DERRIBANDO LAS BARRERAS DE INFORMACIÓN: Cómo realizar una implementación eficiente de las medidas de promoción de exportaciones
Abstract
En este trabajo se buscará analizar los principales aspectos referidos a una temática fundamental para el crecimiento de los países de Latinoamérica: la promoción de exportaciones.
En la década de 1970 los economistas Edgardo Favaro y Claudio Sapelli comentaban que mientras las economías del sudeste asiático (altamente abiertas al comercio internacional) crecían a tasas considerables, las economías latinoamericanas sumergidas en procesos de sustitución de exportaciones se estancaban.
Sin embargo, a mediados de esta década las economías latinoamericanas comienzan a abrirse comprendiendo los beneficios del comercio internacional para lograr un mayor desarrollo.
Por ello, los países de la región empiezan a tomar medidas en pos de una economía más abierta y exportaciones más diversificadas con mayor valor agregado. Dichas medidas se basan, primero, en una mayor estabilidad macroeconómica, ya que para poder exportar los productores necesitan contar con un tipo de cambio estable, una inflación controlada y costos salariales relativamente seguros para considerar sus inversiones a largo plazo y planificar proyectos. Una vez que se cuenta con ello se suma la Política comercial, que puede ser tanto de incentivos a la producción (sean estos crediticios o fiscales) como de acceso a mercados a través de acuerdos comerciales.
A la política comercial se le suman las actividades de promoción de exportaciones que se enfocan en derribar las barreras de información, que refieren a los costos en los que incurren las empresas para dar a conocer sus productos en terceros mercados.
Para realizar las tareas de promoción los gobiernos implantan en sus países Agencias de Promoción de Exportaciones, como lo es en el caso de Chile (ProChile), en Colombia (Proexport), en Brasil (Apex) y en Uruguay (Uruguay XXI). No obstante a la hora de la implementación, el trabajo de estas agencias se encuentra ante diversas dificultades que hacen a la eficiencia con la que se llevan adelante las medidas de promoción.
En este trabajo se describirán dos problemas que dificultan la implementación de las medidas de promoción de exportaciones por parte de las agencias estatales. El primero es la dispersión de órganos encargados de la internacionalización, lo cual genera una superposición de tareas y destina recursos a duplicar actividades que en países con presupuestos limitados resulta un gran problema. El segundo es la incapacidad de fijar una visión clara en materia de representación en el exterior. Muchos países necesitan estar presentes en el exterior para conseguir una mejor implementación de las actividades de promoción.
Dispersión de las agencias de promoción de exportaciones
El actual director para Europa del Ministerio de Relaciones Exteriores de Colombia, el Dr. Alfonso Soria, comentaba que “el tema de tener tantos actores para la promoción de exportaciones hace que esos actores se interesen solamente en sus productos, y no miren la globalidad”. A ello agrega que existen productos y servicios con potencial exportador que, al no formar parte de ninguna cámara o gremio, quedan por fuera de mayores posibilidades de promoción.
Si la promoción se centra en un solo organismo, las posibilidades de acceder a esta ayuda se democratizan. Pero si siguen existiendo diferentes cámaras que realicen esta tarea, la industria mejor organizada podrá acceder a mejores herramientas de promoción, y eliminar mas efectivamente las barreras de información.
Un claro ejemplo de dispersión de actores en promoción es el de Uruguay. En palabras de la Ec. Mariana Farías, ex Gerente de Promoción de Exportaciones de Uruguay XXI, “…en Uruguay existen alrededor de 100 agencias/planes/programas de promoción de exportaciones y hay menos de 2000 empresas exportadoras”.
En la mayoría de los países de la región la creación de una agencia estatal encargada de la promoción es un claro intento de terminar con esta situación y centralizar todas las actividades, dándole las mismas oportunidades a los exportadores indistintamente de la industria de la cual provengan.
Remitiéndose nuevamente al caso de Uruguay, como comenta el ex canciller Álvaro Ramos, “cuando se crea el organismo había alrededor de 15 programas públicos de promoción de exportaciones que se habían acumulado entre 1985 y 1997”. Esto explica, en parte, que se buscase incluir en el Directorio del mismo a representantes de los ministerios sectoriales y del sector privado, para que todos se vieran representados por la APE y que la misma centralizara las actividades de promoción. Se buscó “poner todas esas capacidades combinadas, ponerlas coordinadas articuladamente en un sólo organismo que acumulara todas esas capacidades y desarrollara una mejor estrategia”.
No obstante hoy en día puede verse como cada uno de los integrantes del sector privado en Uruguay XXI representa cámaras empresariales que tienen sus propios departamentos de internacionalización. Esta dispersión puede explicarse por diversos motivos. En primer orden, en muchos países la afiliación a las cámaras no es compulsiva, entonces las mismas necesitan generar propuestas que atraigan a los empresarios a afiliarse, ante lo cual los planes de internacionalización siempre son atractivos. En segundo lugar, las cámaras empresariales podrían entender que darle al sector público el control de una tarea que antes se realizaba en el ámbito privado sería una pérdida de poder y eficiencia. En este sentido el ex canciller Ing. Álvaro Ramos, hablando del caso uruguayo, agrega que la existencia de estas organizaciones que compiten en tareas con la agencia estatal puede deberse a que “las cámaras quieran tener su autonomía en la prestación de los servicios a las empresas asociadas, y no quieran en última instancia comprometerse con una organización en la cual si bien gobiernan no gobiernan solos”.
No obstante puede verse que hay una tendencia a trabajar cada vez más en coordinación entre la agencia estatal y las cámaras empresariales, lo cual lleva a robustecer las agencias estatales y darles más trabajo.
La promoción desde el exterior y el rol de las embajadas
El economista del BID Christian Volpe comenta que:
“La presencia de una oficina de la organización de promoción de exportaciones o una embajada y/o consulado puede contribuir a atenuar los problemas
de información y puede favorecer la exportación de nuevos productos en los mercados correspondientes.”
Las agencias latinoamericanas varían su representación, una minoría de países cuenta con representación de las propias agencias en el exterior, mientras que la mayoría se apoya en la red de embajadas y consulados. No obstante, los costos en los que se incurre al poner en funcionamiento una agencia en el exterior hacen que este sea un punto de discusión sobre la implementación de la promoción. Países con recursos altamente superiores como Brasil, México o Colombia cuentan con representación de las propias agencias, así como también Chile, que si bien no tiene los mismos recursos que los anteriores, mantiene desde hace ya varias décadas una política de estado fuertemente enfocada en su inserción comercial internacional.
Otros países como Uruguay y Perú se sirven de sus redes de embajadas y consulados y realizan desde allí las actividades de promoción. No obstante, en estos casos se encuentran problemas a la hora de la implementación.
Cuando la promoción se hace por medio de las embajadas aparecen ciertas dificultades. Por ejemplo, en Uruguay existe una divergencia entre la opinión que tienen en Cancillería sobre como debería realizarse la promoción desde el exterior y la opinión que hay en Uruguay XXI. Por un lado, hay quienes abogan por esa mayor conexión entre la red diplomática y la agencia y, por otro, quienes consideran que esta última tendría que tener su propia representación en el exterior.
Existe un consenso entre los funcionarios que han trabajado y trabajan en promoción: sería mucho más eficiente tener representaciones de las APE en el exterior en lugar de realizar su trabajo a través de la mencionada red. No obstante, es clara también la limitante económica ya que no en todos los países se cuenta con los recursos suficientes para sustentar representaciones en otros países ni se está dispuesto a destinarlos.
La promoción que se realiza por parte de las propias agencias tiende a ser más eficiente porque su personal está mas formado que el personal diplomático acerca de promoción de exportaciones.
Esto reafirma la teoría del Ec. Christian Volpe, quien sostiene que las embajadas no cumplen el mismo rol que las agencias de promoción en el exterior. Ello se debe a que, a la hora de la promoción las segundas cuentan con información más completa sobre la oferta total exportable, mientras que las primeras sólo cuentan con mayor información sobre la oferta exportable tradicional. Éste es uno de los principales problemas cuando la red diplomática representa a la APE.
Sin embargo, en países pequeños y muchas veces con escasos recursos como sucede en Latinoamérica es importante que todos los funcionarios públicos colaboren realizando varias tareas desde el lugar en donde esté radicada la misión, siendo una de ellas facilitar la entrada a los productos exportables.
Comentarios finales
Este análisis concluye que para lograr una mayor eficiencia en la implementación de las medidas de promoción de exportaciones, estas deberían estar centralizadas en una sola agencia, que podría especializarse por industrias para cubrir las necesidades de los diferentes sectores productivos. A su vez, en los casos de países que cuenten con los recursos lo ideal sería contar con representación de las propias agencias en el exterior. No obstante, para los países que no cuenten con los mismos es recomendable darles a los funcionarios diplomáticos formación en materia comercial y de marketing que les permita alcanzar las habilidades y conocimientos necesarios para llevar adelante las tareas de promoción comercial.
Sobre el autor
Licenciado en Estudios Internacionales
Universidad ORT-Uruguay
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