TIEMPOS DE CAMPEONES
Resumo
Éstos son días de fútbol. Millones de personas alrededor del mundo palpitan con el Campeonato Mundial que se disputa en Brasil. Mientras, en Montevideo, una exhibición organizada por el Centro de Fotografía de la Intendencia (CdF) recuerda una de las gestas deportivas más importantes de los uruguayos: el Campeonato Mundial de Fútbol de 1930. Se trata de una muestra de fotografías, documentos, afiches y recortes de prensa, que tiene lugar en el local donde años atrás funcionaba el emblemático Bazar Mitre.
Luego de las victorias alcanzadas por la selección nacional de fútbol en los Juegos Olímpicos de 1924 y 1928, la FIFA eligió a Uruguay como sede del Primer Mundial. Nuestro país debía organizar el evento y construir un estadio que estuviera a la altura de las circunstancias. En 1929, la CAFO confió la edificación al arquitecto Juan Antonio Scasso, por entonces director de Paseos Públicos de la Intendencia. Las excavaciones comenzaron el 3 de setiembre de 1929, y durante diez meses más de mil obreros trabajaron para levantar un gigante de hormigón, donde hasta ese momento sólo había un terreno baldío atravesado por pequeños cursos de agua.
Algunas de las fotos que integran la muestra corresponden a distintas etapas de la obra: los movimientos de tierra, los primeros cimientos, los esqueletos de hierro, el levantamiento de la Torre de los Homenajes.
Cuando comenzó el Mundial, el 13 de junio de 1930, el Estadio aún no había sido inaugurado. El primer partido del campeonato fue entre las selecciones de Francia y de México, y se jugó en el Field de los Pocitos, por entonces cancha del Club Atlético Peñarol. Ese mismo día, Bélgica y Estados Unidos jugaron en el Parque Central.
La inauguración del Estadio, el 18 de julio, estuvo enmarcada en las celebraciones por el centenario de la Jura de la Constitución. Algunas fotografías muestran el desfile de las delegaciones y al presidente de la AUF, Raúl Jude, en momentos de brindar el discurso inaugural. Ese fue el preámbulo para el partido disputado entre la selección anfitriona y la de Perú, donde Uruguay logró la victoria. Sin embargo, según las crónicas de la época, el público salió del Estadio decepcionado, por una actuación de los celestes que no había alcanzado el nivel demostrado en los Juegos Olímpicos de 1924 y 1928.
El boceto del afiche que promocionó el mundial, una cámara fotográfica de placas, un álbum y varios recortes de prensa también forman parte de la exhibición.
El campeonato duró 18 días, se jugaron 18 partidos, y contó con una asistencia muy numerosa de público, que habría alcanzado las 400.000 personas. De acuerdo a lo que se explica en la muestra, los uruguayos, por aquellos días, aún no estaban acostumbrados al relato radial de un partido de fútbol. Por ese motivo, el servicio oficial de difusión radioeléctrica repartió volantes con un plano de la cancha dividido en cuadrantes, identificados con un número. Con esa referencia, a través de la voz del relator, los oyentes podrían imaginar lo que sucedía en el campo de juego.
Una fotografía muestra al equipo boliviano que enfrentó a la selección de Yugoslavia. Los jugadores visten camisetas de manga larga con una letra estampada. Entre todos, forman la frase “Viva Uruguay”. Llevan boinas sobre sus cabezas. No son los únicos. Los mexicanos, por ejemplo, también las usan. Y en la fotografía que registra la final del campeonato –entre Uruguay y Argentina- el árbitro y varios jugadores hacen lo propio durante el partido.
Los futbolistas que participaron en el Primer Campeonato del Mundo no eran profesionales, sino amateurs. Entre sus filas, había numerosos obreros y empleados. En lo que respecta a los uruguayos, por ejemplo, José Nasazzi cortaba piedras de mármol, Pedro Cea repartía hielo, Pedro Petrone vendía verdura y José Leandro Andrade tocaba el tambor en Carnaval.
Cinco muchachas, vestidas de largo y con tacos altos, posan frente a la cámara, en plena cancha de fútbol, junto a los capitanes José Nasazzi y Milutin Yokovitch. Se trata de estudiantes del Instituto Nacional de Señoritas que, previo al partido entre Uruguay y Yugoslavia, entregaron enormes ramos de flores a los representantes de ambos equipos.
El 30 de julio se jugó la final entre Argentina y Uruguay y varias fotos registran distintos momentos del encuentro. Por ejemplo, el cuarto gol del anfitrión, convertido por Héctor Castro en el último minuto. Uruguay ganó el partido por una diferencia de dos goles a su favor consagrándose campeón del mundo y la bandera uruguaya fue izada en la Torre de los Homenajes por primera vez.
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