PIANTAO - EL POETA TANGUERO
Resumo
Horacio Ferrer es escritor, poeta y uno de los más importantes historiadores del tango. Nació en Montevideo en 1933, aunque está radicado en Buenos Aires desde hace ya muchos años. Es autor, entre otras obras, de Balada para un loco y Chiquilín de Bachín, dos de los tangos canciones que escribió para Astor Piazzola. El lunes 29 se setiembre se presentó Piantao. Balada para Horacio Ferrer, el libro del ingeniero Ruperto Long acerca de la vida del poeta tanguero.
Las palabras expresadas por el periodista Jaime Clara en esa ocasión bien sirven de adelanto de una próxima entrega, donde nos dedicaremos a Piantao y a la investigación llevada adelante por el autor.
Para Clara, Piantao. Balada para Horacio Ferrer es, sencillamente, un libro de revelaciones increíbles. La primera de ellas, según dice, es que hay que creer en los astrólogos. Esa “revelación” viene a cuento de una anécdota con la cual Long eligió comenzar el relato. Al parecer, un par de astrólogos le habían dicho a Piazzola que en un mal momento de su vida alguien golpearía a su puerta. Y esa persona fue el propio Horacio Ferrer, quien no tuvo más remedio que golpear a la puerta porque el timbre no funcionaba.
Así, con esa anécdota, comienza el libro, y así, con esa revelación, Clara comienza a darse cuenta de que hay que creer en la poesía. De la misma manera que el propio Ferrer creyó en la poesía cuando era muy joven. Es que a pesar de tener una vocación definida por las disciplinas artísticas, Ferrer cursó estudios universitarios. Siguió, como señala Clara, los preceptos de esa suerte de síndrome de “m’hijo el dotor” -en alusión a la obra del dramaturgo nacional Florencio Sánchez-.
Su pasaje por la Facultad de Arquitectura respondió a la necesidad de satisfacer los deseos de su padre. En una nota publicada por el diario El País, el propio Ferrer manifestaba: "Yo quería satisfacerlo, pero nunca quise ser arquitecto. Hay que avivarse y ver para lo que uno está dotado... y yo quería ser poeta. Para eso, hay que ‘tirar’ mucha poesía; desde el principio, no publiqué nada que a mí no me gustara. Hay que elegir lo que uno escribe, superarse, hacer cosas innovadoras, no copiar a nadie y eso lleva mucho tiempo y mucho seso. Me sentía con condiciones, ganas y futuro"1.
El libro no consiste en una sucesión de preguntas y respuestas. Tampoco es una biografía académica. “Ruperto eligió el camino más difícil”, dice Clara. “Son textos breves, casi independientes entre sí, que pueden leerse de forma aleatoria, si así se quisiera. Cada uno de ellos revela una historia de la vida de Ferrer”.
El trabajo supuso una ardua investigación. Piantao …, a juicio de Clara, logra articular momentos casi épicos de la historia del tango de la guardia nueva, con detalles de la vida de Ferrer. A modo de ejemplo de este último aspecto, el libro recoge la forma en que Nonino Piazzola llamaba al poeta uruguayo. “Ah, vos sos el amigo oriental de Astor”, solía decirle. Para Astor Piazzola, Adiós Nonino era su mejor obra, y así lo expresó en una carta que envió a Ferrer desde Estados Unidos. Todo ello está relatado y documentado en Piantao. Porque para concretar su trabajo, Long accedió a los diarios personales del escritor, a su correspondencia y a numerosos documentos.
Para Clara, Ferrer es, ante todo, un poeta. Y en tanto poeta, también es músico. Pero también es tango, es danza, es historia, es lunfardo, es Uruguay, y es el Dandy Hamlet. “Dandy. Príncipe de las murgas, es un ejemplo típico de la personalidad artística de Ferrer que el libro logra transmitir”.
La obra es una opereta inspirada en Hamlet. Príncipe de Dinamarca, el clásico de William Shakespeare. Ferrer se propuso trasladar Hamlet al espacio del carnaval montevideano. Y lo logró. Porque para el poeta, no sólo el tango es la manifestación musical característica rioplatense. También lo es la murga. Así lo explicó en la nota publicada por El País. “La cultura del Río de la Plata es fascinante y está impuesta en el mundo entero. No estoy hablando solo del tango; las murgas de Buenos Aires no son buenas como las de acá, que tienen un sello, una picardía, una fuerza. La murga original no es oriental sino andaluza, pero acá le pusieron un sello impresionante, aplicando las melodías de moda a temas escabrosos y magníficos. La murga no se para con nada"2.
Para Clara, sólo Ferrer es capaz de hacer aterrizar una obra de Shakespeare, en Montevideo, y a ritmo de murga. Y a su juicio, eso muestra que “el erudito y el hombre de literatura también es un hombre popular y galante que puede recitar a Jorge Manrique o a Federico García Lorca, acodado en el mostrador de Fun Fun”.
Para terminar su intervención, Clara aludió a una carta que Piazzola, solo, triste y tratando de sobrevivir en Estados Unidos, envió a Ferrer. “Tengo la enfermedad del tango y no me puedo separar de él”, le decía en la misma. “Este libro es un libro enfermo de tango y poesía y les aseguro que no podrán separarse de él”, concluyó el periodista.
1 http://www.elpais.com.uy/domingo/horacio-ferrer.html
2 http://www.elpais.com.uy/domingo/horacio-ferrer.html
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