El Kirchnerismo, el Partido Justicialista y las Próximas Elecciones Presidenciales

Autores

  • Adrián Krupnik

Resumo

Como es habitual en toda democracia, la proximidad de elecciones presidenciales genera gran ansiedad y es motivo de diversas especulaciones. En el caso de la Argentina, país caracterizado por la reiteración de ciclos de crecimiento económico seguidos de severos colapsos económicos, sociales e institucionales, la sensación generalizada de incertidumbre contribuye a confundir tanto al público en general, como a periodistas y políticos. Para comprender las transformaciones que a distintos niveles experimenta hoy la sociedad argentina es necesario un análisis que combine de manera dinámica elementos estructurales con estrategias de partidos y otros actores involucrados. 

La nacionalización de una interna


El estrepitoso final del gobierno de Fernando de la Rúa en Diciembre de 2001 fue también el fin del sistema cuasi-bipartidista que había caracterizado a la Argentina durante medio siglo. Desde entonces las elecciones presidenciales han sido protagonizadas por candidatos del Partido Justicialista que compiten entre sí en la primera instancia calculando meticulosamente un potencial valotage. La antaño poderosa estructura de la Unión Cívica Radical ha pasado a jugar un rol secundario muy parecido al del partido socialista u otros partidos minoritarios, viendo cada vez más disminuida su capacidad de movilización vis-a-vis el Partido Justicialista. En gran medida esta situación se debe a la capacidad organizacional del P.J. para adaptarse a diversos escenarios conservando, e incluso ampliando, su base electoral. Esta capacidad descansa en la fluidez que caracteriza a sus jerarquías dirigenciales y la relativa autonomía que experimenta la autoridad partidaria (Burgess y Levitsky 2003). (1)Es por lo anterior que el concepto de ¨maquina populista¨ (Levitsky y Roberts) (2) resulta explicativo. Según quien lidere, esta máquina puede orientarse más a la ¨derecha¨ o más a la ¨izquierda¨. 

Este fenómeno, sin embargo, no implica en absoluto el fin de la competencia entre ideas políticas o proyectos económicos. Antes bien, anuncia el hecho de que, en el futuro, tales cuestiones habrán de dirimirse al interior de la estructura de poder justicialista. 

No resulta difícil imaginar la arena política de los próximos años caracterizada por el enfrentamiento entre dos coaliciones justicialistas disputándose el control del aparato partidario. Una de ellas gobierna actualmente y es liderada por el ¨kirchnerismo¨, la otra se expresa hoy en el “Peronismo Federal.” Ambas podrían expresarse de otro modo en el futuro. Al margen de los referentes coyunturales de cada coalición, lo importante es identificar las distinciones actuales y potenciales entre ambas, así como los proyectos que encarnan.  

El Kirchnerismo: Reedición de una alianza defensiva y delimitación de grupos económicos

El 25 de Mayo de 2003 Néstor Kirchner anunció en su discurso inaugural que apoyándose en la expansión permanente del consumo interno, el objetivo de su gobierno sería la construcción de ¨…un capitalismo nacional que genere las alternativas que permitan reinstalar la movilidad social ascendente.¨ Este objetivo distaría del seguido durante la década del 90, cuando la prioridad había sido el control de la inflación y ¨La medida del éxito (…) la daba las ganancias de los grupos más concentrados de la economía, la ausencia de corridas bursátiles y la magnitud de las inversiones especulativas sin que importara la consolidación de la pobreza…¨ Según Néstor Kirchner, durante la década que antecedió a su gestión ¨Se intentó reducir la política a la sola obtención de resultados electorales; el Gobierno, a la mera administración de las decisiones de los núcleos de poder económico con amplio eco mediático…¨(3)

Tanto la gestión de Kirchner como la de Cristina Fernández de Kirchner han estado alineadas con los objetivos señalados en 2003 y es posible hoy realizar un balance. En cuanto a la creación de un capitalismo nacional que introduzca a la sociedad argentina en la dinámica del ascenso social que conoció en el pasado, el éxito ha sido limitado pero no despreciable. El gobierno ha detenido el proceso de pauperización masiva, ha brindado cierta protección social a sectores vulnerables y ha interrumpido la depredación que venía padeciendo la pequeña y mediana industria. No obstante, esto ha sido posible por el hábil manejo del tipo de cambio y del superávit fiscal y comercial que brinda un modelo basado primordialmente en la exportación de productos primarios con escaso valor agregado, pero dependiente de la demanda internacional de commodities, cuya distribución dista de poder considerarse progresiva. (4) Mirado en perspectiva histórica, antes que haber garantizado el ascenso social, el gobierno ha tenido éxito en detener momentáneamente su declinación. No es poco, y debe ser valorado; pero no es suficiente. Si existe un plan estratégico de desarrollo, basado en la incorporación de conocimiento y tecnología, sustentable en el largo plazo, aún no ha sido explicado por el gobierno. Solo con un plan semejante el kirchnerismo podrá llegar a representar algo más que una suerte de reversión de ¨alianza defensiva¨ (5) policlasista y esporádica destinada a quebrarse en algún momento para dar lugar a una alianza capitalista depredadora. 

En cuanto a la delimitación del poder encarnado por los grupos económicos locales el gobierno se encuentra hoy a la ofensiva. El grupo Clarín está viendo, no ya amenazados, sino afectados, sus privilegios.  La causa judicial por la identidad de los hijos de Herrera de Noble, la inédita exposición de su CEO, Magnetto, el retiro de licencia a su empresa proveedora de internet,  la redefinición del rol del Estado en la fabricación de papel prensa y la debatida ¨ley de medios¨ hacen notar que las reglas del juego están cambiando. El futuro dirá si el recorte de poder a los grupos económicos da lugar a un mercado más transparente, un Estado más independiente y al servicio del bien común, o tan solo al desarrollo de nuevos ámbitos protegidos por el Estado para la obtención de rentas extraordinarias por parte de nuevos beneficiarios. (6) En el primer caso, el kirchnerismo debería lograr lo que Pinochet logró en Chile, disciplinar a la gran burguesía nacional imponiéndoles la ley y negándoles toda posibilidad de nacionalización de sus deudas. En el segundo caso, nada nuevo estaría sucediendo en la Argentina más allá de un cambio de titularidad en fortunas amasadas o por amasar. 

El Peronismo Federal: Partido conservador de masas y status quo


Como puede comprenderse, el kirchnerismo plantea un serio desafío tanto para líderes justicialistas, que por ambiciones personales no desean ver acrecentarse el control que éste movimiento ejerce sobre la ¨máquina populista,¨ como para aquellos que se encuentran interesados en defender los privilegios de los grupos económicos establecidos. El Peronismo Federal expresa esta reacción. 

Lo primero que debe destacarse es que de ningún modo ha sido planteado un modelo económico alternativo, puesto que no hay hoy en la Argentina una alianza de sectores que por su definición estructural desee alterar el mismo.  Tampoco existirían las condiciones internacionales para tal cosa. Lo que plantea el Peronismo Federal es la rotación de quienes lideran el modelo actual. Con miras en este objetivo, figuras como el ex presidente Duhalde aportan el peso peronista necesario, mientras De Narvaez da el tono empresarial. Estas dos figuras se esfuerzan por explicar al Jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Mauricio Macri,  los beneficios de construir su poder desde el interior del P.J., sin embargo, los tiempos de cada uno difieren. La derrota del proyecto que lidere Duhalde en las próximas elecciones le daría un golpe quizá definitivo y podría relegarlo al pasado. En cambio, el líder del PRO cuenta con tiempos propios y un doble aspecto en tanto jugador. Su edad le permite ser paciente y dado que si bien en su carácter de figura política enfrenta los reveses que la lucha por el poder le impone, en tanto representante de un grupo económico se cuenta entre los beneficiarios del actual modelo y lleva buenas relaciones con el gobierno. Sus tiempos distan también de ser los tiempos del grupo Clarín.  El éxito del Peronismo Federal depende de hacer funcionar la estructura de la ¨maquina populista¨ como un partido conservador de masas que proteja el status entre el Estado y los grupos económicos.  

A modo de cierre


Durante el siglo XVII Baruch Spinoza sugirió que temor y esperanza son los afectos básicos mediante los cuales la dominación política se ejerce sobre las multitudes. Si el contexto actual se mantiene hacia las elecciones de 2011 el triunfo del  kirchnerismo dependerá de cómo se siga materializando la esperanza alimentada. El triunfo del Peronismo Federal dependerá de la influencia que el temor pueda ejercer.


(1) Burgess, K. y Levitsky, S.; ¨Explaining Populist Party Adaptation in Latin America¨, Comparative Political Studies, Vol. 36, No. 8, Octubre 2003.

(2) Levitsky, S y Roberts K.; ¨Latin America's Left Turn¨. En Prensa.

(3) Discurso en el acto de asunción como Presidente ante la Asamblea Legislativa, 25 de Mayo de 2003. Disponible online:http://constitucionweb.blogspot.com/2010/02/discurso-de-asuncion-de-presidente.html

(4) Para un análisis detallado del modelo económico actual véase: Gastón Ángel Varesi, ¨La Argentina Posconvertibilidad: Modelo de Acumulación¨, 2009. Disponible online:http://www.journals.unam.mx/index.php/pde/article/view/18500

(5) Guillermo O´Donnell, ¨Estado y Alianzas en la Argentina: 1956-1976¨, Presentado en el simposio sobre Estado y Desarrollo en América Latina, Universidad de Cambridge, 12-16 de Diciembre de 1976.

(6) Castellani, Ana. "Estado y grandes empresarios en la Argentina de la post-convertibilidad," Cuestiones de Sociología, Nº 5-6, 2010.


*
Sociólogo, Universidad de Buenos Aires (UBA)
Maestría en Estudios Internacionales, Universidad Torcuato Di Tella (Tesista) 
Schusterman Center for Israel Studies Fellow, Brandeis University

Publicado

2010-09-02

Edição

Seção

Enfoques