Brasil y su Consejo Sudamericano de Seguridad: ¿Orden y Retroceso?

Autores

  • Juan José Riva

Resumo

Tras la formación de la UNASUR, por parte de los Estados de Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, Guyana, Paraguay, Perú, Surinam, Uruguay y Venezuela, el Presidente de la Republica Federativa del Brasil propuso la creación de un "Consejo Sudamericano de Seguridad". Esta propuesta fue promovida por importantes jerarcas de las Fuerzas Armadas brasileñas que, al llegar a nuestro país, mantuvieron charlas con los Ministros de Defensa y Relaciones Exteriores y , por otro lado, con la Comisión de Seguridad Nacional de nuestro Parlamento. Dicho Consejo tendría un carácter operacional destinado a fomentar la transparencia, la cooperación y el intercambio de información, de tecnología y de personal militar.

El interés brasileño por la propuesta se basa en varios aspectos que, según diferentes puntos de vista, exceden la mera lucha contra el terrorismo, el narcotráfico y la posible agresión de una fuerza extrarregional.

Es necesario una puntualización antes de entrar en el análisis de las causas que llevaron a Brasil a proponer dicho emprendimiento. Partiremos de la base de la clara vocación de Brasil a tornarse en una potencia de escala mundial, tendencia que se manifiesta en dicho país desde la década de los sesenta del siglo pasado y quizás antes.

Partiendo de esta base podemos encontrarnos con diferentes puntos de vista sobre el porqué de la creación del Consejo Sudamericano de Seguridad.

Por un lado, este emprendimiento puede verse como una afirmación de la capacidad brasileña de liderazgo en la región, liderazgo que podrá ser utilizado como escalón hacia una propulsión como posible potencia a nivel mundial. Dentro de este planteamiento podemos ver claramente los intereses brasileños de una posible integración al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. Para el cumplimiento de esta meta sería de gran ayuda la creación de un Consejo Sudamericano de Seguridad puesto que dota a nuestro vecino del Norte de un organismo "afin", en el mismo terreno de la Seguridad.

Esta vocación de liderazgo sobre el territorio sudamericano es más notoria tras la caída del sistema internacional de la Guerra Fría, donde el mundo pasa a dividirse entre una superpotencia y varias potencias regionales. En ese sentido la creación de este nuevo Consejo podría verse como un paso más en el camino iniciado, con la celebración de la 1ra. Reunión de Presidentes de América del Sur en agosto del 2000, por el Presidente Fernando Henrique Cardoso.

Un nuevo elemento en el escenario sudamericano es la emergencia de Venezuela como otro posible "potencia líder" de la sub-regiòn. Este país podría, a fuerza de petróleo y recursos financieros derivados de éste, intentar poner en jaque las ambiciones brasileñas de liderazgo. Sin embargo es probable que la emergencia de Venezuela y su pretendido "liderazgo" sudamericano no sean más que delirios de grandeza de un Presidente caudillesco que, heredero de un pasado perimido, re-adquiere actualidad apuntalado por el aumento de los precios de petróleo en los últimos años. Presumiblemente, si es que no tropieza con obstáculos internos, pronto su protagonismo se verá en caída cuando la demanda mundial de energía comience a ser satisfecha de una u otra manera, por lo que no significará, en el mediano plazo, problemas mayores para las ambiciones brasileñas.

Considerando el total derrumbe de Argentina, país que en su momento podría haberse considerado como otro posible candidato al liderazgo sudamericano, podemos concluir que, en América del Sur, Brasil pelea en un cuadrilátero vacío por el liderazgo sudamericano.

Algunos analistas plantean, igualmente, la existencia de intereses comerciales que juegan un papel importante en este emprendimiento. Brasil posee, por ejemplo, una enorme industria siderúrgica, aeronáutica, etc. y necesita un mercado donde colocar sus productos, y qué mejor que la región para crear un acuerdo basado en el intercambio de “tecnología y personal militar”.

Frente a estos planteos, otros estudiosos sobre el tema presentan este nuevo formato del liderazgo brasileño, limitado al nivel sudamericano, como una suerte de repliegue ante su incapacidad de competir con las potencias extrarregionales. Es en esta teoría que se justifica la razón de una integración sudamericana y no latinoamericana. Históricamente, Brasil apoyó la legitimación del discurso integrador de toda Latinoamérica; hoy parece estar dejando de lado la teoría "latinoamericana", ya que de esta manera se deja afuera a México, quien es su gran obstáculo en sus ambiciones del control regional.

Apoya esta hipótesis el hecho que el crecimiento mexicano en los últimos años ha superado el de Brasil colocándose, el primer país, según informes del FMI, como la duodécima economía del mundo. Es por esto que algunos autores plantean que Brasil se ha resignado a una integración sudamericana, donde su liderazgo estará asegurado, por la falta de un contrapeso en dicha región. En términos sencillos: Brasil se ha resignado a jugar en Segunda División, donde puede asegurarse un primer puesto.

Sin embargo, si bien este planteamiento puede mostrar una forma de actuar del gobierno brasileño cuando su relación con países de mayor peso político en la región está en juego, no debemos olvidar que este es sólo un factor más a tener en cuenta dentro de la amplia gama de variables que juegan en la definición de la política exterior del Brasil.

Por ello, a la hora de decidir Uruguay si aprobar o no la integración al Consejo debería de observarse el hecho desde "…una perspectiva multidimensional…", como diría el periodista norteamericano Thomas Friedman. ¿Son favorables los aportes en materia tecnológica y de Seguridad Nacional que podríamos recibir?, ¿Y de serlos? ¿ Lo serían lo suficiente como para arriesgar futuras relaciones con los países que decidan no integrar el bloque (Colombia) o queden excluidos de la circunscripción territorial sudamericana (México y todo el Caribe)? El tiempo dirá.

 

* Estudiante de la Licenciatura en Estudios Internacionales. 
Depto de Estudios Internacionales. 
FACS - ORT Uruguay.

Publicado

2008-06-05

Edição

Seção

Política internacional