WHAT MONEY CAN'T BUY: THE MORAL LIMITS OF MARKETS - By Michael J. Sandel

Autores/as

  • Andrés Riva Casas

Resumen

¿Existe algo que el dinero no pueda comprar? Es posible que sí, pero de acuerdo a la evidencia mostrada por Michael Sandel en su libro “What money can’t buy: the moral limits of markets” (Farrar, Straus and Giroux, New York, 2012), es muy probable que ya exista alguien buscando la forma de venderlo.

Si no, veamos algunos ejemplos. En las cárceles de Santa Ana, California, un preso puede pagar us$ 82 diarios para dormir en una celda de mayor calidad (limpia y tranquila) que el resto de los convictos. Por us$ 6.250, una pareja occidental puede contratar el vientre de una madre india para la gestación de su hijo, tercerizando así el embarazo, la gestación y el parto. Con una inversión de us$ 500.000 que genere a su vez al menos diez puestos de trabajo, un extranjero puede conseguir su “green card” en Estado Unidos.

Y esto no es todo. En Sudáfrica, los rinocerontes negros han sido salvados gracias a las leyes del mercado. Dado que los lugareños no realizaban suficiente esfuerzo para cuidar de ellos, las autoridades decidieron permitirles poner un precio a cada rinoceronte muerto. De esta forma, cada cazador puede matar legalmente a un rinoceronte con tan solo pagar la módica suma de us$ 150.000 y los lugareños tienen una muy buena razón para protegerlos.

Las empresas compran su derecho a contaminar, las personas alquilan partes de su cuerpo para hacer publicidad, los estados pagan hasta us$ 1.000 por día a los mercenarios que luchan en su favor, las aseguradoras les pagan a sus clientes obesos para que bajen de peso, por us$ 7.500 uno puede ofrecerse como “rata de laboratorio” a una compañía farmacéutica, organizaciones sociales pagan us$ 300 a mujeres drogadictas dispuestas a esterilizarse y los ancianos venden sus pólizas de seguros a inversores que les pagan una cifra infinitamente menor mientras todavía están con vida.

La postura de Sandel es clara al respecto: “We live at a time when almost everything can be bought and sold”. “Over the past three decades, markets – and market values – have come to govern our lives as never before.”

En este libro, en el que se discuten las grandes contradicciones a las que nuestra sociedad ha llegado con el desarrollo de la economía de mercado, Michael Sandel busca desmitificar la idea de que los mercados representan el mecanismo más adecuado para asignar los valores morales dentro cualquier sociedad. La lógica del mercado ha “copado” áreas de la vida que históricamente se manejaron con otras normas y que ahora, con su irrupción, comienzan a verse “corrompidas”.

Sandel combate de manera frontal la asunción de los economistas con respecto a la naturaleza de los mercados. “Economist often assumes that markets are inert, that they do not affect the goods they exchange. But this is untrue. Markets leave their mark. Sometimes, markets values crowd out nonmarket values worth caring about.”

Una sociedad de mercado

“What markets can’t buy…” posee dos características fundamentales. Por un lado ofrece una visión absolutamente crítica y reveladora de la sociedad actual – especialmente de la norteamericana – y por otro se erige como una especie de profecía apocalíptica con respecto al camino irreversible que ésta parece haber tomado.

De hecho, Sandel considera que hemos pasado de tener una economía de mercado a vivir en una “sociedad de mercado”, y carga con la culpa de ello a la confianza ciega que el mundo le otorgó al capitalismo luego de la Guerra Fría, haciendo gala de un triunfalismo que ha desembocado en una reconfiguración de los valores que afecta con relativa fuerza a los cimientos morales de la sociedad moderna.

“This is a debate we didn’t have during the era of market triumphalism. As a result, without quiet realizing it, without ever deciding to do so, we drifted from having a market economy to being a market society”, remarca Sandel. Y va más allá aún: “Markets values were coming to play a greater and greater role in social life. Economics was becoming an imperial domain”.

El autor es particularmente enfático en su rechazo total a la diseminación de las normas de mercado hacia áreas de la vida que nunca estuvieron dominadas por dichas leyes. ¿Qué hay de malo en que alguien tenga la posibilidad pagar extra para evitar “hacer cola” en un aeropuerto? ¿Y si alguien paga extra para tener un trato preferencial por parte de su médico?

La respuesta de Sandel es relativamente simple. En una sociedad democrática, la búsqueda de la más eficiente forma de asignar los recursos escasos puede tener consecuencias catastróficas si esta idiosincrasia se traslada hacia áreas donde la moralidad debería primar por sobre todas las cosas. “Hacer cola” mantiene implícita una ética igualitaria difícil de comprender para los economistas: “el que llega primero es atendido primero”.

Además, nos dice el autor, no es posible afirmar, como hacen los economistas, que en todos los casos quienes más estén dispuestos a pagar por un bien sean los que más lo valoran. Por ejemplo, Sandel se muestra preocupado por el accionar de una organización social británica que ofrece us$ 300 a mujeres drogadictas que acepten ser esterilizadas. ¿Por qué lo hacen? Para evitar el nacimiento de niños con adicciones a causa de la irresponsabilidad de sus madres.

Sin embargo, la pregunta que nuestro autor se hace es la siguiente: Under what conditions do markets reflect freedom of choice, and under what conditions do they exert a kind of coercion? En otras palabras, la lógica de los mercados lleva a que las personas busquen hacer lo correcto pero de la forma incorrecta. Evitar el nacimiento de niños adictos es una actitud loable, pero de ninguna manera podría decirse que el intercambio – us$ 300 por la esterilización - es justo, dado que muy posiblemente la mujer que lo acepte se encuentre bajo los efectos de las drogas o, en su defecto, de la abstinencia. Por ende: que bajo ciertas circunstancias una mujer esté dispuesta a “vender” sus capacidades reproductivas por ese precio, no significa necesariamente que le dé efectivamente ese valor.

Lo mismo podría decirse de las escuelas que pagan a sus niños para que obtengan buenas notas o por cada libro que leen. Una vez más nos encontramos persiguiendo fines loables a través de los medios erróneos. “To a remarkable degree”, dice el autor, “the last few decades has witnessed the remarking of social relations in the image of market relations. One measure of this transformation is the growing use of monetary incentive to solve social problems.”

Contener a los mercados

“What markets can’t buy…” es, finalmente, un llamado a mantener a los mercados en su sitio y evitar su avance hacia otras áreas de la vida, donde el afecto, la amistad, el amor, la igualdad y la autonomía moral deberían primar por sobre la eficiencia. “The reach of markets, and market-oriented thinking, into aspects of life traditionally governed by nonmarket norms is one of the most significant developments of our time”, por lo que se requiere “a public debate about what it means to keep markets in their place.”

Las opiniones de Sandel, respaldadas por fuertes convicciones filosóficas y sólidos argumentos morales, pueden o no ser compartidas. Sin embargo, lo que ningún lector podrá evitar reconocer al repasar sus páginas es la necesidad de encontrar los límites morales al funcionamiento de los mercados.

“And so, in the end, the question of markets is really a question about how we want to live together. Do we want a society where everything is up for sale? Or are there certain moral and civic goods that markets do not honor and money cannot buy?”

Quizá esta reflexión final sea un resumen lo suficiente justo de lo que los lectores encontrarán en las páginas de este valioso aporte a la filosofía política contemporánea.
 

Sobre el autor: estudiante de la Licenciatura en Estudios Internacionales

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Publicado

2014-06-20

Número

Sección

Enfoques