ARTE, CIENCIA Y DIVULGACIÓN

Autores/as

  • Agustín Courtoisie

Resumen

Junto a Claudio Martínez Debat

Uno de los integrantes del grupo de música popular “Supernova”, es un joven científico uruguayo. Se llama Claudio Martínez Debat y hace tiempo que le propuse “hacer algo para Letras”.  La idea consistía en averiguar un poco más de los talentos múltiples y qué tan bien  se podían llevar los tubos de ensayo con el arte de combinar sonidos.

Hace un par de semanas me contó que era inminente la salida del segundo disco compacto del grupo, bajo el título de “Mutante”.  Eso no impidió que este año se le convocara para formar parte del jurado de los Premios Anuales del MEC, en la categoría “Investigación y difusión científica”. Y no es de extrañar, en absoluto, esa invitación: recordemos que Martínez Debat es profesor de Bioquímica y Biología Molecular en la Facultad de Ciencias (Universidad de la República).

Sin duda, es la persona ideal para ese tipo de responsabilidades, como la de integrar un jurado de un importante premio oficial. Porque Claudio, por si fuera poco, además de ser un hombre de ciencia con los intereses propios del investigador, también cultiva desde hace muchos años la divulgación científica a través de los más diversos formatos. Entre muchas otras publicaciones, recuerdo con claridad sus contribuciones para El País Cultural. 

Lo que sigue es una parte pequeña del diálogo que habrá de seguir bajo otras formas en el futuro, para mantener a Claudio en contacto con los lectores de Letras Internacionales.

LI  A Chomsky una vez le preguntaron si existía alguna relación entre su labor creativa como lingüista y sus posturas políticas contestatarias. Pero hablemos de ti. ¿Hay algún puente entre tus variados intereses?

CMD -Todos los puentes llevan al mismo lugar, como los caminos de Roma. Ese lugar lo estoy buscando en el día a día, pero el rumbo está, aunque no de manera siempre explícita. Me explico. Soy capaz de concentrarme mucho en un asunto pero también me disperso con facilidad, salto de un tema a otro, suelo tener siempre cerca de veinte pestañas abiertas en mi navegador. Es así desde mi niñez. Me han interesado muchos aspectos de esta compleja realidad que nos tocó vivir, y defendí eso a la hora de realizar mis estudios. No tengo una vocación, sino varias.

Lo social me llegó desde temprano, militaba políticamente en la escuela…, ahora que soy “ilustrado” tengo herramientas para entender un poquito mejor la realidad y transmitirla a todos. En el arte reivindico lo amateur, una vez alcanzado el nivel “pro”. En la investigación científica es un poco distinto, todo está más protocolizado, pero aún así sigue siendo un arte donde la intuición juega un rol clave.

LI -  Por un lado, sé que viajas con frecuencia y por otro, que tus intereses por la ingeniería genética y  el medio ambiente son parejos. ¿Qué reflexiones extraes de tus recorridas por tan diferentes “territorios”?

CMD -Poder viajar me ha permitido ver la realidad desde otras perspectivas. Algo que siento fuertemente es mi amor por la Tierra y en particular por América, nuestra Pachamama. Los americanos compartimos cosas de fondo, que vienen de muy lejos en el tiempo. 

A su vez estamos en una etapa histórica fascinante y con muchas posibilidades como especie. Primero aprendimos todo sobre la doble hélice, luego a escanearla, cortarla y pegarla. La transgénesis rompió las barreras entre las especies vivientes y la ingeniería genética empezó a implantar circuitos moleculares en nuestros alimentos. 

Veo a la biotecnología como una gran oportunidad para nuestra región, pero sólo si inventamos un modelo de desarrollo que sea sustentable, no este que se está imponiendo por la vía de los hechos consumados. 

Trabajar en la academia me permite ver las dos caras de Jano, la búsqueda del conocimiento por el bien de todos, y el desarrollo de tecnologías cuyo último fin es el lucro, aún a costa de altos precios sociales.

LI  Desde hace muchos años has practicado la divulgación científica en distintos e importantes medios de comunicación. ¿Qué rol juega en tu producción esta faceta y cómo ves el panorama de este género en el Uruguay y en el mundo?

CMD -Mi preocupación por los temas sociales y mi propia profesión de científico me llevaron casi naturalmente a la divulgación científica. Nuestra Facultad de Ciencias tiene una política activa de extensión, de interacción con el medio, y siempre se precisan voluntarios para recibir escuelas, liceos, etcétera. Pasaba eso de “el voluntario que dé un paso adelante”, y mis colegas lo daban para atrás… Lo cual es perfectamente comprensible pues la divulgación no cuenta académicamente. Una vez que empecé ya no he podido parar, y ahora trato de darle un contexto lo más académico posible, de tozudo que soy.

El panorama en Uruguay es pobre, aunque mejorando lentamente. Hay algo de periodismo científico, pero casi nada de análisis crítico de las noticias científicas o,  lo que aun es más importante,  de las políticas científicas. En la región ya es otra cosa, la divulgación está curricularizada en Argentina, Brasil y México, por poner los tres referentes latinoamericanos. España es otro referente importante, así como Inglaterra y los Estados Unidos. Los países anglosajones sí tienen esa tradición crítica que tanta falta nos hace. Trato de estar al día a través de los diferentes portales de Internet.

* Profesor de Cultura y sociedad contemporánea
LI- FACS – Universidad ORT Uruguay


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Publicado

2010-12-09

Número

Sección

Culturales