DELICADAS DIVULGACIONES SOBRE EL CONFLICTO AFGANO

Autores

  • Adolfo Castells Mendívil

Resumo

En estos días WikiLeaks divulga lo que consistió, quizás, en una de las más importantes fugas de información secreta de la historia de los Estados Unidos: una compilación de documentos sobre el conflicto de Afganistán, desde 2004 a 2009. WikiLeaks (http://wikileaks.org/) es un sitio web que publica informes y documentos filtrados con contenidos sensibles y que –según Time Magazine-“puede llegar a ser una herramienta periodística tan importante como el Freedom of Information Act” de los Estados Unidos. Tres importantes medios occidentales – The Guardian (GB), The New York Times (USA) y Der Spiegel (Alemania)- obtuvieron antes de su publicación en el sitio web, la primicia sobre 92.000 informes en la materia, y lo grave del asunto es que la situación es mucho peor y con muchas más muertes de víctimas civiles, de lo que se ha pretendido en las cifras oficiales.

Los documentos describen una guerra empantanada por la falta de competencia y lealtad de las autoridades afganas;  por unas fuerzas armadas pakistaníes que apoyan, bajo el manto, a los insurgentes contra los cuales la coalición se enfrenta, y que ha participado mediante agentes secretos, en reuniones donde se planifican atentados terroristas. 

Recordemos que Pakistán es aliado de EE.UU. y recibe más de 1.000 millones de dólares por año para combatir a los talibanes. Por otro lado, se acusa a Irán de abastecer en armas, dinero y asistencia a los fundamentalistas, así como de sobornar a políticos afganos.

TERRITORIO DE CONTINUAS INVASIONES

Afganistán fue parte del antiguo Imperio Persa y luego del Imperio grecomacedónico de Alejandro el Grande; más tarde de Irán; de los turcos seleyúcidas; de los mongoles de Chagatai; del enorme territorio de Asia Menor conquistado por Tamerlán; hasta que se independiza en 1747. 

Pero a partir de 1837 se turnan las invasiones rusas, las inglesas, los gobiernos títeres, las tres guerras de Afganistán y lapsos de independencia, más los deseos de la Reina Victoria de establecer un territorio tapón entre el Imperio Persa y la India.
En 1919, Afganistán se vuelve a independizar, esta vez de los británicos, fundando una monarquía que dura hasta 1973, cuando es derrocado el Rey Zahir Shah, pasando a convertirse en república. 

A su vez, con un golpe de Estado en 1978, se instala un gobierno pro-soviético que derivó en una invasión directa de la URSS, para combatir a la guerrilla talibana, quién ya pesaba en la vida afgana, apoyada ingenuamente por los EE.UU. y otros Estados occidentales simplemente porque combatía al comunismo, sin darse cuenta de que era peor –o igual- el remedio que la enfermedad.

Después, en 1996, cuando ya se habían retirado los soviéticos, los talibanes entran en Kabul y vino lo que todos sabemos: el terrible régimen fundamentalista islámico basado en la Sharia, la burka, la discriminación, el asesinato, la deportación, la destrucción de los testimonios de culturas milenarias y tantas otras barbaridades, hasta que a raíz de los atentados de las Torres Gemelas, se formó una coalición internacional que abatió al fanatismo talibán.

Pero el hecho objetivo es que el conflicto no se solucionó. Pese a la presencia de 113.000 soldados extranjeros, los talibanes han recobrado fuerza en la clandestinidad. La producción ilegal de droga es terrorífica (93% de los opiáceos del mundo); el gobierno de Hamid Karzai es deplorable, y la estabilidad está lejos de ser una condición afgana.

LAS REPERCUSIONES DE LOS INFORMES

Por supuesto que la Casa Blanca está furiosa con la divulgación de esos informes, pero el Presidente Barack Obama le quitó decibeles cuando lamentando la filtración, aseguró que no era relevante, aunque reconoció que la estrategia fue durante 7 años equivocada, que ya había dispuesto un cambio y pidió al Congreso destinarle más dinero para ese conflicto. 

Por otra parte, el Pentágono abrió una investigación criminal sobre las infidencias, pero la verdad es que en la opinión pública yanqui, ya preocupada con sus problemas económicos, solamente un 43% sigue apoyando las acciones en Afganistán. 

El envío de 30.000 soldados más y el costo de esta guerra de U$S un billón, ya empieza a implantar un ambiente similar al que, en 1971, se creó contra la guerra de Vietnam.

Asimismo, Pakistán puso el grito en el cielo, estimando que las revelaciones no contemplan la realidad y contienen informaciones falsas. Del lado de Afganistán, Karzai ha dicho no sentirse sorprendido, salvo por la actuación de los servicios secretos pakistaníes. 

El fundador de WikiLeaks, Julian Assange, explicó al Guardian: “Por definición, el buen periodismo se presta a controversias y en este caso puntual sirve para mostrar la verdadera naturaleza de la guerra”. Y los demás socios de la coalición han expresado, de distintas formas, su preocupación por la debilidad de los sistemas de seguridad de EE.UU. a los cuales se les han escapado filtraciones que pueden poner en riesgo la vida de los combatientes.

Más allá de eso, muchas veces los mandos militares justifican la confidencialidad de ciertas informaciones, en el hecho de que el éxito depende de ese secreto. Sin embargo, los documentos publicados son de 2004-2009, quiere decir que no hay acciones de los últimos meses, fecha de su divulgación. Entonces los éxitos y los fracasos ya ocurrieron y no pueden ser imputados a la infidencia de los informes publicados. Que, además, son apreciaciones comprometidas y no detalles  operacionales en curso.

De todas maneras y por ahora, la luz al final del túnel está lejos de apercibirse en el polvorín afgano.


*Escritor, Periodista, Analista Internacional, Ex Embajador.

Publicado

2010-08-05

Edição

Seção

Política internacional