ELECCIONES EN ESPAÑA (Segunda Parte)
Abstract
La situación del Partido Socialista Obrero Español es similar a la que acontece en otros partidos socialistas de los países europeos. Hace diez años estos partidos socialdemócratas ejercían el poder en más de quince Estados europeos, mientras en la actualidad solo lo hacen en cinco países: Austria, Chipre, Eslovenia España y Grecia. ¿Cuál es la razón de esta nueva realidad?
La construcción de la Unión Europea tuvo como una de sus principales bases la creación de un estado de Bienestar Social que diera a la sociedad un avance significativo en el sistema de la educación, salud pública y el régimen de pensiones. Hoy la ciudadanía considera que estas conquistas son derechos adquiridos, olvidándose de que las exigencias actuales requieren nuevas medidas dada la existencia de una economía globalizada que exige una mayor competitividad.
A esta circunstancia debe agregarse que la actual crisis financiera causada por gastar más de lo que se produce, con una especulación generalizada y un incremento de la corrupción, dejó a los socialistas sin discurso político al encontrarse obligados a aplicar medidas restrictivas en materia económica y social como son: aumento de la edad jubilatoria, ajustes en materia de sanidad y limitaciones en las partidas para educación, todo lo cual ha golpeado duramente en su masa electoral.
En el caso del Partido Popular (PP) español, en la época del ex presidente Aznar éste se inclinó mas hacia el modelo económico de Bush y Thatcher que al de partidos conservadores europeos como los alemanes y franceses, sosteniendo que el mercado debería ocupar un lugar casi único en la construcción económica y social alejándose del capitalismo renano europeo según lo distinguiera Michel Albert.
Parecería que el actual candidato Mariano Rajoy buscaría algunos ajustes menores a la propuesta tradicional del PP, según surge de sus declaraciones sobre su supuesto programa electoral.
La Historia muestra que es normal que las formaciones que han asumido mayoritariamente las responsabilidades de Gobierno en las últimas décadas acusen el desgaste de la crisis. Algunos analistas apuntan a que el fenómeno también está vinculado a la pérdida de peso relativo de las grandes organizaciones políticas.
Sea como fuere, los datos son elocuentes. Los dos principales partidos alemanes – democristiano y socialdemócrata – se llevaron el 76% de los votos en 1998; en las elecciones de 2009, la cuota fue 20 puntos inferior: un 56%. En Reino Unido, laboristas y conservadores han pasado del 76% en 1992, al 65% del año pasado. En Holanda, los dos principales han caído del 66% al 40% entre 1989 y 2010. En Finlandia, del 49% del 2002 al 39% de este año. En Grecia, del 86% al 77% entre 1993 y 2009. En Portugal, del 78% en 2002 al 66% actual.
Todo esto nos lleva a pensar que la política europea tendrá que lidiar en el futuro con parlamentos más fragmentados y que se reabrirán agrios debates. Varios analistas sugieren que el ascenso conservador actual es el nuevo episodio de un fenómeno recurrente: cuando hay crisis, el electorado vira a la derecha.
Una de las explicaciones del resurgimiento conservador es que está impulsado por el miedo, reflexiona James Kloppenberg, historiador de la Universidad de Harvard especializado en el estudio de la socialdemocracia.
Las primeras manifestaciones de Alberto P. Rubalcaba (PSOE) y Mariano Rajoy (PP) vinculadas a sus ideas- base en el borrador de propuestas electorales pueden resumirse en los siguientes puntos.
El PSOE propone: a) pedir a los bancos que cedan una parte de sus beneficios para crear empleo; b) fomento del contrato a tiempo parcial; c) un contrato de aprendizaje para jóvenes; d) recuperación parcial del impuesto al patrimonio; e) mantenimiento de la sanidad pública como sagrada e intocable; f) establecer un sistema similar al acceso de los médicos para los nuevos profesores de la enseñanza.
El PP básicamente propone: a) profundizar en la reforma del mercado laboral estableciendo un contrato único y flexible que facilite la creación de empleo; b) bajar los impuestos a las pymes; c) recuperar la deducción fiscal por compra de vivienda; d) baja del IVA en algunos casos; e) plan de austeridad y abatimiento de costes en los servicios; f) no acepta el copago en la sanidad y g) eliminación en la ley de aborto del derecho de los menores de 16 - 17 años a abortar sin permiso de los padres.
John Gray, un conocido profesor de Oxford muy cercano a los laboristas afirma: “a menos que las socialdemocracias europeas se transformen profunda y rápidamente, serán barridas por el huracán de la competencia mundial”.
José Manuel García, eurodiputado, en un análisis afirma que la socialdemocracia en los próximos años tendrá que hacer un esfuerzo suplementario en materia de educación, cuya debilidad explica la escasa productividad de la economía española. En materia de pensiones, el esfuerzo tendrá que ser aún mayor dado el envejecimiento de la población. En unos años más, cada pasivo deberá ser sostenido por dos trabajadores. En 1900 un jubilado vivía solo unos años después de su jubilación, hoy vive casi 20 años más. En relación a los gastos sanitarios, baste decir que en Reino Unido se han multiplicado por diez en términos reales (descontando la inflación) en los últimos 60 años, mientras que la renta per cápita se ha multiplicado solo por cuatro. García afirma que gastar más cuando nos hemos empobrecido es un dislate que amenaza con abandonar a su suerte a los más desfavorecidos, que son precisamente aquellos a quienes más queremos y debemos ayudar.
Si queremos asegurar una educación, una sanidad y unas pensiones de calidad para todos los ciudadanos solo hay un camino: aumentar la tasa de crecimiento potencial, recortar gasto público superfluo, concentrar las prestaciones económicas en las personas con menos ingresos y sobre todo, diseñar un sistema de financiación nuevo que sepa armonizar inteligentemente competitividad económica y bienestar social.
Jesús Caldera, presidente de la fundación IDEAS y ex ministro de Trabajo y Asuntos Sociales del PSOE afirma: “el calendario no nos ha favorecido. Las elecciones generales están tocando en países gobernados por la izquierda. No es un consuelo, pero si nos fijamos en votos regionales o referendos, está claro que hay una ola de voto de protesta contra los gobiernos en todas partes.”
El resultado de la pérdida de identidad de la izquierda está aquí: los acontecimientos económicos la forzaron a adoptar medidas liberales, a lo que se agrega una ‘derechización’ de la sociedad ante la actual crisis económica.
*Escritor, Periodista, Analista Internacional, Ex Embajador.
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