstract
El Salvador es una geografía casi desconocida para la mayoría de los uruguayos. Quizá los más futboleros aún recuerden cuando el seleccionado salvadoreño recibió la mayor goleada en la historia de los mundiales (10 a 1 ante Hungría en España 1982). Otros, asocian a este país centroamericano, así como a otros de la región, con la guerra civil.
Y todo esto es cierto. Sin embargo, hoy los salvadoreños son noticia porque su democracia pluripartidista espera con ansiedad las próximas elecciones nacionales de marzo de 2009. Si se mantienen las actuales tendencias, el acto electoral otorgará el poder, por primera vez en la historia del país volcánico y productor de café, al izquierdista Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (Fmln).
El Fmln surgió en 1972 junto a otras organizaciones guerrilleras a las que aglutinó en 1980 en coincidencia con el comienzo de la guerra civil (1980-1991). El Fmln, afín al presidente venezolano Hugo Chávez y al ex dictador cubano Fidel Castro, se integró a la actividad político-partidaria para las elecciones de marzo de 1994 luego de los acuerdos de paz de Chapultepec (México, enero de 1992) con el gobierno nacional que acabaron con 11 años de enfrentamientos armados y casi dos de negociaciones formales.
Para esas elecciones, el Fmln ya había abandonado la vía armada como método para obtener el poder y el gobierno estaba en pleno proceso de cambios estructurales y mea culpa por los crímenes que había cometido a través de su ejército y por su pasividad frente a las matanzas de los grupos paramilitares de derecha durante la guerra.
La última encuesta del 14 de abril, publicada en El Diario de Hoy (uno de los principales medios salvadoreños), señala que el candidato del Fmln, Mauricio Funes, aventaja a su rival del derechista conservador Alianza Republicana Nacionalista (Arena, en el poder desde 1989), Rodrigo Ávila, por siete puntos, mientras que el 51, 5% de los encuestados aún no decidió su voto.
El 0,7% de los encuestados mencionó como su candidato preferido a Wilfredo Salgado, alcalde de la ciudad San Miguel, quien aún no decidió su postulación a la presidencia. Según un artículo publicado en enero de 2007 en “The Washington Post”, Salgado habría recolectado —en calidad de trofeos— los cráneos de bebés asesinados durante el conflicto civil salvadoreño.
Asimismo, la encuesta reveló que la mayoría entiende que, en el caso de ser electo presidente, Funes combatirá la corrupción, impulsará el cambio, modernizará el país, generará empleo y controlará el alza de los precios mejor que su rival, mientras que Ávila, en el caso hipotético de ejercer el poder, tan sólo enfrentará la delincuencia mejor que su opositor. Funes recibe un mayor apoyo de los hombres de entre 30 y 50 años, y los universitarios, mientras que Ávila el de las mujeres y las personas mayores.
Una minoría de los encuestados considera que el venezolano Chávez, el cubano Castro y el presidente nicaragüense Daniel Ortega interferirán en el proceso electoral, mientras que la mayoría de los salvadoreños consultados opina que Estados Unidos sí lo hará.
Sucede que, en 1981, con motivo de la guerra civil, el gobierno del presidente Ronald Reagan inició la ayuda militar “…en gran escala al Ejército salvadoreño con material y asesores norteamericanos para contener el peligro comunista en Centroamérica ya que se tenía en mente el efecto dominó y Vietnam”, señala Pablo Girón en el artículo “La guerra civil y el proceso de paz en El Salvador”publicado por la Universidad de Oviedo. “Ni el creciente movimiento guerrillero en El Salvador…” pudo “…amenazar seriamente la dominación estadounidense como no lo había hecho la revolución cubana…”, afirma el historiador inglés Eric Hobsbawm en su obra “Historia del siglo XX”.
La actualidad salvadoreña y su proceso electoral sólo pueden entenderse a través de su turbulenta y compleja historia marcada por dictaduras, gobiernos cívico-militares, grupos paramilitares, guerrillas armadas y una sangrienta guerra civil que dejó al menos 75000 muertos y 8000 desaparecidos.
La guerra enfrentó a los “militares” y la “oligarquía” frente a la “insurgencia” del Fmln, según lo expresa el rector de la Universidad de El Salvador entre 1991 y 1995, Fabio Castillo Figueroa, en el prólogo al documento “De la Locura a la Esperanza: la guerra de los Doce Años en El Salvador:Reporte de la Comisión de la Verdad para El Salvador”, elaborado por investigadores independientes designados por el entonces Secretario General de Naciones Unidas, el egipcio Boutros-Ghali. El documento afirma que durante la guerra se produjeron “…violaciones reiteradas de los derechos humanos por integrantes de la Fuerza Armada; y transgresiones de esos mismos derechos por los guerrilleros…”.
El Salvador ya conocía los conflictos armados. En 1931 se produjo la revuelta campesina de Izalco dirigida por Farabundo Martí, fundador del Partido Comunista Salvadoreño (PCS) en 1930, que finalizó con el asesinato de aproximadamente 30.000 campesinos y la detención y posterior fusilamiento del líder comunista. Desde el sangriento 1931 hasta el ´61, el país centroamericano fue gobernado por dictaduras militares de derecha.
De 1962 al 79 el derechista Partido de Conciliación Nacional (PCN), encabezado —salvo en una excepción— por mandos militares, ganó todas las elecciones nacionales. Los comicios de 1972 y 1977 fueron denunciados como fraudulentos por la Unión Nacional Opositora integrada por partidos de centro e izquierda, desde el Partido Demócrata Cristiano (PDC) al Partido Comunista. Ya para las elecciones de 1977 los Comunistas habían abandonado la vía electoral para apoyar al movimiento guerrillero “Fuerza Armada De Liberación”.
En 1980, el año en que comenzó la guerra, grupos paramilitares de derecha asesinaron al arzobispo de San Salvador, Óscar Romero, defensor de los repartos de tierra y riquezas y a 10.000 civiles.
La Junta Revolucionaria de Gobierno, integrada por golpistas que derrocaron al gobierno del PCN, permaneció en el poder entre 1979 y 1982. Conformaron un gobierno cívico - militar de carácter centrista integrado por un sector del Partido Demócrata Cristiano. Del ´82 al ´84 un presidente provisorio, electo de común acuerdo entre el PDC y el PCN, dirigió un gobierno de transición. En el ´84 asumió el demócrata cristiano José Napoleón Duarte quien comenzó un infructuoso diálogo con el Fmln. Del ´89 hasta la actualidad gobierna la derecha conservadora representada por Arena.
“La esperanza y el cambio prevalecerán sobre el continuismo”, se titula el editorial del número de abril del mensuario “Frente” del Fmln. Un eslogan conocido que quiere dar sus primeros frutos en la tierra de los volcanes y el café.
Licenciado en Comunicación Periodística.
ORT - Uruguay
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