PERONISMO... ¡PERO DEL BUENO!

Authors

  • Prof. Javier Bonilla Saus

Abstract

“Reflexiones sobre la suerte futura de Buenos Aires”

“Desde el momento en que los hacendados de la campaña de Buenos Aires han encabezado un movimiento popular contra el tirano: desde que han reunido un Ejército de mas de 3.000 hombres para oponerlo á los pocos prosélitos que lo sostienen en su agonía: la caída del déspota es inevitable: está escrita en el libro del destino……”

“La Estrella y el cañon de la Libertad”, No. 5
Montevideo, Sábado 16 de Noviembre de 1839, 
Precio: 6 vintenes.


El azar (y las posibilidades de la web) nos pusieron frente a este antiguo artículo montevideano de la época de Rosas que manifiesta un optimismo, a propósito de la pronta caída del caudillo, que la historia no confirmaría.

La relación entre este lejano episodio de la historia argentina y los acontecimientos que actualmente sacuden a ese país es por demás remota aunque, no por ello, totalmente inexistente. Ni Doña Cristina es ninguna tirana ni los productores agropecuarios han levantado ningun ejército; por otra parte la guerra a la que asistimos es sobretodo política, semiótica y mediática. Pero, al igual que en aquella época, el “horno no está para bollos”.

El gobierno de Cristina Kirchner intenta, desde hace 20 días desmontar un verdadero levantamiento de los productores agropecuarios argentinos que han cortado todas las rutas significativas del país y han aislado a Buenos Aires de sus fuentes de abastecimiento de alimentos y demás bienes. Hasta ahora el gobierno no parece tener demasiado éxito porque, luego de peripecias e intentos varios de negociación, todo parece volver, una y otra vez, a fojas cero.

Para entender la mecánica política de este conflicto (y de varios otros), quizás sea pertinente retroceder a un pasado mas reciente: al que fue testigo del “modus operandi” del Gral. Juan Perón. Desde el inicio, los gobiernos “K” no solamente han reivindicado su raigambre peronista: en innumerables ocasiones han operado un “revival aggiornado” de la lógica y los métodos que el General logró imprimir, hasta la fecha, en la vida política de nuestro vecino país.

Las razones explícitas del conflicto radican en la decisión gubernamental, el 11 de marzo. de establecer una nueva escala en las retenciones a las principales exportaciones de cereales. (Ver artículo del Prof. Andrés Bancalari en este mismo número)

Pero lo que interesa, desde el punto de vista político, es como operó y continúa operando el gobierno “CK” ante un conflicto que, en su estructura misma y en la conducta de sus actores, lleva la marca del corporativismo, del autoritarismo, del recurso al hecho consumado, del menosprecio de las normas que regulan cualquier estado de derecho y de los principios de la democracia liberal.

Los productores agropecuarios argentinos se instalaron de manera totalmente ilegal e inconstitucional en las rutas impidiendo el tráfico y desconociendo abiertamente el derecho a la libre circulación. Tampoco ellos son grupos particularmente atentos al respeto de normas y principios legales o constitucionales. Nadie se agitó mucho al principio toda vez que la “cultura piquetera” es algo ya establecido: herederos legítimos de las patotas de “muchachos peronistas”, los “piqueteros” tienen carta de ciudadanía –(y hasta ciertos privilegios)- en la política argentina. Es más, no sólo distintas autoridades argentinas han propiciado abiertamente desde hace mas de 24 meses el cierre por “piquetes” de los puentes con el Uruguay en aras de una novísima preocupación ambientalista “gualeguaycheana”: en otros temas de política interna el recurso al “piquete” se ha transformado en rutinario. Es, en realidad, un mecanismo autoritario que permite un cómodo y efectivo “by pass” a los mecanismos de la representación popular en democracia. Ante cualquier demanda insatisfecha –(nimia o mayúscula)- “el pueblo” (generalmente “peronista”, aunque el ejemplo ha cundido) se hace ¡¡¡ presente !!! en (mucho) cuerpo y (poca) alma: una vez ante los hechos consumados, ya se verá como se “negocia”.

La primera reacción del gobierno fue exigir el restablecimiento del orden. El mecanismo para ello fue peor que la enfermedad: Moyano y D´Elía, conspicuos jefes de grupos sindicales y “piqueteros” dieron orden enfrentar a golpes a los manifestantes rurales. Batahola mayúscula en Plaza de Mayo y, sorprendentemente, como respuesta, caceroleo intenso contra un gobierno que, hasta hace pocas semanas, tenía niveles de aprobación altísimos.

Los “piquetes” agropecuarios saben de las múltiples fortalezas que los respaldan: incluyen sectores poderosísimos de la sociedad argentina, tienen a los gobernadores de sus respectivas provincias entre la espada y la pared y pueden, perfectamente, o detener las principales exportaciones y/o desabastecer Buenos Aires y las principales ciudades del país. En este último caso, los registros del índice inflacionario deberán quedar definitivamente fuera de la competencia del INDEC y habrán de ser confiados a Harry Potter.

Mas tarde, “CK” retrocedió. Algo insólito en la gramática política peronista de los tiempos “K”. Pero esto no parece, por ahora, surtir efecto en la medida en que va acompañado de un claro intento de dividir el frente agropecuario entre “grandes” y “pequeños” productores.

Al día de ayer, mientras que un alto porcentaje de los comedores escolares de la ciudad de Buenos Aires estaban cerrados por falta de alimentos, el gobierno estaba aparentemente a la espera de la respuesta de las gremiales agropecuarias para el miércoles 2. Sin embargo, “CK” no puede esperar esa respuesta: en este momento está convocando a un “gran acto de masas” de “apoyo” al gobierno.
¡¡¡Como en los buenos tiempos !!!

 
Profesor de Sistema Internacional Contemporáneo
Lic. en Estudios Internacionales. 
Universidad ORT - Uruguay

Published

2008-04-03

Issue

Section

Política internacional