Algo más que una crisis financiera

Autores

  • Lic. Andrés Bancalari

Resumo

Desde julio del año 2007 cuando se encendieron las primeras alarmas en Francia de que había algo que no estaba funcionando bien en el sistema financiero internacional, el mundo vive inmerso en una crisis financiera y económica compleja.

Recordemos que en esa primera alerta, los principales bancos franceses vieron como buena parte de las inversiones que habían realizado en el mercado hipotecario subprime de los Estados Unidos presentaban niveles elevados de morosidad, y que dicha morosidad se estaba contagiando al resto del sistema financiero a través de los instrumentos derivados (CDO) generados en base a dichas hipotecas.

El resto de la historia es conocida. Primero Bear Stearns cae en marzo del 2008 y luego a partir de setiembre, el sistema financiero comienza una peligrosa espiral descendente, donde muchas de las principales instituciones financieras de las últimas décadas debieron ser rescatadas con fondos públicos, absorbidas por la competencia o, en el peor de los casos, quebrar.

Sin duda que no estamos frente a una crisis más. El hecho de que llevamos más de cuatro años desde el comienzo de las “escaramuzas”, nos tiene que llevar a plantearnos que esta crisis es algo más que una crisis y que seguramente inaugura un nuevo tiempo económico.

Sería muy interesante poder viajar en el tiempo y llegar al año 2100 para observar cual es la forma en la que los historiadores designan al actual proceso. Pensemos que casi un siglo atrás, buena parte del mundo ingresaba en un conflicto bélico de gran escala al cual hoy denominamos la Primera Guerra Mundial.

En 1914 esa denominación no era la utilizada para referirse al conflicto que enfrentaba a las naciones europeas, sino que es el resultado de la visión de las principales academias de historia en tiempos posteriores al final de la guerra.

Recordemos además que la Primera Guerra Mundial fue el final de tres imperios (Ruso, Otomano y el Austro-Húngaro) y que significo el comienzo del declive del Imperio Británico y la consolidación de los Estados Unidos como potencia dominante hasta nuestros tiempos.

Es interesante pensar entonces, que las consecuencias del actual descalabro en el sistema económico internacional van a significar un aceleramiento del auge de las denominadas potencias emergentes (principalmente China e India) y una pérdida del dominio absoluto de los Estados Unidos en el siglo XXI.

Hasta acá nada nuevo, o mejor dicho, es todo nuevo. Esta velocidad del proceso de cambio era completamente insospechada tan solo cinco años atrás, cuando la situación económica de las potencias centrales mostraba un crecimiento y una solidez que no hacía suponer lo que estamos viviendo en estos momentos.

Tenemos que reflexionar entonces sobre la situación actual, no ser meramente espectadores de una tragedia griega, cuyo lamentable final es la muerte del héroe o la caída de los gigantes. 

Las consecuencias del actual proceso son dolorosas y el costo humano se traduce en fríos números como el desempleo del 21% en España o la contracción del 5% de la economía griega en este año. 

Este costo humano no nos puede resultar indiferente, pero bajo ningún concepto podemos pensar que el único culpable es el sistema capitalista, como se comienza a insistir desde algunos sectores radicales.

Esta no es una crisis del capitalismo. Es una crisis cuyo origen es político. Cuando desde el gobierno de los Estados Unidos se fomentaba la compra de vivienda a aquellos sectores que claramente no estaban en condiciones de asumir tal riesgo, o cuando algunos gobiernos europeos gastaban de forma descontrolada fondos que sabían que excedían los ingresos futuros de sus países, tomaban un riesgo que hoy tiene un costo real sobre los ciudadanos de sus países, y que por la forma en que está estructurado el sistema financiero, se extiende rápidamente al resto del mundo.

Es momento entonces de que todos reflexiones sobre lo que nuestros propios gobiernos y clases políticas deciden y como esas decisiones afectarán nuestro no tan lejano futuro.


*Coordinador Académico Adjunto de la
Licenciatura en Estudios Internacionales
FACS - Universidad ORT - Uruguay

Publicado

2011-10-13

Edição

Seção

Comercio y economía internacional