ARTURO ARDAO (1912-2003) - ALGUNAS PIEZAS DOCUMENTALES
Abstract
La vida del uruguayo Arturo Ardao fue tan rica como su obra: abogado, docente y jerarca universitario, periodista de ideas, militante político. También investigador y filósofo por derecho propio, es principalmente conocido como uno de los más grandes historiadores de las ideas en América Latina. En este año 2012 se cumple un siglo de su nacimiento.
Al ser más conocido por su labor intelectual que por su trayectoria comprometida con América Latina y sus problemas, creemos oportuno difundir algunos documentos poco conocidos de Arturo Ardao que complementan su figura y rescatan una dimensión esencial de su vida y obra. El doctor Arturo Ardao militó en su juventud en la Agrupación Demócrata Social Nacionalista, acompañó al caudillo Basilio Muñoz en el levantamiento de 1935 contra la dictadura de Gabriel Terra y recorrió buena parte del siglo XX junto a Carlos Quijano y el legendario semanario Marcha. (Courtoisie, 2003)
La declaración de principios de la Agrupación Demócrata Social (ADS) data de julio de 1928 y fue reproducida en Acción, Año II, Nº 48, 15 de julio de 1933, página 3. Tuvimos a la vista el documento publicado y la imagen digitalizada del manifiesto nos la proporcionó la licenciada Alicia Ardao, hija del autor cuyo aniversario conmemoramos.
La imagen digital de la declaración de la ADS de 1928 (Acción, 1933) puede verse en:
http://www.ort.edu.uy/facs/boletininternacionales/contenidos/160/manifiestoardao.jpg
En realidad, Ardao adhirió a la ADS en 1931. La ferviente declaración inaugural del grupo, inspirado por el joven Carlos Quijano, se divide en tres partes: Nacionalismo - Anti imperialismo, Democracia Política y Democracia Social. He aquí una muestra de algunos de sus pasajes: “Supresión del salariado y la nacionalización de los medios de producción. Esto nos va a llevar en el campo de las realizaciones inmediatas a la defensa de las reivindicaciones proletarias, el desarrollo de los métodos que, como el cooperativismo, pueden conducir a aquella abolición del salariado de que antes hablamos; a la adopción de medidas de limitación y contralor del capitalismo; a la nacionalización industrial y progresiva de los monopolios de hecho, dando intervención en su gestión, a los productores, es decir, a los obreros y a los técnicos, al Estado como representante del interés general y a los consumidores”.
Reparemos ahora en un tramo anterior al antes consignado, donde se lee: “Hay que hacer a la democracia más eficaz. Lo económico prima sobre lo político o mejor dicho lo determina”. A modo de prueba de que la adhesión de Arturo Ardao a la ADS no involucraba resignación de sus propias ideas y que lo hacía con espíritu independiente, veamos las reflexiones que le suscitan ese concepto de democracia y eficacia, y el supuesto conexo de que “lo económico prima sobre lo político”.
También en Acción, pero pocos días después, Ardao expresaba un artículo titulado “Democracia y eficacia”: “Peligroso punto de partida: hacer de la democracia un medio y no un fin. La democracia es algo más que una forma de gobierno”. Hay que ver en ella un concepto “donde no es posible separar lo político, lo social y lo espiritual”, es decir, a darle el sentido de “un fin en sí” y no de un simple medio. La “eficacia” se le pide a un medio, no a una finalidad. (Ardao, 1933)
Continúa el entonces muy joven Ardao, ese 29 de julio de 1933, formulando de modo sutil cierto reparo sustancial a la declaración de la ADS de 1928: “Si queremos salvar a la democracia tenemos hoy que buscar su verdadera paternidad en los filósofos del movimiento humanista, que la asentaron en su verdadera raíz, en lo espiritual, afirmando el más grande ‘ideal concreto’ de la historia: la libertad de conciencia, desde Spinoza a Kant”. Culminaba diciendo: “sí, eso es la democracia: libertad de conciencia e igualdad de derechos. La antinomia autoridad – libertad, es dilemática”. (Ardao, 1933)
En cuanto a las profundas coincidencias, sin embargo, con las grandes líneas de la declaración de la ADS, son también muy claras. No en vano Ardao dirá incluso 20 años después, en una “encuesta” para el diario La Mañana: “La democracia social no se suma simplemente a la democracia política: se consustancia y se identifica con ella” (Ardao, 1953, pág. 3)
En realidad, el interés de Ardao con los postulados de la ADS, creada en 1928 y disuelta en 1958, se prolongará hasta una fecha tan tardía como 1987, cuando a propósito de las “Opciones políticas de Quijano”, nuestro autor expresa: “Además de ‘nacionalista’, la Agrupación era ‘Demócrata Social”. Sin ninguna reminiscencia de la Social Democracia clásica, se trataba de afirmar la Democracia social como expresión, sencillamente, de un Socialismo Democrático, enraizado en la realidad histórica y sociológica del país. En esa dirección tenía que evolucionar el viejo partido, como también, por lo demás, su adversario tradicional, en el que se estaba dando la experiencia, en tantos sentidos paralela de la Agrupación Avanzar”. (Ardao, 1987, pág. 16)
Mencionemos ahora otras cuestiones, más generales. Para las generaciones que se formaron leyendo y escuchando al sabio ecuánime que tuvimos el privilegio de conocer, puede resultar sorprendente conocer sus pasiones políticas juveniles, reveladas en La tricolor revolución de enero (1996), o su primer libro, Vida de Basilio Muñoz (1938), escrito con su amigo el maestro Julio Castro. Además de una vasta obra integrada por títulos como Espiritualismo y positivismo en el Uruguay (1950), Racionalismo y liberalismo en el Uruguay (1962), o Rodó, su americanismo (1970), Ardao abordó también el estudio de figuras como José Artigas, Dámaso Antonio Larrañaga, José Pedro Varela, Carlos Vaz Ferreira, Batlle y Ordóñez, entre muchas otras.
A causa de la dictadura en el Uruguay, Ardao emigró a Venezuela, donde a partir de 1976 enseñó e investigó en el Centro de Estudios Latinoamericanos Rómulo Gallegos de Caracas y en la Universidad Simón Bolívar. A su regreso a nuestro país, ya en democracia, fue homenajeado y reconocido como el hombre que había sabido explicar y difundir con fineza y profundidad las grandes líneas del pensamiento nacional y latinoamericano. Alguien que había sabido plantarse creativamente frente a los grandes nombres y problemas de la filosofía universal. (Courtoisie, 2000) (Courtoisie, 2004)
Sobre el propio Arturo Ardao se ha acumulado una vasta literatura crítica y sin aspirar aquí siquiera a una enumeración representativa, mencionemos apenas a sus compatriotas Javier Sasso, Manuel Arturo Claps, María Angélica Petit, Luis Alemañy, Jorge Liberati, Yamandú Acosta, entre muchos otros que se han ocupado de aspectos parciales o visiones panorámicas de su vida y su obra. (Petit, 2000) (Alemañy, 2004) (Liberati, 2004)
Sin duda, el corpus principal del legado de Ardao refiere a la filosofía de lengua española, pero también a las realidades latinoamericanas, a una lectura rigurosa pero comprometida de las doctrinas sociales, económicas y políticas. No es un dato menor agregar que, sin negar los aportes o insumos de las naciones poderosas del mundo, su prédica indujo siempre a pensar con cabeza propia. Según Ardao, ni la filosofía, ni la política, debían ser ejercidas de modo ajeno a las circunstancias concretas de la experiencia, y a las realidades históricas. Denunció siempre esa “radical incomprensión de lo propio, por virtud del colonialismo intelectual, tan característico, entre nosotros, de ciertos espíritus”.
Por eso ahora ya no importa discutir si fue más historiador que docente, o más filósofo que historiador, porque fue todas esas cosas. Lo que en adelante habría que tener siempre presente, sin descuidarlo, fue al militante y al pensador político, que nutrieron, en reciprocidad, el ejercicio de sus restantes actividades. En cierto sentido amplio, pues, podría decirse que Arturo Ardao encontró en la historia de las ideas su más natural forma de expresión, como ocurrió con Carlos Quijano en el periodismo, “Rodó en el ensayo, Vaz Ferreira en la conferencia, Frugoni en la oratoria”. Y después de todo, la expresión que Ardao usó para calificar a Carlos Quijano en cierta oportunidad, podría aplicársele a él con toda justicia: “Maestro sin más”.
En futuras entregas tendremos ocasión de comentar otros relevantes textos fuentes, piezas documentales muy difíciles de obtener y poco difundidas, y dar a conocer algunos esclarecedores aportes críticos.
Sobre el autor
Profesor de Cultura y Sociedad Contemporánea.
LI- FACS – Universidad ORT Uruguay.
DOCUMENTOS
Declaración de la Agrupación Demócrata Social, julio de 1928, reproducida en Acción, Año II, Nº 48, 15 de julio de 1933, página 3. La imagen digital fue proporcionada por la Lic. Alicia Ardao. Ver el documento en:
http://www.ort.edu.uy/facs/boletininternacionales/contenidos/160/manifiestoardao.jpg
TEXTOS DE ARDAO
ARDAO, Arturo (1933). “Democracia y eficacia”, en Acción, 29 de julio de 1933, Montevideo. Tuvimos a la vista el impreso, razonablemente legible, que formaba parte de un tomo encuadernado al que accedimos gracias a la Lic. Alicia Ardao.
ARDAO, Arturo (1953). “La democracia y la libertad. Contesta el Doctor Arturo Ardao”, en La Mañana, marzo de 1953, Montevideo. Accedimos a una fotocopia cortesía de la Lic. A.A.
ARDAO, Arturo (1987). “Opciones políticas de Quijano”, en Cuadernos de Marcha, junio de 1987, Montevideo.
BIBLIOGRAFÍA
Se indican solamente algunos textos específicos, utilizados en la confección del presente artículo, pero no se han incluido obras de interés general sobre los temas abordados.
ALEMAÑY, Luis (2004). La rebelión de la inteligencia. Ediciones de la Plaza. Montevideo. Ver también, del mismo autor,“Ardao: La filosofía del siglo XXI”, edición digital en pdf de Dosmil30:
www.dosmil30.org/dosmil30/files/articulos/20080620b.pdf
COURTOISIE, Agustín (2000). “Arturo Ardao, historiador y filósofo. Diálogo con Arturo Ardao”, en revista Relaciones, Montevideo, enero-febrero 2000, págs. 5-6. La entrevista fue reproducida también en Revista Ariel, Montevideo, agosto de 2009. Versión digital: http://fp.chasque.net/~relacion/0001/Ardao.htm
COURTOISIE, Agustín (2003). “Arturo Ardao (1912-2003). La erudita inteligencia”. El País Cultural, viernes 10 de octubre de 2003, Montevideo. Versión digital:
http://www.elpais.com.uy/Suple/Cultural/03/10/10/cultural_61791.asp
COURTOISIE, Agustín (2004). “La razón enriquecida por la intuición”, en Ardao por diez. Edición de homenaje del MEC a Arturo Ardao, que reproduce las ponencias realizadas en la Dirección de Cultura del MEC, el 22 de octubre de 2003, a cargo de Acosta, Yamandú; Alemañy, Luis; Biaggini, Hugo; Courtoisie, Agustín; Garcé, Adolfo; Guzmán, Leonardo; Liberati, Jorge; Paris de Oddone, Blanca; Zubillaga, Carlos. Publicado por del Ministerio de Educación y Cultura (MEC), Montevideo, 2004.
Ficha del Sistema de Bibliotecas de Universidad ORT Uruguay: http://biblio.ort.edu.uy/bibid/50307
Ver también reseña breve en:
http://www.elpais.com.uy/Suple/Cultural/05/02/18/cultural_138913.asp
COURTOISIE, Agustín (2011). “Arturo Ardao y la Independencia. Nación de repúblicas”, en El País cultural, viernes 18 de noviembre de 2011, Montevideo. Versión digital:
http://www.elpais.com.uy/suplemento/cultural/Nacion-de-republicas/cultural_606378_111118.html
LIBERATI, Jorge (2004). Arturo Ardao. La pasión y el método. Editorial Cal y Canto, Montevideo. Ver también nota “La pasión y el método”, en revista Relaciones, sin fecha. Versión digital: http://fp.chasque.net/~relacion/0101/ardao_pasion.htm
PETIT, María Angélica (2000). “Bibliografía sobre Arturo Ardao”, en Proyecto Ensayo Hispánico de José Luis Gómez-Martínez. Versión digital:
http://www.ensayistas.org/filosofos/uruguay/ardao/biblio-sobre.htm
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