Una segunda oportunidad para el PRI
Abstract
Después de doce años de ser reemplazado, el Partido de la Revolución Institucional (PRI) vuelve a donde se siente que es su espacio natural: el gobierno nacional.
No hubo grandes sorpresas. El resultado estuvo dentro de lo esperado. El PRI, con Enrique Peña Nieto a la cabeza ganó con comodidad (logro alrededor del 42% de los votos) mientras que el izquierdista PRD de Andres Manuel López Obrador cosechó alrededor de 31% de los votos. El oficialista Partido de Acción Nacional (PAN) logró alrededor del 24% de los votos.
El futuro presidente, abogado, de 45 años es descendiente de políticos por ambas ramas. El mismo ha desarrollado su propia carrera política, desde que se afilio al PRI a los 18 años y luego siendo electo diputado y luego gobernador del Estado de México con 49% de los votos. Casado en segundas nupcias con Angélica Rivera.
“México le dio una segunda oportunidad al PRI. Vamos a honrarla con resultados. De acuerdo a las exigencias del México del Siglo XXI; democracia plena, libertades y participación social.” Con estas declaraciones, Peña Nieto intenta sin duda separarse sin de las viejas prácticas como el “dedazo” que indicaba la sucesión presidencial, la corrupción generalizada y la falta de normas democráticas transparentes que llevaron a denominar las décadas de gobierno priistas como “una demodura”.
El movimiento estudiantil-social #yosoy132, gestado en las universidades y que tuvo uno de sus pilares en las redes sociales, amenazó con convertirse en una verdadera amenaza a la ventaja que llevaba Peña Nieto en las encuestas.
La primera manifestación de este movimiento fue durante una exposición que dio Peña Nieto en la universidad “La Ibero”. Allí fue abucheado por cientos de estudiantes que rechazaban las formas de hacer política del PRI. Rápidamente, con la ayuda de la velocidad y la extensión de las redes sociales, comenzaron a organizar marchas de protesta por las grandes ciudades mexicanas. Miles de ciudadanos se convocaron y marcharon al grito de “No Mas PRI” y “Estudiantes informados jamás manipulados”.
Lo que en un momento nació como un movimiento a favor de la transparencia, la presentación de programas de gobiernos serios y la pluralidad de los medios de comunicación fue derivando en una organización anti PRI y principalmente anti Peña Nieto, bajo la consigna “aquí se ve que Peña Nieto Presidente no va a ser”.
La finalidad de estos ciudadanos, como la de los indignados de Europa, no es aun clara pero reclama el fin de la corrupción y la transparencia de la política. Puede adelantarse que este movimiento no va a tolerar fácilmente el retorno a la vieja forma de hacer las cosas del histórico “tricolor” (firma en la que es llamado popularmente el PRI). Estas prácticas no van a ser toleradas en un México cada vez más moderno e integrado al mundo globalizado.
“El país nos demanda unidad nacional y resultados. Debemos alentar la reconciliación nacional”. Esta frase de Peña Nieto en sus declaraciones post resultados apunta a la necesidad que tiene el futuro presidente de tender puentes con otras colectividades para en el congreso las mayorías que su partido no consiguió.
Las declaraciones del Ex Presidente Vicente Fox (del oficialista PAN) llamando a votar al PRI para evitar una victoria del izquierdista PRD van a ser tenidas en cuenta por el futuro presidente al momento de tejer alianzas.
Tiene grandes desafíos por delante: el principal de ellos es el combate al narcotráfico, que ya se ha cobrado más de 50 000 vidas en esta última década. Con respecto a esto ha manifestado su posición de no negociar con narcotraficantes (algunos analistas consideran que el PRI es proclive a hacerlo) y ha establecido contacto con políticos estadounidenses pidiendo ayuda en este campo como forma de enfatizar su deseo de atacar este problema.
Peña Nieto deberá lidiar con un país muy desigual socioeconómicamente y que no ha podido derramar lo suficiente crecimiento de los últimos años, considerando que las cifras de pobreza no bajan del 50% según distintos análisis.
“No ganó un candidato ni un partido. Ganó México”
Peña Nieto tiene un camino largo y lleno de obstáculos por delante. Las críticas sobre él son varias: desde que es un candidato básico intelectualmente que se sostiene gracias a su equipo y su apariencia hasta que es el representante de la oligarquía económica y política. Deberá reivindicar a su partido, su figura y resolver los problemas mexicanos. Si lo logra, la segunda oportunidad que le dieron los mexicanos al PRI no habrá sido en vano.
*Estudiante de la Licenciatura en Estudios Internacionales.
FACS, Universidad ORT Uruguay
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