Entrevista con Marek Hrubec. Parte II De las luchas por el “reconocimiento” a la “distopía”

Autores

  • Prof. Agustin Courtoisie

Resumo

Hoy ofrecemos la segunda y última parte del diálogo que mantuvimos con Marek Hrubec, junto a la Licenciada en Comunicación Adriana Aguirre y el profesor Pablo Romero, primero durante su visita en Montevideo y luego por e-mail.

El filósofo checo discurre en este segundo tramo de la entrevista aludiendo a los nuevos movimientos sociales a partir de la dinámica noción de “reconocimiento”, se niega a aceptar que haya que hablar siempre de un “choque de civilizaciones” y  presenta la “distopía” (algo así como un  mapa negativo de las realidades que se vienen) como una herramienta para prevenir catástrofes futuras, cualquiera sea su probabilidad de concreción.

Recordamos a nuestros lectores que el Dr. Marek Hrubec es Director del Centre of Global Studies, surgido del esfuerzo del Institute of Philosophy de la Academy of Sciences de la República Checa y la Facultad de Filosofía de la Charles University de Praga. Desde la filosofía política y la globalización hasta los diálogos múltiples entre culturas, el intercambio fue amable y profundo a la vez.

Quienes deseen conocer o revisitar la primera parte de esta entrevista, podrán acceder en:
http://www.ort.edu.uy/facs/boletininternacionales/contenidos/80/courtoisie80.html

LI - La lucha por el “reconocimiento”  parece ser una clave esencial en el contexto general de su pensamiento político y filosófico. Desearía que  explicara un poco más este concepto.

MH – Es una tradición del pensamiento crítico adoptar por eje la idea de la lucha por el reconocimiento, como lo hacen Hegel, Charles Taylor, Axel Honneth y otros pensadores. Yo considero esta tradición de pensamiento altamente relevante. Y desarrollo la idea de la lucha por el reconocimiento a partir del argumento filosófico de que los orígenes de la resistencia contra la injusticia social y política se articulan dentro de un escenario de experiencias de las personas que involucran violaciones del reconocimiento que ellas esperan. El “no reconocimiento” puede ser transformado en una base motivacional de la resistencia y la postura crítica.

Para identificar las motivaciones en favor de un cambio, tenemos que entender con claridad que las lesiones del respeto que las generan, pueden ser generalizadas y transformadas en reclamos políticos y sociales referidos a varias categorías de reconocimiento. Es de esta manera que podemos indicar la lógica que explica la dinámica de estos fenómenos.
 
Y podemos articular la noción de que la gente reacciona en forma crítica a las desventajas o las diferencias y otras formas de la opresión cuando enfrenta y mapea de esa manera los problemas que necesita resolver. En la acumulación de sus experiencias concretas, las personas van encontrando espacios e intentan aprovecharlos. Cuando el escenario es comparativamente favorable, las visiones críticas de las formas actuales del no reconocimiento y los esfuerzos por corregirlo pueden ser comprendidas cabalmente como  un diálogo entre culturas.

En cualquier caso, las formas de la resolución de conflictos no emergen como  entidades separadas sino que se basan en la evolución del relacionamiento recíproco y confrontativo entre las personas y los requerimientos de su resolución.
El proceso de no reconocimiento de ciertos grupos de poblaciones en la perspectiva histórica de largo plazo –por ejemplo, los involucrados en procesos de colonización de algunas partes del mundo en el pasado– ha provocado una legítima insatisfacción y articulación de reclamos de reconocimiento.

Al mismo tiempo, algunos tipos de no reconocimiento pueden ser iniciados por conflictos artificiales, invocados con el propósito de legitimar determinadas estructuras de poder, o con el objetivo de consolidar situaciones económicas no equitativas y otros intereses.

A pesar de que ciertas confrontaciones entre culturas son ficticias porque son impuestas sobre personas carentes de una conexión firme con la realidad, la posibilidad de una profecía autorrealizada tiene, desafortunadamente, a lo menos una influencia parcial en la transformación de esos conflictos en confrontaciones reales muy serias. Los vínculos entre los grupos humanos son configurados por un entramado de problemas reales tanto como ficticios.

LI – Creo que convendría especificar y ejemplificar los resultados de esos diálogos interculturales.

MH – Cuando se discute en términos de  “choque” de civilizaciones, por ejemplo, nosotros podemos rechazar esa idea de choque y comenzar a promover las luchas de reconocimiento bajo la forma de diálogos interculturales. Con frecuencia se dan conflictos interculturales en el clima global del presente que son característicos y se trata de un número creciente de interacciones de personas provenientes de diferentes culturas en campos como  la economía, las comunicaciones y otros tipos de interacciones similares. Pero eso no supone un estado de guerra. Los conflictos puede ser resignificados como debates culturales. Mientras la confrontación de culturas y civilizaciones avanza hacia la polarización y la culminación del conflicto, el diálogo intercultural intenta contribuir al reconocimiento mutuo.

El diálogo intercultural procura identificar las normas en uso a través de una discusión crítica y crear unas nuevas normas que puedan ser compartidas por los individuos dentro de una perspectiva universal. Dado que la comunicación no concierne solamente a dos culturas y por lo tanto es un di-álogo  en sentido literal, es preciso hablar de polí-logo. Y ya existe un desarrollo filosófico y una discusión poli-lógica entre pensadores representativos de muchas culturas del mundo.

Sin embargo, el de polí-logo es un amplio concepto del discurso que no puede suplementar al menudeo las soluciones a todos los problemas sociales, económicos políticos u otros problemas a ellos vinculados. Lo que sí podemos hacer, a pesar de esto, es proporcionar un importante marco filosófico inter-cultural para trabajar sobre esos problemas.

El discurso del diálogo inter-cultural o polí-logo contiene dos elementos fundamentales.          El primero se relaciona con la formación de un diálogo “desde abajo” en la perspectiva de varias culturas y su relacionamiento dentro de una civilización humana. El segundo elemento refiere  a la forma de los derechos humanos básicos que podría resultar de este tipo de diálogo intercultural. Esta modalidad de enfoque, el cual es gradualmente formulado y tematizado por muchas interpretaciones de culturas individuales, puede ser unificado según un elemento universal. En pocas palabras, el objetivo es alcanzar en forma regular y compartida un consenso “trans-cultural” de los derechos humanos a través de un sentido “inter-cultural” en orden a reemplazar la situación actual la cual no es universalmente aceptada.
 

LI –¿Cuáles son las tendencias filosóficas más importantes en la República Checa?

MH – Las tendencias contemporáneas más importantes de la filosofía checa son desarrolladas principalmente en el contexto de las discusiones de la filosofía europea  y norteamericana.

 Sin embargo, son más y más abiertas también hacia el pensamiento filosófico de otros contextos culturales y otras partes del planeta. Desde este punto de vista, deseo enfatizar especialmente la esfera de la filosofía moral, social y política sobre la que me focalizo. Es muy importante e interesante también ver los intentos de direccionar el problema del diálogo intercultural hacia la crisiscontemporánea global. Como uno de los ejemplos posibles, puedo decir que algunos filósofos, entre los que me incluyo, se focalizan ahora sobre el tema del peligro de la “distopía”.

 El crecimiento del interés por la distopía se ha venido percibiendo de modo muy especial en estos tiempos de crisis –la actual crisis económica global económica incluida–, cuando el análisis filosófico es orientado al concepto de crisis y a los escenarios post-crisis adversos a la política y otros desarrollos.

Dada la relevancia política de la “distopía”, es importante definir con precisión ese término que resulta muy vago. La “distopía” está concentrada en posibles escenarios de futuros desarrollos en dos vías.

Primero, tal como implica la sílaba “dis” (que en griego antiguo significaba algo malo)“distopia” es un concepto negativo del futuro, y del futuro relativamente  cercano, en el cual se pueden mezclar tendencias críticas que ya existen hoy en día. No se trata, por lo tanto, de una antítesis simétrica de utopía, como algo que no ocupa, o no puede ocupar un lugar real, tal como sugiere primariamente su sentido original. El termino utopía recibe un valor positivo sólo por una aproximación homofónica con la palabra “eu-topía” (“eu” – bueno).

En segundo lugar, el objetivo principal de la “distopía” no se centra en el desarrollo más probable, que es la acepción a menudo más esperable en contextos de análisis sobre el futuro o prospectivos. “Distopía”  explica la fisonomía negativa del futuro, cualquiera sea la probabilidad de su realización, grande o pequeña, porque los peligros incluso potencialmente poco probables pueden tener consecuencias desastrosas –tal como las consecuencias de la crisis de los años 30 que terminaron en la Segunda Guerra Mundial–.
 
La “distopía” traza un mapa negativo para iluminar los peligros potenciales y por lo tanto ayudar a prevenir su realización. Sobre la base de los análisis comparativos de las líneas históricas paralelas  entre dictaduras de derecha e izquierda del siglo veinte, podemos seguir a Hannah Arendt, por ejemplo, y desarrollar los análisis filosóficos en los que podemos articular la importancia y el papel de la “distopía” en la perspectiva de las consecuencias potenciales de la crisis global en curso. En consecuencia, podríamos superar o prevenir estos problemas surgidos de la crisis y concentrarnos en un diálogo intercultural y otras ideas filosóficas positivas.

 

*Profesor de Cultura y sociedad contemporánea.
Depto de Estudios Internacionales
FACS – ORT Uruguay

Publicado

2009-10-15

Edição

Seção

Culturales