El FMI y un nuevo diagnóstico: crecimiento lento, riesgos crecientes

Autores

  • Lic. Hernán Bonilla

Resumo

“Crecimiento lento, riesgos crecientes” son los dos rasgos que destaca el Fondo Monetario Internacional en su reciente edición del World Economic Outlook (WEO), y las cifras actuales y las proyecciones son coherentes con el título elegido. La situación de la economía mundial hoy aparece como mucho más compleja que la visión hiperoptimista que primaba en varias instituciones y gobiernos hasta hace algunos meses. Es importante, por lo tanto, comprender que cambió y en qué sentido, para estar alerta de dónde pueden surgir los principales riesgos en los meses por venir. (1)

Señala el WEO que la economía mundial muestra hoy dos fenómenos negativos: las economías desarrolladas crecen a tasas más bajas que las previstas y ha aumentado en forma considerable los riesgos fiscales y financieros. De hecho el informe señala que la economía global ha ingresado en una fase “nueva y peligrosa”. La previsión de crecimiento para este año en las economías avanzadas es de 1,5 % suponiendo que la zona euro logra controlar las crisis que enfrentan varios de sus miembros y que Estados Unidos logra consolidar sus cuentas fiscales. Como se puede apreciar no son supuestos menores y mucho menos de seguro cumplimiento. 

Se consolida otro fenómeno que ya se ve desde hace algunos años y que hace que las economías emergentes ganen participación rápidamente en el producto mundial. Mientras se espera un crecimiento promedio de 6,4% para estas en 2011, Estados Unidos estará en un 1,6% y el área de euro en 1,5%. También se verifica, lo que no es ninguna novedad, que los países que se destacan por su crecimiento son China con un 9,5% e India con un 7,8%. Dentro de este panorama, y pese a las medidas proteccionistas luego de la crisis de 2008-2009, es una buena noticia que el comercio mundial de bienes y servicios crecerá a una tasa de 7,5%.

El informe resulta más blando o políticamente correcto al señalar las causas de los problemas. Si bien hay un llamado a realizar algunas políticas claramente favorables como resistir las tentaciones proteccionistas o apoyar las negociaciones de la Ronda de Doha (cuyo fracaso se teme pueda conducir al deterioro del multilateralismo) en otros aspectos domésticos no parecen dar en el clavo. Al evitar pronunciamientos claros sobre las causas de los actuales problemas de la economía mundial (como señalamos en artículos anteriores en Letras Internacionales, malas políticas monetarias en Estados Unidos y malas políticas fiscales en Europa, en resumen) se evitan también atacar los problemas en su origen. Si no se tiene en cuenta la política de bajas tasas de interés de la Reserva Federal y otros bancos centrales o el despilfarro estatal en las economías europeas, es difícil dar con las medidas correctas.

Otro aspecto que a veces se soslaya es que los errores de la política económica conducen primero a booms que necesariamente terminan en recesiones. Cuando se llega a la recesión no hay mucho para hacer y muchas veces las medidas que se toman para “enfrentar la crisis” sólo logran empeorar la situación. De allí la importancia de las buenas políticas cuando la cosas andas bien. El caso de Estados Unidos es elocuente, políticas monetarias laxas condujeron a la crisis en el mercado inmobiliario, una vez desatada la crisis no había mucho para hacer, y lo que se hizo, los planes de rescates y de estímulo a la economía sólo empeoraron las cosas. Que existían presiones políticas para “hacer algo” es cierto, que iban a ser inútiles o peor aún, contraproducentes, también.

En definitiva el WEO señala aspectos a tener en cuenta, en especial en cuanto al diagnóstico. Viviremos en una economía global que se enlentece, aunque quizá no se señala con la contundencia suficiente que a dos velocidades, ya que aunque las economías emergentes crecerán a tasas menores seguirán superando a las del mundo desarrollado. La parte del debe es en cuanto a las políticas. Es posible que el Fondo Monetario aún cargue con el desprestigio de sus errores de fines del siglo XX y comienzos de XXI y por eso no termine de decir en forma clara lo que evidentemente tendría que decir. Políticas monetarias austeras y fiscales conservadores ciertamente no producen paroxismos de actividad, pero ayudan a evitar las crisis y de esa forma se maximiza el crecimiento a largo plazo. Los países que más crecen son los que evitan las recesiones, no los que tienen años espectaculares para luego caer. El Fondo podrá recuperar parte del prestigio perdido si incentiva las mejores políticas que puede recomendar la teoría económica. Hasta entonces sólo leeremos sus informes para conocer sus proyecciones.


(1) El informe completo puede consultarse en: 
http://www.imf.org/external/pubs/ft/weo/2011/02/pdf/text.pdf


*Licenciado en Economía.
Director Instituto Manuel Oribe
Vice Presidente Fundación Libertad

Publicado

2011-10-20

Edição

Seção

Comercio y economía internacional