DOS PROBLEMAS PARA ALCANZAR EL DESARROLLO: Middle Income Trap y Middle Institutional Trap - Parte I
Abstract
¿Por qué algunos países prosperan y otros no? Independientemente de una política económica específica, es claro que el desarrollo se alcanza en el mediano y largo plazo. Es decir, no es posible implementar una política, por más buena que fuera, y alcanzar el desarrollo o la prosperidad en uno, dos o tres años.
Muy pocos países en la historia han alcanzado el desarrollo. Más aun, los países que denominamos desarrollados (básicamente, los situados en la “Vieja Europa”, América del Norte, Japón, Australia y Nueva Zelanda) lo han sido por un lapso relativamente breve de tiempo. Esto significa que en algún momento de su historia pasaron de un situación de ingreso bajo a uno de ingreso medio y de allí a un nivel de ingreso alto.
En el camino al desarrollo, muchos países sufren lo que se denomina “middle income trap”. ¿Cómo se define? Brevemente, el “middle income trap” es un problema que enfrentan aquellos que han crecido sostenidamente por varios años y han dejado de ser pobres. Cuando alcanzan un ingreso per cápita que va en un rango de 3.000 a 12.000 dólares (en valores constantes), se encuentran con un problema en parte estructural: han perdido la ventaja comparativa que significaba la existencia de salarios reales bajos pero todavía están lejos de consolidar aquella ventaja comparativa que poseen la mayoría de los países desarrollados, esto es, tener o haber perfeccionado tecnología de punta en un mercado o mercados relevantes.1
Sin embargo, parte del problema del middle income trap podría pensarse desde una perspectiva institucional. Es decir, la pérdida de competitividad no sólo tendría una dimensión económica (por el aumento de los salarios reales y, por otro lado, por la ausencia de innovación en sectores de punta) sino también una dimensión institucional. Este escenario podría denominarse “middle institutional trap”. Paso seguido, ¿Cómo definiríamos el “middle institutional trap”? Como un problema adicional que enfrentan, principalmente, los países de ingreso medio, es decir, los mencionados países con middle income trap. Básicamente, el pasaje de la escasez extrema o pobreza a la escasez media genera una expectativa o efecto riqueza en gran parte de la sociedad. Estas crecientes expectativas deben ser canalizadas a través de las instituciones políticas. La existencia de instituciones de calidad media (o middle institutional trap) genera un problema adicional. ¿Por qué? Porque si las instituciones fueran débiles esas crecientes demandas o expectativas serían pobremente canalizadas y eso contribuiría a consolidar una extendida creencia en la imposibilidad de alcanzar esas nuevas metas distributivas. Es decir, quedaría claro que esa economía no se encuentra en condiciones de alcanzar el desarrollo. Por otro lado, si las instituciones fueran fuertes esas crecientes demandas serían canalizadas eficientemente. Es decir, la existencia de instituciones sólidas contribuiría a moderar expectativas excesivas que no se condijeran con la verdadera productividad de esa economía. En cambio, cuando las instituciones o estado de derecho son de calidad media o regular (es decir, no son lo suficientemente fuertes ni lo suficientemente débiles como para que todos los actores involucrados tengan claro que escenario enfrentan, para bien o para mal) conviven escenarios donde, por un lado, determinados actores basan su accionar en instituciones lo suficientemente fuertes para articular demandas sofisticadas pero, por otro lado, coexisten instituciones políticas lo suficientemente débiles como para lidiar con éxito con esa aspiración que parte, generalmente, desde algún actor relevante de la sociedad civil. Por ejemplo, podemos pensar en demandas expresadas por sindicatos institucionalmente articulados frente a un estado o aparato estatal incapaz de lidiar eficientemente con esos actores.
Hemos introducido brevemente ambos conceptos. Paso seguido, intentemos primero desarrollar mejor el “middle income trap” para en un segundo trabajo profundizar en posibles implicancias del “middle institutional trap”. Por ejemplo, recurramos a un trabajo del Banco Asiático de Desarrollo que, refiriéndose a China, realizó una relevante investigación. Allí es posible resumir el concepto de “middle income trap”. Sostiene el informe que “Low-income countries possess a large pool of surplus labor that limits wage increases when urban industrial and service sectors expand. Firms employ low-level, established technologies that are easily imported and mastered locally, and compete on low cost. Upon reaching middle income, the pool of surplus labor shrinks and wages rise rapidly. Countries must upgrade industry and services through innovation to improve labor productivity—moving from a low-cost to a high-value economy. If they fail to do so, the economy becomes trapped: no longer able to compete with low-income countries but unable to compete with high-income countries…Moving from a low-cost to a high-value economy requires a critical mass of firms with strong incentives for innovation, as well as the government to create a conducive environment…”2
Como primera síntesis, el “middle institutional trap” contribuye a consolidar un escenario donde las reglas son lo suficientemente fuertes como para la permanencia de derechos pero lo suficientemente débiles para atraer inversiones de largo plazo. Paso seguido, una característica distintiva del “middle institutional trap” consiste en consolidar un estado de cosas donde determinadas economías no sólo se estancan en el corto-mediano plazo sino que, más aún, es difícil pensar cómo en el mediano-largo plazo esa complejidad institucional podrá ser removida, eficientemente, para bien. En un punto, es claro que el estancamiento deviene declinación. Aquello que apareció como un problema en el corto plazo se consolidó como desafío estructural en el mediano plazo y, en algunos casos, se transformó en amenaza en el largo plazo. Es posible pensar el estancamiento y declinación de la Argentina desde mediados del siglo XX siguiendo esta lógica. Si bien es un caso paradigmático, esta nación no es única ya que la existencia de instituciones medias o regulares pueden abarcar un rasgo lo suficientemente amplio como para incluir a países institucionalmente tan disímiles a Argentina como Chile, Uruguay y, notablemente, China.
En la segunda parte de este trabajo profundizaremos en el análisis de este concepto a partir de la mencionada perspectiva comparada que, como en los ejemplos aludidos, puede contribuir a la discusión a partir de generar conclusiones o aproximaciones sugestivas.
1- Por ejemplo, ver “Growth Slowdowns and the Middle-Income Trap”, escrito por Shekhar Aiyar, Romain Duval, Damien Puy, Yiqun Wu y Longmei Zhang. IMF Working paper 71, 2013. Washington DC.
2- Ver “Asia 2050: Realizing the Asia Century”, Asian Development Bank, Agosto de 2011. Disponible en internet en http://www.adb.org/publications/asia-2050-realizing-asian-century.
Pedro Isern - Universidad ORT-Uruguay
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