EE.UU.: Se busca rival para Obama
Resumo
Si hace apenas siete meses el Partido Republicano podía enorgullecerse de aplastar a los demócratas en las elecciones al congreso, en estos momentos dicha fuerza política parece encontrarse resignada a perder las presidenciales del 2012 ante Barack Obama.Ya habíamos dicho en su momento que por más que la economía prosiguiera mal, y que la resistencia a Obama fuera una cifra nada deleznable (un 40% se oponía y opone “fuertemente” al presidente en funciones), el futuro presidencial republicano dependía del surgimiento de un candidato que lograra aglutinar a un cada vez más heterogéneo espectro de opositores al ejecutivo: conservadores fiscales, conservadores sociales, conservadores a secas, libertarios, populistas, el Tea Party y el Establishment, etc. No sólo no ha surgido tal milagroso candidato (que en las encuestas llaman “generic republican”), sino que los más fuertes contendientes se han retirado de la batalla de las primarias o planean hacerlo. El hollywoodense asesinato de Osama Bin Laden tampoco es que haya ayudado mucho a que aparecieran nuevos aspirantes a la Casa Blanca.
Por el camino quedaron varios personajes que llegaron a amenazar con presentarse. El más notorio fue el multimillonario y mediático Donald Trump, que basó su brevísima campaña en traer de vuelta el tema de si Obama había nacido en EE.UU. o en Kenya, para el disfrute generalizado de todos los medios de prensa. En todo caso Trump no hubiese tenido oportunidad alguna, caso contrario al de Mike Huckabee (ex gobernador de Arkansas) y Mitch Daniels (gobernador de Indiana), que eran las últimas esperanzas razonables del establishment republicano.
De este modo, a principios de mayo veíamos por la cadena Fox News una suerte de debate entre los contendientes republicanos presentados hasta el momento. Pasemos lista:
Hermann Cain: Afroamericano, ex CEO de una compañía de pizzerías. Buen orador pero absolutamente ninguna experiencia en política (que en este caso no tiene porqué ser un defecto).
Rick Santorum: Ex senador por Pennsylvania y que más o menos viene a representar el sueño de los social-conservadores más radicales. Sus propuestas no se alejan mucho de hacer de los EE.UU. un régimen teocrático cristiano.
Tim Pawlenty: Ex gobernador de Minnessota. Moderado pero de carisma nulo, sería destrozado por Obama, quien lo aventaja en las encuestas incluso en su propio estado. Es el clásico intento fallido de ciertos intereses por crear un candidato artificial.
Ron Paul: Libertario, utopista, trata a la Constitución de los EE.UU. como su Biblia personal. Basa su discurso en la supuesta corrupción de la Reserva Federal, la necesidad de regresar al patrón oro, eliminar casi toda influencia del gobierno federal sobre los Estados y retirar las tropas estadounidenses del resto del mundo. Pese a ser septuagenario, fue en la campaña pasada todo un fenómeno entre los jóvenes en internet. Debe mencionarse además que es un político estrictamente fiel a sus principios, negándose incluso a votar por ayudar económicamente a las víctimas del Huracán Katrina ya que “por qué deberían los ciudadanos de Nebraska pagarle con sus impuestos nuevas casas a gente que elige vivir en una costa con riesgo de huracanes”.
Gary Johnson: Ex gobernador de New Mexico, tiene más o menos las mismas ideas de Ron Paul, sólo que es más joven y menos carismático, además de haber cometido el imperdonable pecado de haber fumado un cigarrillo de marihuana en su juventud. Probablemente se retire para apoyar a Paul en la primera ocasión que pueda.
Tras el triste debate realizado en South Carolina, donde sólo destacaron las típicas peleas Paul-presentadores de Fox, se vislumbran cuatro nuevos contendientes:
Mitt Romney: Político de raza, ex rival de John McCain en el 2008, y reconocidoflip-flopper (es decir, “te digo una cosa, hago la otra”). A pesar de ser el más presidenciable (o quizá precisamente por ello), es detestado por las bases.
Newt Gingrich: El abanderado de la revolución republicana del 1994 y el hombre que quiso expulsar a Clinton de la presidencia por sus aventuras extramatrimoniales. Tiene fama de intelectual conservador -si es que existe tal cosa- por haber escrito un par de libros.
Sarah Palin: El candidato soñado por los demócratas, dado que según las encuestas sería derrotada en estados tan republicanos como Nebraska. Desde que fuese sorpresiva y desafortunadamente elegida para acompañar la fórmula presidencial de John McCain, su vida pública ha sido un interminable gaffe, y si bien nadie esperaba que se presentara, hace unos días comenzó un tour por los EE.UU….en una motocicleta conducida por su hija en plan Road Movie.
Michelle Bachmann: Una suerte de clon de la anterior, pero de aspecto menos ingenuo y representante por Minnessota…otro desagradable personaje que nos dejara el movimiento Tea Party. Eventualmente se restarían votos con Palin, así que no sorprendería que una desistiera para darle paso a la otra.
Es tan circense el panorama de candidatos republicanos, que incluso se ha llegado a hablar de que “por lo menos” se presentara Rudy Giuliani (quien llevara a cabo la peor campaña posible en las primarias al 2008). De todos modos “para qué molestarse”, y es que salvo catástrofe, es muy probable que Obama sea reelecto. Incluso en los estados donde su impopularidad supera el 50%, sale favorecido contra cualquier rival republicano.
Para hacer un breve análisis basado en las últimas encuestas, podría decirse que Obama repetiría victoria en todos los estados que ganara en el 2008, quitando, en el peor de los casos, a Indiana. Luego tenemos, por regiones:
En Nueva Inglaterra, el resto del Noreste, los Grandes Lagos y los estados del Pacífico, seguras victorias del actual presidente.
En el sur, uno de los bastiones republicanos, estos se ven amenazados por dos frentes: por un lado la inmigración hispana en Texas, y por el otro los patrones demográficos de la costa sur atlántica cada vez más similares al norte: es muy posible, por ejemplo, que los demócratas ganen en Georgia y quizá South Carolina. Esto dejaría a los republicanos con victorias seguras tan sólo en el Deep South (aquellos estados que votaron al segregacionista Wallace en el 1968) y los estados de la Appalachia (Tennessee, Kentucky y West Virginia).
Finalmente, en el Oeste, los republicanos dejarían de ser competitivos en New Mexico, Nevada y Colorado (todos estados ganados por Bush) y probablemente perderían también Arizona. ¿La razón? Nuevamente el voto hispano. En el peor de los casos (Palin candidata, por ejemplo), las dos Dakotas, Montana y quizá Nebraska también pasarían a filas demócratas, quedando sólo como seguramente republicanos el “triángulo mormón” (Utah, Idaho y Wyoming), Oklahoma y Kansas.
El único consuelo republicano sería gracias a sus victorias a nivel estatal en noviembre pasado. Gracias a la ventaja lograda, en muchos lugares el GOP podrá “redibujar” los distritos electorales con tal de asegurarse la mayoría del congreso a pesar de un posible “Huracán Obama”. Se consolidaría, pues, un nuevo ciclo donde los republicanos manejen el congreso de forma casi ininterrumpida por décadas, algo diametralmente opuesto a lo que se vivió en casi todo el siglo XX.
*Estudiante de la Licenciatura en Estudios Internacionales
FACS-ORT-Uruguay
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