Exilio y renovación de la izquierda chilena
Resumen
Introducción
Se estima que durante el régimen militar comandado por el General Augusto Pinochet Ugarte (11 de septiembre de 1973-11 de marzo de 1990) alrededor de 200.000 chilenos se exiliaron en 110 países en los 5 continentes. De ellos, 35.000 accedieron al status de asilados políticos, principalmente a través de embajadas latinoamericanas y europeas. A su vez, cerca de 5000 fueron expulsados del país a través de mecanismos de una legalidad solo formal (por ejemplo, los decretos leyes 81 y 504, de noviembre de 1973 y abril de 1975, respectivamente)(1).
El estudio del exilio y renovación de la izquierda chilena presupone una decisión metodológica importante: cómo delimitar qué es el exilio y qué definimos cómo renovación. Los exiliados se dividían en dos expresiones distintivas: los dirigentes y los militantes. Los primeros fueron los mas perseguidos, pero justamente por ello recibieron un trato mas urgente y privilegiado tanto por parte de las instituciones o embajadas que organizaban la salida como de los gobiernos y organismos que lidiaban con ellos en los países de destino. En cambio, los militantes rasos enfrentaron situaciones mucho mas caóticas y dramáticas. Por un lado, eran personalidades anónimas que no podían argüir contactos para una salida rápida. Por otro lado, en los lugares de destino no recibían ni la ayuda ni el reconocimiento suficiente, por lo que no solo se encontraban aislados humanamente sino (mas relevante para este trabajo) no pudieron desarrollar los nexos políticos y analíticos necesarios como para comenzar un proceso de autocrítica que, eventualmente, desencadenara en un proceso de renovación filosófica e ideológica.
Por ende, nuestra unidad de análisis será principalmente el exiliado en tanto expresión de un dirigente político relevante o medianamente relevante hasta 1973, que posteriormente pudo insertarse en la vida política e intelectual de su lugar de destino y que, paso seguido, debió enfrentar el desafío de la vida política en un escenario mas complejo.
A su vez, esta distinción (entre exiliados-dirigentes y exiliados-militantes) no solo ha generado tensiones humanas entre los dos grupos en épocas del destierro sino que ha provocado una tensión política tanto durante el proceso de transición como en los 20 años de gobierno de la coalición de centro-izquierda formada principalmente por socialistas, democristianos y radicales (Concertación de Partidos por la Democracia, 1990-2010). El no-dialogo (explícito y tácito, en el pasado y en el presente) entre estas dos expresiones del exilio es en si un programa de investigación todavía inexplorado. La actual crisis política que se vive hoy (septiembre de 2011) en Chile refleja una parte de esa tensión irresuelta.
Así, marcamos que ha habido una distancia considerable entre el grado de renovación y moderación alcanzado por los exiliados-dirigentes versus los exiliados-militantes. Es decir, ambos procesos pueden servir como una herramienta analítica comparativa válida, en tanto la inmersión de los dirigentes-exiliados en el debate público los catapultó al cambio mientras el aislamiento de los exiliados-militantes generalmente consolidó a estos en sus antiguas creencias. Podemos citar las palabras del exiliado en Venezuela Guillermo Meza, un simpatizante de la Unidad Popular sin pertenencia partidaria: “The solidarity of the Venezuelans was impressive. Acción Democrática [Democratic Action, or AD], which was the party in power, gave a good deal of help to all Chileans. But, of course, to some more than others and, especially, to those linked with political parties. We who were from the independent left were obliged to fend for ourselves…. Another thing to point out about Caracas is that an elite of exile leaders developed -- an elite that received aid from international organizations, who had honorary positions in the Venezuelan government but who didn't work in the government, but rather concentrated on political work. Very linked to the AD Party and who sometimes lived in very luxuriant conditions. They received special treatment that was sometimes pretty shocking.
There were others who did not receive this kind of protection, like Mario Palestro, a ex-Socialist deputy. He had some very hard times, did unpleasant work, especially for someone of his age. Also Carmen Lazo, another Socialist deputy who also had to work hard to survive. José Carrasco, a journalist, who worked very hard in solidarity with Chile and who had a very hard time, subsisted with the bare minimum. Mario Díaz, another journalist, was in the same situation and finally died due to a long illness. He had to go to Cuba where they took him for medical care that he could not afford in Venezuela because of his precarious economic situation. People who were very honest and very committed. And among these people, there were extraordinary foreigners who were more Chilean than many of our countrymen. This was the case of the Argentines Tomás Vasconi, Irene Decar, and Luis Vitale -- people who have dedicated their lives to writing and researching our country and who have an incredible amount of affection for our country. Well, they returned to Chile and live there now. Three intellectuals of very high caliber. …I returned to Chile in 1985 because they asked me to come back again…” (2)
A su vez, el estudio del exilio chileno posee otros desafíos metodológicos importantes: en primer lugar, es un acontecimiento históricamente reciente. En segundo lugar, no comienza en un momento cronológico unívoco. Es decir, si bien la diáspora se inicia con el golpe de estado del 11 de septiembre de 1973, los perseguidos políticos continúan emigrando incluso en los inicios de los 80’. En tercer lugar, los destinos del exilio son diversos y antagónicos. Si bien los principales destinos son América latina (Argentina, Brasil, Costa Rica y, principalmente, Cuba, México y Venezuela) y Europa, es posible encontrar destinos de exilio tan disímiles como Australia, Canadá, Angola, Mozambique, EE.UU., Senegal, Egipto, entre otros. Así, encontramos exiliados en los 5 continentes. Rody Oñate y Thomas C. Wright sostienen que “One of the hallmarks of the Chilean exile experience is the worldwide dissemination of its protagonists. The geography of Chilean exile was such that no single continent, country, or area within a country could be identified as the primary exile destination -- in contrast with the case of Cubans and Miami. It is commonly estimated that Chileans settled in a minimum of 110 countries and possibly in as many as 140 (Oficina Nacional de Retorno (ONR), 1993). As with the number of political exiles, the exact number of host countries is impossible to establish. By the end of 1992, the ONR reported having processed nearly 8,700 heads of family from 63 host countries, including Burundi, Cyprus, Indonesia, Kuwait, and Iceland… Exiled Socialist leader Clodomiro Almeyda claimed that Chileans had taken residence in Kenya, Bangladesh, the Cape Verde Islands, and even Greenland. As a result of the diaspora, noted another exile, "There is no important city in the world where you will not find a Chilean, nor a city that is not familiar with empanadas [meat pies] and peñas [informal cafés with folk and protest music].” (3). Luego, hoy es imposible saber cuantas personas han formado parte del exilio.
Por ende, es difícil definir con total rigurosidad qué ha sido el exilio chileno, qué magnitud real ha tenido y cómo puede interpretarse su papel en la posterior renovación de la izquierda chilena y la hija predilecta de ésta: la exitosa experiencia de la Concertación y sus 20 años en el poder. Introducir el papel del exilio supone así remarcar tanto que su rol ha sido relevante para entender la renovación como que esa relevancia será muy difícil de demarcar en su verdadero alcance. Como sostiene Alejandro San Francisco Reyes, citando al ex presidente socialista Ricardo Lagos Escobar: “El propio Lagos, en una larga entrevista, sostuvo que fueron decisivos los años de exilio y las reuniones políticas en Europa: ‘Recuerdo-dice Lagos- que a comienzos de los ochenta, se hizo la primera reunión de la renovación socialista en Chantilly, una pequeña localidad cerca de París. Fue una experiencia notable. Eran unas 200 o 300 personas que venían de todas partes de Europa…Este es un capítulo no escrito de la historia cultural de nuestro país…”(4).
El exilio chileno se divide principalmente entre exilio europeo y latinoamericano. El exilio europeo fue masivo y orgánico, principalmente en lo que respecta a las cúpulas de los partidos y organizaciones que habían sido participes de la experiencia de la Unidad Popular (en adelante, UP). En cambio, el exilio latinoamericano estuvo mayormente integrado por dirigentes y militantes jóvenes y de menor peso específico. Eso lo hizo mas inorgánico e irrelevante a la hora de influir en el proceso de renovación político e ideológico. Sin embargo, es necesario marcar el papel de la diáspora chilena en Venezuela y México. Allí se radicaron importantes teóricos de la renovación socialista, como por ejemplo Sergio Bitar (Venezuela) o Luis Maira (México). Mas aun, México fue testigo de una de las publicaciones editoriales mas articuladas del exilio: la revista “Convergencia”. Si una medida de la capacidad de un lugar (físico y político) para influir en la renovación fuera la publicación sistemática de artículos relevantes, ciudad de México estaría en condiciones de competir casi en pie de igualdad con Roma, Rótterdam y Paris. Sin embargo, la opacidad de la propia experiencia política mexicana (influida por la poca o nula riqueza analítica que aportaba la hegemonía del PRI) conspiraría para hacer de México DF un espacio de referencia ineludible.(5)
Por su parte, el exilio europeo tiene dos grandes corrientes que poseen sus sub-corrientes respectivas. Las dos grandes corrientes son 1) Europa Occidental y 2) el mundo socialista o Europa Oriental. A su vez, Europa Occidental puede dividirse en Europa continental, Escandinavia e Islas Británicas. El exilio en Escandinavia consiste principalmente de la masiva emigración a Suecia (6). Sostienen Oñate y Wright que “…While exile dispersed Chileans around the globe, between a third and a half of all Chileans forced out of their country spent most or all of their exile in Western Europe. Some of the Western European countries had been very supportive of the defeated side from the moment of the coup; the Italian, Swedish, and French governments opened their embassies for asylum and with others, including Belgium, Germany, and Holland, were especially generous in accepting refugees and providing moral and material aid. These countries commonly offered a range of programs and facilities to equip the exile for subsistence and employment: language courses, free or subsidized apartments, job training and placement, and sometimes counseling. These incentives, combined with Chileans' admiration of European culture and institutions and the clear advantages of settling in developed countries, made Western Europe a major exile destination” (7).
En segundo lugar, el exilio en los países de la orbita socialista fue masivo y crucial en los primeros años posteriores al golpe. Una radiografía del exilio chileno detrás de la cortina de hierro supondría en si mismo un trabajo de investigación, tanto por su relevancia como por la inexistencia de trabajos que desarrollen una critica desapasionada sobre lo acontecido. Los principales ámbitos para los exiliados eran Moscú y Berlín Oriental. En Moscú residía la cúpula del Partido Comunista (PC) y en Berlín la cúpula del Partido Socialista (PS). A su vez, las organizaciones menores como el MAPU (Movimiento de Acción Política Unitario) y el MIR poseían oficinas en ambas capitales, aunque el presupuesto para ellas era mucho mas acotado. Por ejemplo, el MAPU poseía en Moscú un pequeño presupuesto financiado por el PCUS, que sin embargo le permitió al influyente Enrique Correa articular nexos y acuerdos con las distintas corrientes de la oposición tanto dentro como fuera de Chile.
Publicaciones del exilio
Una rigurosa recopilación bibliografía sobre el exilo chileno y sus manifestaciones culturales e ideológicas ha sido realizada por Estela Aguirre, Sonia Chamorro, Carmen Correa en “Exilio chileno, cultura y solidaridad internacional.” (8).
El papel de las publicaciones y desarrollos teóricos de los exiliados ha sido central en el proceso de renovación. Si bien es difícil conocer y comparar la producción bibliográfica de las distintas diásporas, la comunidad chilena exiliada estaría en condiciones de competir por el primer lugar en cantidad y calidad de producciones artísticas, literarias y científicas con otras diásporas en el siglo XX.
Una primera aproximación a la producción bibliográfica de los chilenos en el exterior en el periodo 1974-1989 es la siguiente (9):
América Joven, Amsterdam, Holanda (Juventud Socialista).
Amérique Latine, París, Francia (24 números publicados hasta 1986).
ANCHA, Agencia Chilena Antifacista (Berlin Oriental)
- Aquí y Ahora, Suecia.
- Araucaria de Chile, París y Madrid (1978 a 1989, números 1 a 47-48).
- Araucaria “i Norge”, Noruega (primer número 1980).
- Boletín del Comité Exterior de la Central Única de Trabajadores, en Francia y RDA (138 números).
- Boletín del Exterior, llamado Boletín Rojo, Moscú (Partido Comunista, entre1973 y 1989).
- Boletín Internacional Informativo, trimestral.
- Boletín Informativo Exterior, México (Mapu Obrero y Campesino, mitad de los 70).
- Canto Libre, Colombes, Francia (1978).
- Canto Libre, París, Francia (1965 a 1980).
- Cañuela, Milán, Italia.
-CAUSA ML (Publicado en Paris por el Partido Comunista Revolucionario)
-Contacto (Hoja de carácter informativo editada por exiliados en Paris y ocasionalmente en Madrid. 1973-79)
- Cuadernos del ESIN, Rótterdam, Holanda.
- Chile Democrático, Italia.
- Chile Informativo. Boletín, Cuba y México (década de los 70).
- Chile-América, Roma, Italia (1974 a 1983).
- Convergencia, México (Convergencia Socialista).
- Cuadernos, Ottawa, Canadá.
- Cuadernos. Monografías, México.
- Cuadernos de Orientación Socialista, Berlín Oriental, Alemania (Partido Socialista
de Chile, mediados de los 80).
- Don Reca, Frankfurt, Alemania, RFA. (Los comunistas en la República Federal Alemana publican la revista durante más de diez años, con dos ediciones mensuales).
- El Barco de Papel, París, Francia (Izquierda Cristiana, años 80).
- El Canillita (Creación de la Asociación de chilenos exiliados en Ginebra, Suiza. La publicación continua editándose en la actualidad y, según sus responsables, va camino a convertirse en la publicación decana de las realizadas en el exilio. A su vez, en los años 80 existió una publicación en Ginebra, en el barrio Les Avanchets, que se llamaba “El Pelambre”).
- El Séptimo Sueño, México, 1982.
- Fuego Negro, Francia. (una pre-cuela de esta publicación puede verse enhttp://www.sitiosculturales.cl/archivos2/pdfs/MC0005660.pdf. Este primer numero se edita en la ciudad obrera de Concepción-Chile, en junio de 1973)
- Hombre y Cultura, Unidad, Compañero, en diversas ciudades de Canadá.
- Informativo de Casa de Chile, México (años 80).
- Izquierda Cristiana, México. Dirigida por Luis Maira (primer numero, 1981)
- Lar, Madrid, España, 1983 (continuación de Literatura Chilena en el Exilio y
Literatura chilena. Creación y Crítica).
- La Pomada, París, Francia.
- La Papa, Estrasburgo, Francia.
- Límite Sur, México (Partido Socialista y Socialdemócrata Latinoamericano).
- Literatura Chilena en el Exilio (a partir del número 15 se llamó “Literatura chilena. Creación y Crítica”. Publicada primero en California y luego en Madrid (1977 a 1989)).
- Noticias de Chile, México (236 números entre 1973 y 1990).
- Nueva Historia, Gran Bretaña (1981 a 1989).
- Nueva Voz, Estocolmo, Suecia.
- Pacaypaya, Inglaterra.
- Palimpsesto, Italia.
- Pensamiento Socialista (Análisis. Estudio. Teoría), República Federal Alemana.
- Socialismo Chileno, Bruselas, Bélgica.
- Plural, en Rotterdam, Holanda (1983).
- Retorno, Costa Rica.
- Selso, Luxemburgo.
- Taller Literario, Oslo, Noruega.
- Trilce, en Rumania y España (1982-...) y convertida después en revista LAR
- UP informa, Dinamarca.
- Ventanal, Revista de Creación y Crítica, Francia. Publicación originada por exiliados chilenos que participaban como estudiantes y profesores en la Universidad de Persignan (Francia). La revista era dirigida por Pablo Berchenko
- Verso, Francia.
- Resistencia chilena (pueden leerse algunos números en el Fondo Documental Eugenio Ruiz-Tagle) )10)
(1) En la delicada tarea de ayudar a miles de personas a salir del país, por medio legales o ilegales, ha sido central el papel jugado por organizaciones nacionales e internacionales, seculares y religiosas, como el Comité Pro Paz (que había sido formado por el Obispo católico Fernando Ariztía y por el Obispo luterano Helmut Frenz, con el apoyo del World Council of Churches. El comité Pro Paz fue remplazado en 1975 por dos organizaciones: Vicaría de la Solidaridad y la Fundación de Ayuda Social de las Iglesias Cristianas, FASIC). A su vez, algunas de las organizaciones internacionales principales fueron: el Comité Intergubernamental para las Migraciones Europeas (CIME) u Organización Internacional para las Migraciones (OIM), la Cruz Roja Internacional, el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (UNHCR, por sus siglas en ingles) y la World University Service (WUS, proveyendo becas para estudios en el exterior), entre otras.
(2) Rody Oñate y Thomas C. Wright (1998): “Flight from Chile- Voices of Exile”. University of New Mexico Press. Página 102 y 103.
(3) En “Flight from Chile- Voices of Exile”. Rody Oñate y Thomas C. Wright University of New Mexico Press. Albuquerque. 1998. Capitulo 5:. “The Diaspora. Exile on Four Continents”. Pagina 91.
(4) San Francisco Reyes, Alejandro (2002): “Chile y el fin de la historia”, en Bicentenario, revista de Historia de Chile y América. Volumen 1, numero 1. pagina 39
(5) La misma lógica sirve para entender la declinante influencia de Berlín Oriental y Moscú como referencias analíticas y políticas de la renovación: mientras el debate político e ideológico consistió en como renovar a la UP para retomar el poder, los países de la orbita socialista fueron ámbitos de desarrollos teóricos importantes, pero cuando la discusión empezó a girar en torno a la necesidad de articular una renovación del socialismo, los teóricos de la renovación debieron volver a emigrar, esta vez a Europa occidental. Obviamente Cuba fue un ineludible destino de parte del exilio chileno. La Revolución Cubana había sido un actor relevante durante los años de la presidencia de Salvador Allende. Fidel Castro tuvo particular simpatía por el MIR (Movimiento Izquierda Revolucionario) y por su legendario líder, Miguel Enriquez, carismático y brillante joven salido de la combativa Universidad de Concepción. Así, la cúpula del MIR se instalaría en La Habana. El ambiguo papel jugado por Castro y la revolución cubana en el inédito proyecto revolucionario chileno es descripto por el periodista y diplomático Jose Sanchez Elizondo en “Crisis y renovación de la izquierdas: de la revolución cubana a Chiapas, pasando por el ‘caso chileno’” (Edtitorial Andres Bello. Santiago de Chile.1995). La diáspora chilena en Cuba no solo no pudo ni quiso articular una crítica a la experiencia de la UP, sino tampoco intentó innovar en relación a la versión oficial castrista sobre el fracaso de la UP, en tanto verificación de la imposibilidad de la vía pacifica al socialismo. El escritor Roberto Ampuero ha vivido esa época y la ha relatado magistralmente en su ya clásica novela: “Nuestros años verde olivo” (Editorial Planeta. Santiago de Chile. 2004)
(6) El exilio en Suecia ha sido el mas numeroso. Allí se asientan 30.000 chilenos. La razón principal de ello ha sido la generosa política inmigratoria de esta nación. En relación a ello, ver “Tan lejos y tan cerca, historia del exilio chilena en suecia”. Por su parte, un clásico libro que estudia la vida de los chilenos en el exilio se desarrolla en Edimburgo, Escocia. Kay, Diana (1997): “Chileans in Exiles: Private struggles, Public lives”
(7) Rody Oñate y Thomas C. Wright, obra citada. Capitulo 5:. “The Diaspora. Exile on Four Continents”. Pagina 122
(8) El trabajo se encuentra íntegramente en: http://chile.exilio.free.fr/chap03g.htm. La introducción sostiene que “La bibliografía abarca parte de la producción literaria, científica y técnica publicada en libros, así como tesis de grado. No recopila documentos, revistas ni artículos de prensa. Tampoco cataloga las reediciones de libros publicados con anterioridad a septiembre de 1973, pese a la cantidad de ellas como consecuencia de la conmoción que produjo en el extranjero el golpe militar de 1973 y el interés que despertó Chile. Cataloga también obras de teatro y guiones radiales, considerando que una obra representada o transmitida equivale a un libro publicado. Consta de 1.068 entradas de libros publicados en 37 países de diversos continentes.”
(9) La información ha sido recabada principalmente de http://chile.exilio.free.fr, secundariamente del Fondo Digital Eugenio Ruiz Tagle de FLACSO-Chile (http://www.flacso.cl/flacso/index.php) y del CIDOC (Centro de Investigación y Documentación en Historia de Chile Contemporáneo, http://www.finisterrae.cl/cidoc/index.php) de la Universidad Finis Térrae. El autor desea agradecer la muy generosa ayuda de Francisco Bulnes Serrano, Director del CIDOC.
(10) A su vez, en http://www.salvador-allende.cl/prensa/prensa.htm
podemos ver las portadas de algunas de las mencionadas revistas socialistas del exilio. Por ejemplo, Boletín informativo del Partido Socialista de chile, Orientación, Plural, Unidad y Lucha, Pensamiento Socialista, Cuadernos de Orientación Socialista, Convergencia y Rumbo.
*Profesor Depto. Estudios Internacionales, FACS - Universidad ORT Uruguay.
Master en Filosofía Política, London School of Economics and Political Science.
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