Desempleo universitario y demandas sociales

Autores

  • Lic. Andrés Bancalari

Resumo

Lushan ha sido tradicionalmente el lugar elegido por las clases dirigentes chinas para realizar sus descansos estivales y escapar al sofocante calor de Beijing en el verano. Es en este paradisiaco lugar donde el General George Marshall se encontró nueve veces con el entonces presidente chino Chiang Kai-Shek para debatir sobre el rol de China una vez finalizada la segunda guerra mundial.

Seguramente que en las últimas dos décadas los principales dirigentes chinos han realizado aquí reuniones para analizar los temas más relevantes de la China contemporánea y dentro de los mismos ha estado la necesidad de mantener el crecimiento y los estímulos a la inversión extranjera para poder incorporar al mercado laboral a los millones de trabajadores que venían de las provincias más pobres en busca de su primer empleo.

La relación entre la obtención de ese primer empleo y la estabilidad social y política ha sido la clave de China desde 1985 en adelante. En la actualidad, esa presión se ha reducido significativamente por el actual nivel de desarrollo en China, el envejecimiento de su población y la baja tasa de nacimientos debido principalmente a la política de one child.

La OIT estima que para la presente década solamente van a ingresar al mercado de trabajo chino unos 18 millones de personas, mientras que esa presión que China logró contener en los pasados veinticinco años se traslada a la India, donde según las mismas estimaciones, unos 80 millones de indios se sumarán antes del año 2020 al mercado de trabajo.

En el caso de China los desafíos en el área laboral están pasando por otro lado, ya que el principal problema en relación al empleo ya no es el volumen de migrant workers que fluyen hacia las grandes ciudades, sino las demandas salariales de los actuales trabajadores y el alto porcentaje de graduados universitarios desempleados.

El tema de las demandas salariales no es menor, ya que la mayor ventaja que China ha tenido en los últimos tiempos ha pasado por los bajos costos laborales, pero ya hay varios analistas que señalan que de continuar la tendencia de mejora salarial, sumado a una menor incorporación de nuevos trabajadores, la bonanza china de bajos costos puede presentar dificultades, llevando a las inversiones productivas a otros países con alto stock de mano de obra barata, como ser Indonesia, Bangladesh o incluso Vietnam.

Al mismo tiempo el gobierno chino se enfrenta al desafío del alto nivel de desempleo entre los recientes graduados universitarios, que alcanza según las estadísticas oficiales al 33% en comparación con el desempleo a nivel nacional que se ubica en el 6,1 según el último dato disponible.

Este elevado e incluso peligroso nivel de desempleo del 33% genera entre los jóvenes profesionales un alto nivel de angustia, ya que la mayoría de ellos realizo un fuerte esfuerzo económico para obtener su título universitario.

El dato no es menor y uno puede hacerse varias preguntas sobre el mismo: ¿será acaso que el nivel de exigencia académico una vez ingresado al sistema universitario es bajo y por lo tanto los graduados son muchos más de los que deberían ser? , o ¿el problema acaso es que el mercado chino aún no se ha desarrollado lo suficiente en cuanto al grado de producción e investigación, que lleva a que sean competitivos en la etapa de producción solamente pero débiles en las etapas posteriores del ciclo productivo?

Sea cual sea la verdadera respuesta a un nivel de desempleo tan elevado entre los jóvenes profesionales sin duda merece por parte de la clase dirigente respuestas, ya que, como se observa en otras partes del mundo en este momento, nada peor que el descontento entre los jóvenes profesionales al momento de la búsqueda de nuevos caminos.


Profesor de Comercio Internacional. FACS - ORT

Publicado

2011-05-12

Edição

Seção

Comercio y economía internacional